•El PRI se desmorona

•Derrota anunciada

•Hablan los caciques

Por: Luis Velázquez

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Los caciques fueron, con los generales, el cimiento del partido político abuelito del PRI, el Partido Nacional Revolucionario, fundado por Plutarco Elías Calles. Ahora, un par de caciques de Veracruz pronostican la derrota del tricolor de cara a la elección de presidentes municipales.

Se cumple la vieja profecía bíblica de que los grandes imperios y emporios se desmoronan desde adentro.

Y ni la delegada del CEN, Lorena Martínez, con tantas indecisiones, ni tampoco Fidel Herrera, quien nunca en su vida ha perdido un volado, levantarían expectativas.

Y menos, luego de que las tribus rojas de Érick Lagos y Jorge Carvallo tumbaron de la presidencia a Felipe Amadeo Flores Espinoza, uno de los más expertos operadores políticos.

Regina Vázquez Saut, diputada local, secretaria General del CDE, dueña con su hermana Fabiola del destino social de Acayucan, lo dice así:

“El PRI podría perder la mayoría de las alcaldías”.

Y lo peor: ningún caso tiene, dijo, enviar a una delegada (en clara referencia a Lorena Martínez) si no resuelve nada.

Mario Zepahua Valencia, cacique en la sierra de Zongolica, poderoso empresario dueño de más de 100 autobuses de pasajeros, las Adelitas, lo expresa de la siguiente manera:

“Los gasolinazos, la irritación social, la devaluación del peso y la corrupción, como la de Javier Duarte, acercan cada vez más al PRI a la derrota electoral en Veracruz y en el estado de México (con la gubernatura)”.

Pero además, el legendario cacique miró el bosque electoral del año entrante y profetizó que el PRI también perderá la presidencia de la república.

Ex diputado local y federal, dueño de las presidencias municipales en la montaña negra, resume los comicios de este año con una frase lacónica:

“La oposición nos dará una arrastriza”.

Y nomás para que ninguna duda exista de su visión apocalíptica, el cacique (su hija Lilian, diputada federal, haciendo campaña para Ivonne Ortega soñando, ajá, con Los Pinos) le puso nombre al desastre priista que vendrá:

“Miguel Ángel Yunes Linares es un excelente operador político” (La Jornada Veracruz, 20 de enero, 2017).

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Desde adentro del tricolor, la derrota anunciada.

Una cacicona, Regina Vázquez, echando pestes en contra de la delegada nacional.

Otro cacique, Mario Zepahua, reconociendo la capacidad política electoral del góber azul.

Cierto, cierto, Regina Vázquez ha sido panista, de igual manera como Yunes fue priista.

Y Zepahua, sin embargo, se ha mantenido leal al PRI con todo y que una parte de las mismas elites priistas evidenciaran la autenticidad de aquel secuestro cuando fue legislador federal.

Pero al mismo tiempo, es autocrítico.

Tanto que, por ejemplo, tronó en contra de Javier Duarte por el saqueo del erario.

Y dice que de igual manera como Duarte cayó “por convicción” en la rapiña, los priistas “quedaron callados por omisión”.

Y tanto peca uno como el otro… que ya lo decía sor Juana Inés de la Cruz.

En contraparte, la delegada nacional se reduce a regañar a las tribus.

“El PRI, dice, ajá, no es alfil de un grupo o una corriente”.

Y el presidente del CEN, el líder de los taxistas defeños, Enrique Ochoa Reza, sigue crucificando a Javier Duarte, con lo que, y con todo, descalabra más, mucho más, a su mismo partido, con la imagen de que está lleno de corruptos, si se consideran los Rodrigos

Medina, los Roberto Borge, los César Duarte, los Andrés Granier, los Tomás Yarrington, los Eugenio Flores Hernández, los José Murat, los Ulises Ruiz y los Mario Marín.

Peor tantito si se recuerda que Enrique Peña Nieto se ha descarrilado en la percepción ciudadana y su índice de aceptación en la alma ciudadana llega apenas, apenitas, al 20 por ciento.

Ninguna de sus reformas estructurales ha aterrizado en el bolsillo de las familias, que es lo más importante.

Y en el río revuelto, el único que continúa levantando expectativas es Andrés Manuel López Obrador.

Tan es así que en Veracruz, las elites priistas aseguran que la desbandada del PRI es hacia Morena, con una parte mínima al PAN, como todo indica sería el caso, digamos, de Mario Zepahua y Regina Vázquez Saut.

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Si de aquí al mes de junio en que se efectuarán los comicios de alcaldes, Javier Duarte sigue prófugo, Morena y el PAN quedarán con la mayoría de presidencias municipales, pues la fuga de Duarte (cumple hoy 101 días) abona la impunidad, y por añadidura, la irritación social.

Y si de aquí a junio, el góber azul encarcela con su Fiscal, traje a la medida, a más duartistas, pues al primero, Leonel Bustos, ex director del Seguro Popular, ya lo tiene en Pacho Viejo, entonces, el PAN amarraría más triunfos.

Incluso, las señales así lo indican. El lunes 23, por ejemplo, el Fiscal solicitó al Congreso federal una orden de arraigo en contra del diputado federal, Antonio Tarek Abdalá, involucrado, con Mauricio Audirac, ex titular de SEFIPLAN, en el caso del desvío de recursos en el Seguro Popular.

Pero más, mucho más duartistas están en la lista negra, entre ellos, Arturo Bermúdez Zurita y Gabriel Deantes Ramos.

Y con cada duartista que el Yunes azul envíe a la cárcel, el PAN levantará mayores expectativas.

El único que podría quizá, quizá, quizá, rescatar al PRI de su descarrilamiento es, sería Fidel Herrera Beltrán. Digamos, otorgando “el beneficio de la duda”.

Por un lado, para salvar a su partido, pero más aún, para salvarse él mismo ante tantas calumnias, dice él, de su mítico enemigo.