- El peor lodazal del país
- ¿Dónde quedó el erario?
- Duarte soslaya preguntas
Luis Velázquez
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Con todo y que Javier Duarte, JD, alardee de que las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación, ASF, las están cumpliendo, la realidad es una sola, avasallante:
Al momento, y a 8 meses y 19 días de concluir el mandato constitucional, el duartismo ha sido incapaz, indolente, de justificar el destino de los recursos federales que desde el año 2011 a la fecha ascienden a 35 mil millones de pesos.
Desde luego, y de entrada, constituye una locura, una osadía, una temeridad, y en nombre de la esperanza bíblica, que hayan dispuesto de esa cantidad asombrosa en tiempos cuando el presidente Enrique Peña Nieto sueña con el Servicio Nacional Anticorrupción que en el Congreso de la Unión tienen bloqueado (por conveniencia) las bancadas del PAN y PRD.
Y cuando además mantiene encarcelada a la profesora Elba Esther Gordillo, más de 20 años propietaria del SNTE, acusada, entre otras cositas, de lavado de dinero.
Y cuando de igual manera desaforó a un par de gobernadores (Ángel Aguirre Rivero de Guerrero y Fausto Trejo de Michoacán) por sus amistades peligrosas con los carteles.
Y cuando depuso a los directores de la Profeco y Conagua por el tráfico de influencias, la soberbia y la petulancia.
Pero más aún, y como en el caso de JD, enviara a su contralor, Ricardo García Guzmán, al ruedo (en el que descarrila) para revirar los dichos de la ASF de tantas irregularidades, pero una cosita es la declaración mediática y otra, años luz de distancia, que la dependencia federal se sostiene en lo dicho.
El gobierno de Veracruz significa el peor lodazal, el cochinero más apestoso, en materia administrativa con el dinero público.
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Más todavía:
Los días caminan y el fin se acerca, y con todo y que JD anuncie una vez más que pagará sus deudas, entre ellas, los 2mil 70 millones (más lo que se acumule) a la Universidad Veracruzana (más de 50 mil personas en las marchas pacíficas del jueves 10 de marzo), nadie le cree.
Al momento, y por ejemplo, van meses de dimes y diretes y tomaduras de pelo con la rectora Sara Ladrón de Guevara, y la deuda sigue intacta, y por el contrario, multiplicándose… por más y más cacayacas de que cumplirá al pie de la letra.
Peor tantito: si JD desvió más de 400 millones de pesos federales del subsidio a la UV, entonces, la gran pregunta es el destino del dinero oficial.
Y al mismo tiempo, el destino de los 35 mil millones de pesos, además del paradero de los recursos estatales de los que al momento, pocos, excepcionales actores políticos, sociales y económicos se ocupan.
Tantito peor si se consideran los préstamos millonarios que la 63ª. Legislatura del cacique Juan Nicolás Callejas Arroyo ha autorizado, con el voto en contra de una parte de la bancada opositora, a JD.
Terrible si se recuerda otra circunstancia:
El duartismo ha endrogada al gobierno de Veracruz por los próximos 30 años.
La Auditoría Superior de la Federación espera le aclaren el destino de 35 mil millones de pesos.
El destino de los recursos estatales es otro cochinero.
Proveedores, prestadores de servicios, contratistas, pensionados, estudiantes becados, deportistas discapacitados, músicos, etcétera, se quejan de los pagos pendientes y hasta un sector de la iniciativa privada ha deslizado la posibilidad de un Fobaproa jarocho con que el peñismo salve a Veracruz.
Tal cual, una sola pregunta domina todo lo anterior:
¿Dónde está el dinero?
¿Qué destino le dio JD, jefe de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, jefe máximo de las finanzas, jefe máximo de los policías, jefe máximo del partido en el poder, jefe máximo hasta de una parte significativa de los medios?
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El senador Pepe Yunes Zorrilla lo ha resumido de la siguiente manera:
“Desorden administrativo, caos financiero y corrupción política”.
Cierto, cierto, cierto, y por eso mismo, las declaraciones mediáticas de los candidatos a la mini/gubernatura son insuficientes, pues ha llegado la hora de agotar las instancias federales para dar el paso siguiente:
Javier Duarte aclara a satisfacción, con pruebas documentales, el paradero de los 35 mil millones de pesos, o en todo caso, ha de aplicarse la ley, que para muchos significa una sola alternativa:
La cárcel.
Pero además, y como ha sostenido Héctor Yunes Landa, “devolver el dinero robado”.
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Podrá, en efecto, estar seguro JD que su gobierno es honesto en el manejo de los fondos públicos.
El problemita es que nadie le cree.
En la percepción ciudadana, en el sentir público, domina y predomina la versión de que todos ellos, los hijos de la Fidelidad “ordeñaron la vaca”, incluído el célebre autor de tal frase aplicada al duartismo, como es Gerardo Buganza Salmerón, a quienes por aquí señalaron de haber desviado 14 millones de pesos de los Juegos Centroamericanos, tuvo una revelación, camino de San Pablo a Damasco, y retiró su candidatura independiente a la mini.
Si es así, entonces, el lector podrá visualizar el tamaño de la corrupción en el duartismo.
Okey.
Pero la duda y la sospecha es el destino de los fondos públicos tanto federales como estatales.