La presidente suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, se comprometió a impulsar un plebiscito sobre la posibilidad de adelantar las elecciones previstas para 2019, si es absuelta en el juicio político que afronta y recupera el poder.  Anunció su compromiso en una declaración en la que presentó los términos de la llamada «Carta a los Brasileños», divulgada diez días antes de que el Senado comience la fase final del proceso que puede terminar en su destitución.

Insistió en su inocencia de las acusaciones de irregular manejo de los presupuestos, dijo que si se llega a su destitución Brasil estará ante un «golpe de Estado», y sostuvo que la solución para la crisis política y económica del país «requiere el voto popular en unas elecciones directas».

Rousseff fue suspendida de sus funciones el 12 de mayo pasado, cuando el Senado instauró un proceso de destitución cuya fase decisiva comenzará el 25 de agosto y se prevé que durará entre tres y cinco días, posiblemente con su condena y desalojo de la Presidencia del país.

La mandataria perderá el cargo definitivamente si así lo decide una mayoría calificada de 54 votos (dos tercios del pleno del Senado), que los favorables a su destitución ya parecen haber consolidado. Sus opositores afirman que cuentan con 59 votos.