sábado, noviembre 23, 2024

Escándalos del gobierno Gucci

Editorial

Entre el asombro y el escándalo es como desde el año 2010 han vivido los pobladores del pueblo de Santiago Tuxtla, todo ello gracias a las personas que los han gobernado desde entonces, nos referimos a Claudia Acompa Islas y su esposo Raúl Sosa González, quienes en conjunto decidieron construir un proyecto político de largo alcance, con la firme intención de dominar y explotar una de las más importantes zonas selváticas del estado de Veracruz.

Santiago Tuxtla, Ver.-Entre el asombro y el escándalo es como desde el año 2010 han vivido los pobladores del pueblo de Santiago Tuxtla, todo ello gracias a las personas que los han gobernado desde entonces, nos referimos a Claudia Acompa Islas y su esposo Raúl Sosa González, quienes en conjunto decidieron construir un proyecto político de largo alcance, con la firme intención de dominar y explotar una de las más importantes zonas selváticas del estado de Veracruz.

Contadora pública egresada de la Universidad del Valle del México (UVM) y originaria de la Ciudad de México, antes de ser Presidenta Municipal no había desempeñado un cargo público de elección popular, aunque siempre apoyaba a su pareja en la dirección de sus ranchos ganaderos y en su carrera política.

A una serie de confrontaciones amorosas y políticas, se han venido sumando una serie de irregularidades  detectadas por el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), el último gran escándalo de la Alcaldesa de Santiago Tuxtla se dio en las fiestas patronales del patrono Santiago Apóstol.

Con una vestimenta de 200 mil pesos y la contratación del estilista de las estrellas, Alfonso Waithsman, para lucir impecable, la presidenta municipal panista Claudia Acompa se ganó el sobrenombre de #LadyGucci.

Con un salario de 50 mil pesos al mes, la ropa de marca Gucci que utilizó la funcionaria en julio pasado sólo fue la cereza del pastel, lo que provocó que la sociedad, a través de redes sociales, demostrara su hartazgo contra la alcaldesa de Santiago Tuxtla, cuya afición es aparecer en portadas de revistas como una socialité y ausentarse por largos periodos de su función gubernamental.

En un municipio con un presupuesto de 46 millones de pesos anuales, tan sólo en el primer año de gobierno de #LadyGucci (2014), los auditores encontraron subejercicio, cuentas por pagar e irregularidades en el cobro y depósito del Impuesto Sobre la Renta retenido a empleados, así como recursos que no fueron entregados al Instituto de Pensiones del Estado.

Los documentos oficiales de la Cuenta Pública de 2014, revelan que cobró el Impuesto Sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal, pero no lo depositó en las arcas estatales.

La plaza pública del pueblo ha sido testigo de las incontrolables rabietas de la alcaldesa y de su consorte, quienes han mandado a sus huestes a la toma de instalaciones del ayuntamiento y al despido de personal.

En el kiosco, el ex alcalde Raúl Sosa González sorprendió a los habitantes de este municipio al anunciar que se deslindaba de la presidenta municipal: “A partir de hoy me deslindo personal y políticamente de Claudia Acompa Islas”. Tras esta aclaración, demandó su renuncia.

Era el mismo hombre que durante su gestión como alcalde entre 2010 y 2013 designó a su esposa como presidenta del DIF-Municipal y desde entonces la proyectó como su sucesora, para lo cual integró un equipo de operadores políticos que trabajaban de tiempo completo en el plan. Fue a mediados de 2014 cuando Raúl Sosa reconoció haber cometido un error al proponer a su cónyuge como candidata del PAN a la alcaldía de Santiago Tuxtla, incluso en contra de las bases panistas, aunque eso sí, aclaró, “con el respaldo de la dirigencia estatal”.

Desde el triunfo de Acompa, su pareja impuso a la gran mayoría de los funcionarios municipales: todos integrantes de su grupo político o aliados coyunturales, entre ellos Marcos Flores Aguilar, a quien le crearon la Secretaría Técnica del Ayuntamiento.

La mayor fractura ocurrió en mayo de 2015, cuando presuntamente “terceras personas” en discordia se atravesaron en la vida matrimonial. La alcaldesa determinó suspender todos los apoyos económicos para la gente cercana a su esposo y en represalia las huestes de éste boicotearon un evento oficial y le cerraron las puertas del Palacio Municipal.

En un comunicado de prensa, la mujer de tez morena anunció el despido de servidores públicos porque “confabulados con terceras personas” suspendieron el evento y escondieron los regalos —entre ellos un automóvil último modelo— que servirían para la conmemoración. También despidió a 11 trabajadores del grupo político de su marido, entre ellos Marcos Flores Aguilar, el recién nombrado titular de la Secretaría Técnica. A los pocos días lograron un acuerdo: fue reinstalado y a la fecha se mantiene como el operador en el ayuntamiento ante los constantes viajes de Acompa a la Ciudad de México.

Las primeras dificultades internas que enfrentó Claudia Acompa fueron con un grupo de regidores, incluido el del PAN, quienes denunciaron su forma prepotente de ejercer el poder.

El pleito no sólo provocó que al primer regidor, José Luis Otapa Merlín, le suspendieran todo tipo de apoyos económicos, sino que el caso fuera a parar al Congreso del estado, donde fue acusada de nepotismo, abuso de autoridad y violación de derechos.

En represalia, a los regidores les disminuyeron de 40 mil a 15 mil pesos su salario, por lo que éstos respondieron con una denuncia ante la Fiscalía General del Estado; sin embargo, la disputa se calmó cuando se les reintegró el sueldo.

Fue precisamente en su primer año de gestión (2014) cuando auditorías del Órgano de Fiscalización Superior detectaron irregularidades en el manejo de los recursos públicos que derivaron en 10 observaciones de carácter financiero y una técnica.

Se descubrió que el ayuntamiento tenía cuentas sin pagar por un monto de un millón al cierre de 2014. En los registros contables —de acuerdo con la observación FM-143/2014/007ADM— el municipio no enteró en su totalidad el Impuesto Sobre la Renta (ISR) retenido a empleados por 921 mil pesos, en cambio, utilizaron ese dinero para gastos no presupuestados.

También se retuvieron cuotas y aportaciones a sus empleados por un millón de pesos que no entregaron al Instituto de Pensiones del Estado y al intentar aclarar la situación, la gestión de Claudia Acompa presentó una póliza por concepto de depósito a pensiones por un millón, pero no presentaron evidencia del pago.

Bajo la asignación directa de contratos el municipio de Santiago Tuxtla adquirió vehículos por un monto de 5 millones de pesos, rentó maquinaria y camiones por casi 3 millones de pesos y adquirió luminarias por 389 mil pesos.

A pesar de todas esas irregularidades, el Órgano de Fiscalización Superior, organismo autónomo del estado, determinó que “no existen observaciones que adviertan una presunta responsabilidad resarcitoria de los servidores o ex servidores públicos involucrados” y que no había existencia de daño patrimonial.

En este 2016 la alcaldesa Claudia Acompa Islas fue galardonada por el Instituto de Mejores Gobernantes A.C., el cual le otorgó el premio Tlatoani 2016 en su categoría de mejores gobernantes.

Este reconocimiento se dio tiempo antes del ya conocido y sonado escándalo de #LadyGucci en julio de este año.

PIE DE FOTO: Marcos Flores Aguilar se luce como “gobernante” del Palacio Municipal de Santiago Tuxtla, y al igual que la alcaldesa Claudia Acompa Islas, no realiza lo que realmente es su función, en pocas palabras no resuelve nada.

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