lunes, julio 21, 2025

Policía ministerial de Veracruz buscaba desaparecidos… pero también secuestraba personas

XALAPA, VER.- El 11 de septiembre de 2013, hombres armados arribaron a la casa de J.F.J.V., un hombre de 79 años que se ganaba la vida criando borregos en el municipio de Rafael Delgado, Veracruz. Al principio su familia creyó que se trataba de una detención, porque se lo llevaron en una camioneta Ford pick-up placas 7490, con logos de la policía ministerial de Veracruz.
Pero si era una detención —se preguntó la familia llena de miedo—, ¿por qué los oficiales no mostraron una orden de aprehensión, ni dijeron de qué lo acusaban?, ¿por qué lo golpearon tan fuerte y además robaron su camioneta, una moto y muebles de la casa? Más tarde se enterarían que el patriarca en realidad estaba secuestrado y si lo querían de regreso debían pagar 3 millones de pesos.
La familia de J.F.J.V. pudo reconocer a quien aparentemente lideraba el grupo de policías—secuestradores, porque era vecino de la comunidad de Jalapilla, en el mismo municipio de Rafael Delgado: Bersaín “N”, entonces policía ministerial de la hoy extinta Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Los secuestradores mantuvieron comunicación con los parientes de su víctima; ellos trataron de negociar pero no había margen, también intentaron reunir el dinero pero no les dio tiempo. Cinco días después, el 18 de septiembre de 2013, el cadáver del adulto mayor fue encontrado en el río Matzinga, en Rafael Delgado. La víctima presentaba huellas de tortura y un golpe que le provocó un traumatismo craneoencefálico.
El cuerpo de J.F.J.V., fue velado y sepultado. Y aunque su familia sabía quién era el principal sospechoso de todo, pudo más el miedo que su enojo y necesidad de justicia. Denunciaron lo sucedido (investigación ministerial 700/2013) pero esperaron varios años para señalar a responsables en una ampliación de su denuncia.
A casi 12 años del secuestro de J.F.J.V., Bersaín “N” fue detenido la mañana de este sábado 19 de julio en la ciudad de Tlalnepantla, en el Estado de México, donde se ocultó por un largo tiempo. La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que será imputado ante un juez por el delito de secuestro agravado. Esta noche ya duerme en el penal de mediana seguridad de La Toma, en el municipio de Amatlán de los Reyes. En las próximas horas la autoridad judicial definirá la situación legal del hoy detenido, dentro de la causa penal 003/2021.
Bersaín “N” gozó de impunidad por más de una década en la región de las Altas Montañas de Veracruz, tiempo en el que ascendió como policía hasta que fue adscrito a la Fiscalía especializada en denuncias por personas desaparecidas de Córdoba. Sí, él se encargó de investigar desapariciones en la misma región que presuntamente delinquía.
En 2021 se separó de la Fiscalía General del Estado (FGE) y probó suerte en la política, cuando el partido Movimiento Ciudadano (MC) lo hizo candidato a alcalde en su natal Rafael Delgado. El expolicía, no obstante, perdió y fue desplazado hasta la cuarta posición.
Pasadas las elecciones, la FGE decidió llamar a cuentas al expolicía Bersaín “N”; el 15 de junio de ese año policías ministeriales intentaron ejecutarle una orden de aprehensión por el secuestro agravado de J.F.J.V. sin embargó se escapó. Esa ocasión fueron detenidos dos familiares suyos y posteriormente imputados por apoyarlo en su huida. Cuatro años permaneció prófugo hasta su captura de ayer, 19 de julio.
En la Fiscalía de desaparecidos fue acusado de robo y de entorpecer investigaciones
El secuestro de 2013 no es el único señalamiento contra Bersaín “N”. Otro caso es el de Nallely Guarneros, quien busca a su esposo y a su cuñada Sergio y Liliana Rueda, dos empresarios poblanos que desaparecieron el 16 de julio de 2019 en el municipio de Córdoba.
Los hermanos Rueda fueron víctimas de un secuestro montado, en el que participaron trabajadores suyos de la empresa Tarjeta Blanca, dedicada al financiamiento de préstamos.Sergio y Liliana acudieron a la dulcería La Josefina, en el municipio Córdoba, a pagar un rescate para liberar a sus empleados, sin embargo todo era parte de una treta y ellos fueron desaparecidos. Por ese caso cuatro trabajadores están detenidos y enfrentan cargos por el delito de desaparición cometida por particulares. Otros cinco permanecen prófugos de la justicia.
Durante el proceso de búsqueda, Nallely Guarneros denunció a Fabiola Melo González, entonces fiscal especializada en denuncias de personas desaparecidas de Córdoba —y jefa de Bersaín “N”—; por pedir 29 mil pesos durante dos meses seguidos a cambio de buscar a los dos empresarios. Actualmente la exservidora pública enfrenta un juicio en libertad por corrupción y espera una sentencia.
El 18 de septiembre de 2019, Nallely se convenció que estaba siendo estafada por la fiscal Melo, y que, además, indicios clave sobre la desaparición de Sergio y Liliana Rueda estaban desaparecidos de la carpeta de investigación, como un video de la última vez que fueron vistos con vida y entrevistas de otros trabajadores sospechosos.
Fabiola Melo trabajó de la mano con Bersaín “N” en el caso de los hermanos Rueda, como en todos los que ocurrieron en la región de Córdoba, entre 2017 y 2020. Ella, desde su adscripción, ordenaba actos de investigación y él los ejecutaba como policía ministerial.
Después de que Nallely Guarneros se percató de la falta de indicios en su carpeta de investigación, descubrió que también faltaba una motocicleta de la empresa de sus familiares, que uno de los trabajadores entregó a Bersaín “N” sin ninguna orden judicial. La moto no fue puesta a disposición de la Fiscalía.
Cuando Nallely pidió información sobre la moto, en marzo de 2020, le dijeron en la Fiscalía que tenía que ir por ella a la casa de Bersaín, en la comunidad de Jalapilla. Bersaín entregó la unidad el 5 de marzo de 2020, el mismo día que Fabiola Melo fue imputada ante un juez por los delitos de cohecho e incumplimiento de un deber legal, tras la denuncia de Nallely Guarneros.
“No entiendo por qué no informó que uno de los cobradores le había entregado la moto. Fui por ella a su casa y la tenía en su patio; me dijo que la guardó para no darme molestias, que no debía firmarle nada y me tomó fotos cuando me la llevé”, dijo Nallely Guarneros en entrevista con La Silla Rota. Hoy, el mismo servidor público que se encargó de buscar a su esposo y a su cuñada, enfrenta cargos por secuestrar y asesinar a un cuidador de borregos, de 79 años de edad.
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