- Yunes azul ganará en ciudades
- Yunes rojo en zonas rurales
- Cuitláhuac en norte y sur de Veracruz
Luis Velázquez
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El politólogo Carlos Ronzón Verónica vislumbra el 5 de junio, fecha de la elección del mini/gobernador de la siguiente manera:
El aliancista PAN y PRD, Miguel Ángel Yunes Linares ganaría en las regiones urbanas de Veracruz.
El priista Héctor Yunes en las zonas indígenas y campesinas, una parte obreras.
Cuitláhuac García, de Morena, levantaría en el sur y norte de Veracruz, entre otras cositas, debido al despido petrolero.
En medio de tales posibilidades está la Liga de Comunidades Agrarias que en las regiones rurales pondrá los tamales de barbacoa y los cartones de cerveza para la raza luego de votar, y no obstante, las elites priistas, hordas y tribus que siempre se quedan con hacha, calabaza y miel, están bloqueando a la CNC en el reparto de las curules unis y pluris, sobre todo, pluris.
Y, bueno, en caso de subsistir la circunstancia, por más y más que Héctor Yunes Landa y Juan Carlos Molina Palacios sean compadres, que en nombre de la raza de bronce nadie descarte que la CNC se vaya al monte y tome camino para otros lados.
Y es que ahora, cuando el sector campesino ha entrado a otro nivel y de hecho y derecho resucitando en sus legítimos derechos, ellos solos con sus votos pueden evitar la debacle priista.
Y más cuando como se afirma, en la tendencia de la encuesta histórica el Yunes azules va por delante.
Y más, como afirma Carlos Ronzón, cuando el Yunes azul está levantando expectativas de que el triunfo es posible, con un solo objetivo: expulsar del palacio de Xalapa a los duartistas, y por añadidura, a los fidelistas, que juntos soñaron con el Maximato y solo quedaron en la Decena Trágica.
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Está claro: el hartazgo ciudadano en contra del duartismo cada vez se multiplica.
Incluso, hacia el interior de la burocracia estatal como fue el caso del motín en la secretaría de Finanzas y Planeación reclamando el pago de un bono a la productividad.
Así, en las ciudades de Veracruz el sufragio en contra del candidato priista está garantizado en su mayor parte.
Y más con tantos hogares donde recuerdan con dolor y nostalgia y sufrimiento la desaparición, el secuestro y el asesinato de un hijo, de un familiar, de un compadre, de un vecino, de un amigo.
Además, de tantos proveedores, prestadores de servicios y empresarios a quienes les adeudan pagos pendientes atrasadísimos.
Y por supuesto, el voto en contra del candidato priista a la mini de las 80 mil personas entre estudiantes, maestros y burócratas de la Universidad Veracruzana, a la que el duartismo sigue debiendo 2 mil 70 millones de pesos.
Tal cual, en las regiones urbanas de Veracruz mucho, demasiado, ha de chambear el priismo para revertir la tendencia del sufragio que por ahora se repartiría en el resto de los candidatos a la mini, aun cuando muchos afirman que el Yunes azul acumula la preferencia.
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En contraparte, en las zonas indígenas y campesinas el sufragio estaría garantizado, digamos, en más del 50 por ciento, a partir de lo que llaman el voto clientelar, el voto logrado con una despensa y un billetito, aun cuando Andrés Manuel López Obrador siempre ha aconsejado tomar el dinerito y tachar en la boleta electoral a otro partido y otro candidato.
Pero si la cúpula tricolor quiere ningunear a la Liga de Comunidades Agrarias, entonces, ni habrá tamales de barbacoa ni cartones de cerveza para la plebe ni tampoco votos y que cada parte se rasque como pueda.
MORENA, con Cuitláhuac García, tendría garantizado el sufragio en Xalapa, que de forma tradicional ha significado un voto anti-PRI.
Pero Xalapa en ningún momento representa el sentir estatal.
Claro, en las regiones petroleras, López Obrador se ha amacizado y dado el masivo despido de trabajadores en Pemex bien pudiera levantar con su candidato a la mini.
Lo ha dicho Cuitláhuac: Si gané la curul federal fue por AMLO y también lo será con la mini.
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Armando Méndez de la Luz, candidato del Movimiento Ciudadano, y Juan Bueno Torio, independiente, son los más desprotegidos en material electoral.
Primero, sin un liderazgo social fuera de serie y de duda.
Segundo, sin un partido avasallante que los respalde.
Tercero, sin un trabajo social, político y electoral de norte a sur y de este a oeste que los perfile.
Nadie duda de que uno y otro son buenas personas, mejor intencionadas para servir a Veracruz.
Pero una vasta y enorme población electoral está en disputa y en tal carril resbalan por completo.
Cuitláhuac García anda igual. Pero el maestro de la facultad de Ingeniería de la UV tiene un objetivo superior en la mira: posicionar a Morena de cara a la elección presidencial del año 2018 en que AMLO será candidato una vez más.
Y ni modo que Méndez de la Luz esté jugando a crear franquicias en el estado de Veracruz de las panaderías Dauzón.
De Bueno Torio se ignora el juego que tenga oculto debajo de las mangas. Pero algún motor alentará su vida, empresario y político al fin, para lanzarse en medio del torbellino, donde los vientos soplan en contra.