Al presentar el Mapa de Fracturas de la Ciudad de México aclararon que la capital del país no se hunde igual en todas partes, hay zonas donde el hundimiento es arriba de los 40 centímetros por año. 

La Ciudad de México se está hundiendo en promedio de 20 a 30 centímetros al año (en delegaciones Benito Juárez, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza e Iztacalco), por lo que esos desplazamientos deben ser considerados en un plan de reconstrucción a corto y mediano plazos, alertó Dora Carreón Freyre investigadora del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

«¿Deberíamos estar en un lugar con esas características? La respuesta debería de ser no, pero ya estamos aquí y no nos vamos a ir de la Ciudad de México», señaló Carlos Valdés, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), que pagó el estudio que costó 5 millones 850 mil pesos, para poder conocer y entender en que zonas se presentan hundimientos y agrietamientos.

Según el estudio, el 3.9% de la superficie de la Ciudad de México tiene un nivel «alto» de vulnerabilidad del medio físico al fracturamiento (son 23.9 km/2); el 23.6% tiene un nivel de vulnerabilidad media (143.8 km/2) y el 35.3% de la capital del país presenta vulnerabilidad baja; 37.2% de la superficie capitalina no tiene hundimientos.

«Podemos ver lo que nos cuesta ese lugar y lo que nos costaría si no hacemos nada. Les invito a tomar acciones si vivimos en una zona sísmica. ¿Cómo arreglamos un agrietamiento? No es tan fácil, pero al menos podemos tomar acciones para salvaguardar la vida, la idea es prevenir, marcar la zona y evitar que se construya ahí. Estás zonas deberán ser desalojadas y darles una utilidad que no ponga en riesgo a la población», alertó Valdés.

La Dra. Carreón Freyre subrayó que la información «empodera» a la gente. Con este mapa de fracturas «le estamos dando ese poder a la gente».

En zonas de Tláhuac o Xochimilco, donde el hundimiento puede ser hasta de 40 centímetros como aún es visible en la colonia de El Mar, y dónde comercios ha abierto sus puertas y las familias duermen afuera de sus hogares a punto del colapso, Valdés expresó que «se tiene que validar el fenómeno ante casas hundidas y ladeadas para preguntar o demandarle a la autoridad. Si estamos en una zona de hundimiento y agrietamiento, la recomendación es, a las autoridades a nivel delegacional tendrían que tener una respuesta sobre qué hacer».

«Ante un hundimiento, demoler la casa es complicado, pero lo primero que debemos de considerar es la salvaguarda de la vida. Permitir que alguien permanezca en una zona donde los hundimientos o las fracturas son severas puede volverse más crítico», enfatizó.

Al presentar el  (derivado del análisis de vulnerabilidad física a la subsidencia, hundimiento y fracturamiento de la Ciudad de México), Carreón Freyre aclaró que la capital del país «no se hunde igual en todas partes, hay zonas donde el hundimiento es arriba de los 40 centímetros por año, como se ha podido verificar en imágenes de radar vía satélite que ya permiten evaluar deformación vertical de tierra por milímetro».

El estudio «permite evaluar los índices de vulnerabilidad tanto física del medio a fracturarse como de la sociedad ante este fenómeno», se explica el tipo de fractura, la propagación en principio de 12 sitios donde se sabe qué hay una «deformación crítica.