Un estudio ha concluido que estas aves son tan listas como los chimpancés, cuya inteligencia se compara con la de humanos de cerca de tres años, en al menos en un aspecto conocido como «control inhibitorio»
Este aspecto es un mecanismo que funciona cuando un animal reprime impulsos y tiene un comportamiento más racional
¿Qué es al inteligencia? ¿Es la capacidad de hacer cálculos matemáticos, de memorizar fechas o de relacionar conceptos? ¿O es quizás la habilidad para desenvolverse en la sociedad y, por ejemplo, no desentonar en una recepción en la embajada? ¿Y qué hay de la capacidad de gestionar las emociones y alcanzar el «equilibrio interior»?
Lo cierto es que no hay una única respuesta a la pregunta de qué es la inteligencia. Según la teoría de las inteligencias múltiples, hay ocho tipos de inteligencia en el ser humano. Y, cuando se piensa en el reino del resto de los animales, lo cierto es que la inteligencia suele definirse como una capacidad para adaptarse a un entorno cambiante. Este martes, un estudio presentado en la revista «Royal Society Open Science», y realizado por investigadores de la Universidad de Lund, la Universidad de Oxford y el Instituto Max Plank de Ornitología, ha analizado la inteligencia de los cuervos. Y ha concluido que estas aves son tan inteligentes como los chimpancés, aunque tengan un cerebro 26 veces menor, en un aspecto conocido como «control inhibitorio».
«El tamaño del cerebro no lo es todo. Descubrimos que los cuervos se apañaban tan bien como los grandes simios, aunque tienen un cerebro mucho menor», ha explicado Can Kabadayi, el primer autor del estudio e investigador en la Universidad de Lund (Suecia).
En concreto, el equipo de Kabadayi analizó la inteligencia de los cuervos en relación con el «control inhibitorio», un rasgo del comportamiento que consiste en la capacidad del animal para evitar impulsos y comportarse de una forma más racional. Basándose en un estudio que analizaba esta capacidad en 36 especies de animales distintas, básicamente primates, los investigadores descubrieron que los cuervos grandes, las grajillas y el cuervo de Nueva Caledonia, lo hacían tan bien como todos estos.
«Nuestro estudio ha documentado que los cuervos se comportan de forma similar a los grandes simios en la tarea del cilindro», ha dicho el investigador a través de correo electrónico. En esa prueba, los investigadores introducen un pedazo de comida en un cilindro oscuro, y a base de repetición, con el tiempolos cuervos aprenden a llegar a la comida metiendo la cabeza por los laterales. Tiempo después, los investigadores colocan un cilindro transparente en lugar del oscuro, y meten de nuevo un trozo de comida en su interior. Si el «reflejo inhibotorio» de los cuervos funciona, las aves tendrían que saber que la forma de coger su comida es intentarlo por los laterales, y no dejarse llevar por su impulso de ir por el camino más corto, y hacer chocar su pico contra el plástico.
Aprender para adaptarse
«Hacemos una prueba en la que el animal tiene que reprimir sus impulsos para tener éxito en una tarea», ha explicadoCan Kabadayi. «Quizás aún no podemos decir claramente qué es la inteligencia, pero si tuviera que hacerlo, usaría el término «flexibilidad». En este contexto significa ser adaptable, ser capaz de aprender y cambiar tu comportamiento, sin ser esclavo de tus instintos ni de tus respuestas habituales».
Según Kabadayi, los buenos resultados obtenidos por los cuervos «muestran que los cerebros de estos pájaros son muy eficientes». Tal como ha explicado, el auto-control que exhiben es señal de que cuentan con mecanismos de auto-control, que les permiten tener una flexibilidad similar a la de los grandes simios, al menos en lo relacionado con respuestas motoras.
Los ladrillos de la inteligencia
Pero si la inteligencia de los cuervos no depende del tamaño del cerebro, ¿de qué depende? En opinión de Kabadayi, el secreto puede estar en laconcentración de neuronas en el cerebro y en la forma como están conectadas. A fin de cuentas, ni los patos ni las palomas, ni cualquier otro ave, tiene las espectaculares capacidades de los cuervos. «Necesitamos más investigaciones para saber cuál es la densidad neural o como están conectadas sus neuronas, y averiguar si difieren de los cerebros de los mamíferos», ha explicado el investigador.
Si esto se investigara, se podrían conseguir «pistas sobres los ladrillos básicos de la cognición más compleja (…) e investigar si unos niveles de cognición similares pueden ser construidos en animales muy diferentes, como chimpancés y cuervos, a través de mecanismos similares o totalmente distintos», ha propuesto Kabadayi.
Un «efecto secundario» de ese refinamiento en el «diseño» de los cerebros de los cuervos, es, tal como ha reconocido el investigador en un vídeo, que al estar ante ellos uno tiene la sensación de estar ante una persona con su propia personalidad. ¿Qué pensarían los cuervos de eso?