•Duarte, piñata rotoplas
•En la mira de candidatos
•Gracias a él ganarán urnas
Por: Luis Velázquez
PASAMANOS: Los años de Javier Duarte, JD, en el aparato gubernamental sólo han dejado indignación crónica y repudio popular.
Y por eso mismo, los 6 candidatos a la mini/gubernatura lo han tomado como una piñata rotoplas, y la apuesta de todos es que ganarán la elección en las urnas a partir de un discurso duro y tupido, a tiro por viaje, en su contra.
Antier, por ejemplo, el candidato de MORENA, el maestro de la UV, Cuitláhuac García, recordó que así como su triunfo a la diputación federal se le debe por completo a Andrés Manuel López Obrador, también, por añadidura, se lo deberá a JD.
Y a JD porque, igual que el resto de los abanderados, se lanzó contra la fama pública de la corrupción duartista.
Incluso, hasta señaló que Arturo Bermúdez Zurita y Juan Antonio Nemi Dib serían los políticos priistas con quienes iniciaría la auditoría para confinarlos en la cárcel, de igual manera como antes, tanto Héctor Yunes Landa como Miguel Angel Yunes Linares, han anunciado como profetas del desastre duartista que los pillos y ladrones serán encarcelados, pero además, “devolverán el dinero robado”.
Y como en el caso del Yunes rojo, serán inhabilitados de por vida para desempeñar un cargo público.
La corte de los aúlicos duartistas ha de estar remojando sus barbas.
Por ejemplo, el diputado federal, Erick Lagos Hernández, corteja al Yunes rojo como nunca antes en la vida, luego de que tanto despotricara en su contra, con el único objetivo de salvar el pellejo y su fortuna, en caso de que Héctor Yunes gane en las urnas, como es el pronóstico de Manlio Fabio Beltrones, presidente del CEN del PRI, y el más interesado, camino a Los Pinos 2018.
BALAUSTRADAS: Si en el mes de diciembre del año 2010, JD soñaba con entrar a la historia política local como el mejor gobernador está terminando el sexenio como el peor.
Pero más aún, convertido en el cliente número uno de la propaganda negra de los candidatos a la silla embrujada de palacio.
Nunca se lo imaginó.
Jamás en el viaje sexenal miró hacia el día siguiente, pensando de seguro que tal día, 2016, estaba demasiado lejos.
Y peor, que los Yunes rojo y azul, Juan Bueno Torio, Cuitláhuac García, Armando Méndez de la Luz y Elías Miguel Moreno Brizuela, lo fueran a quemar en la hoguera pública.
Es más, y en la tónica del politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, el triunfo en las urnas pasa por la crítica lapidaria a JD, y en un solo sentido, la cárcel para él y los suyos, pues el grado de indignación crónica alcanza tales dimensiones.
Por eso, incluso, el Yunes azul ha sido tan sistemático, pues una y otra vez, como boxeador asestando jabs al hígado del adversario, denuncia la corrupción duartista, la última, por cierto, enlistando las propiedades del ex Oficial Mayor de la secretaría de Educación, Vicente Benítez, El señor de las tangas, El señor de las maletas voladoras, presumible candidato a diputado local por el distrito de Los Tuxtlas, donde el alcalde Manuel Rosendo Pelayo se le ha tirado al piso con toda la indignidad del mundo.
JD, pues, en el ojo del huracán, significa el camino seguro a repuntar en la encuesta diaria y semanal de aquí al 5 de junio, fecha de la elección.
Y más si los candidatos a la mini señalan como máximo responsable al presidente Enrique Peña Nieto, quien tuvo entereza y voluntad política para desaforar a Fausto Trejo y Ángel Aguirre Rivero como gobernadores de Guerrero (caso Ayotzinapa) y Michoacán (ligas con el narco), en tanto aquí, en Veracruz, ha cruzado los brazos de manera contemplativa.
ESCALERAS: Se ignora si en verdad madrear tanto a JD surta efecto en la población electoral para ganar la mini.
Claro, en la misma tesitura la rectora de la Universidad Veracruzana, doctora Sara Ladrón de Guevara, levantó grandes expectativas con su discurso en Xalapa el día de la marcha monumental, asegurando, entre otras cositas, que JD “nos debe el derecho a soñar”.
Pero la rectora, quien ninguna tentación faraónica del poder político tiene ni padece, pues su vida es ciento por ciento académica, solo abriga como objetivo que JD le pague los más de 2 mil millones de pesos del subsidio estatal y federal.
En tanto, los seis aspirantes a la mini están seguros de que bombardeando a JD a tiro por viaje en su discurso se impondrán en las urnas.
Se ignora.
Y es que al momento tantas veces, por ejemplo, JD ha sido renunciado que con todo y que hasta desapareció el río Atoyac (además de a las personas y el dinero público) ahí sigue.
Más efectivo sería, acaso, que los candidatos a la mini interpusieran una denuncia penal en la Procuraduría General de Justicia de la nación ya por los desaparecidos, la inseguridad, la impunidad, el oscuro destino de los recursos públicos, tantos pagos pendientes y/o la (presumible) corrupción política de una parte del gabinete legal y ampliado.
El discurso político alcanza para un buen titular, pero para convencer a la población se necesitan acciones específicas.
Con una denuncia penal más (la Auditoría Superior de la Federación, la UV y el CEN del PAN las han interpuesto), la perorata cambiaría centrándose en el reclamo a la PGR y a Los Pinos para proceder en contra de Javier Duarte.