¿Quién salva al PRD?
¡Francisco Valencia se reposiciona con la izquierda!
Demasiado ruido, demasiada división, demasiada guerra y aquí sí que dejó de aplicar ese grito de guerra de que ¡la izquierda unida jamás será vencida!
Posturas irreconciliables entre la izquierda, la alerta de los ideólogos del veneno mortal que habrá de representar una eventual alianza PAN-PRD y los intereses insanos de quienes pretenden vender –una vez más- al del sol azteca, están destruyendo lo poco que queda a ese partido.
Y es que la certeza de los panistas de cara a la coalición PAN-PRD tiene confundidas a las militancias.
No se sabe bien a bien que dicen los comités ejecutivos de ambos institutos políticos a nivel nacional, ni de las decisiones finales. Hay confusión y guerra mediática.
Mientras, en la discreción vela armas el legendario Francisco el “gordo” Valencia, quien va por la candidatura a la gubernatura justamente por el PRD y una coalición de izquierdas a sabiendas de que la circunstancia política podría serle favorable, convencido además que trae un par de amarres nacionales –los gobernadores de Michoacán y Morelos- que eventualmente lo podrían apoyar en sus aspiraciones.
Bien dice el aplicado columnista Luis Ramírez Baqueiro que el 2016 será un año crucial para México, inmerso en 14 procesos electorales y que el gobierno federal apostará sus mejores cartas para garantizar el mayor número de triunfos en las principales entidades en disputa, con el objetivo de preparar la estrategia para lo que será el proceso sucesorio de 2018, en donde el presidente Enrique Peña Nieto le apuesta al continuismo de un proyecto de estado encabezado por el PRI.
Acaso por ello y en ese marco las fuerzas políticas opositoras acudirán al más importante capital que carece el PRI, la ciudadanía.
Como ya todos sabemos el sistema partidista es por demás obsoleto y en el colmo de los absurdos, nuestro país financia con recursos públicos el terrible dispendio del que hacen gala los partidos políticos, con un presupuesto exorbitante y repartido convenientemente por los miembros de sus respectivas cúpulas.
Es por ello que en esa coyuntura las “minorías” partidistas pueden ungirse como la opción.
Es así como al interior del PRD y del PAN se cuecen las habas por mal lograr una posible Alianza Opositora en la que el objetivo primario es sacar al PRI del gobierno del Estado.
PAN y PRD, encabezadas por Rogelio Franco Castán y José Mancha Alarcón, con su pretendida alianza no están midiendo que el electorado les dará la espalda ya que el interés no es con el votante, sino de carácter particular.
Grave el hecho de que importantes grupos de opinión y participación de ambas corrientes políticas no ven con buenos ojos la medida, que habrá que insistir, responden más a intereses cupulares que de las bases.
Solo así se entiende el desplegado que circula a nivel nacional donde el dirigente perredista Agustín Basave Benítez y la llamada “Democracia y Patria para Todos” cuestionan la conformación de la referida coalición.
Dentro de la explicación que sustentan afirman que en el pasado proceso electoral federal los partidos de izquierda en su conjunto aglutinaron el 31 por ciento de la votación total, contra el 21 por ciento que alcanzó por si solo el PAN, por lo que reclaman esforzarse para buscar un bloque opositor con doctrinas e ideologías similares y no antagónicas.
Remarcan que el mismo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano lo ha sostenido, las mejores causas de la izquierda las enarbolará un segmento identificado con ellas y no del lado de la derecha.
De igual modo reiteran respaldo total a una alianza de izquierdas y ponen como ejemplo lo ocurrido en Guerrero tras la postulación y gubernatura de Ángel Heladio Aguirre Rivero, el cual tuvo un trágico final.
Y rematan afirmando que la representatividad política será en un 80 por ciento para el PAN y solo un 20 por ciento para el PRD, cosa que no aprueba.
Esos son pues, los hechos.
¿A quién conviene la alianza PAN-PRD? Definitivamente al PAN de Yunes Linares quien a la victoria solo pagará con un plato de lentejas ¿A quién conviene una alianza de las izquierdas? Se entiende que a una ciudadanía harta de tanta decisión cupular que no resuelve nada.
Tiempo al tiempo.