Por: Mary García
Cuando todo parecía indicar que se haría justicia en el Estado de Veracruz, se presenta lo que todos de alguna manera teníamos contemplado que pasaría, LA GRAN FUGA, fuga programada, escape preparado, tanto que tuvo tiempo de despedirse de sus Víctimas en un importante noticiero; así o más descarada la impunidad en México.
Hay tanto descontento en el Estado de Veracruz, tanta amargura, tanta decepción que ya ni siquiera nos sorprendió que el desenlace final fuera éste, la Fuga del ser más despreciable por el daño que causó al Estado, Javier Duarte de Ochoa, quien con total cinismo al final hasta hizo las cosas bien, pedir su licencia para poder huir, porque no podía irse si aún tenía el cargo, no para nada, “el siempre actuó conforme a derecho” y por eso solicitó su licencia, según él para poder defenderse de los señalamientos en su contra, ser como cualquier ciudadano que se enfrenta a un juicio, pero entonces porque se escondió, porque ha desaparecido, ¿será que fue secuestrado y aparecerá en unas bolsas negras dentro de poco?, puede ser, robó tanto dinero que hasta puede comprarse un rostro nuevo, otra identidad, como hacen sus homólogos los delincuentes de alta alcurnia.
Nos dejó además de miseria e inseguridad, un mal sabor de boca, una desconfianza total hacia todos aquellos que buscan un puesto político, un coraje que no vamos a poder descargar fácilmente, pero hay un detalle, Javier Duarte no robó solo, se rodeó de gente maléfica, creó un equipo de maleantes que en complicidad saquearon el Estado, lo vendieron, lo destruyeron, y esos aún están libres. Son más malos que cualquier asesino a sueldo, porque actúan con una hipocresía pasmosa, mostrando un rostro amigable para luego darle al pueblo la puñalada por la espalda, así que no toda la culpa la tiene Duarte, si no hubiera encontrado en su equipo gente mala, gente ambiciosa, sin escrúpulos, de los cuales ya muchos nombres circulan en las redes, quizá no hubiese sido tanto el daño a Veracruz, pero no solo lo secundaron sino que aprovecharon la ambición de su gobernador para hacer de las suyas y ROBAR.
¿Ladrones? no para nada, la mayoría de los ladrones roban por necesidad, por encontrarse en situaciones desesperadas, éstos no, pues son Pirañas, roban por placer, porque así fueron educados en sus hogares, porque a pesar de ser Profesionistas, vienen de familias donde no les enseñaron valores, donde el dinero es más importante que la dignidad y la integridad.
A todos los padres de esos entes involucrados en la rapiña que hizo Javier Duarte de Ochoa, solo podemos decirles, que agachen la cabeza ante los Veracruzanos, porque cualquier campesino sin estudios vale más que sus hijos, esos campesinos a quienes les arrebataron lo que les pertenece, son más valiosos que ustedes, familias de la alta sociedad, pero vacías por dentro.