Ciudad de México.-Es urgente ajustar el gasto público, pero de manera general, no sólo concentrarlo en Petróleos Mexicanos (Pemex), también es necesario extenderlo a todo los niveles de gobierno, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su publicación semanal “Análisis económico ejecutivo”, señala que no debe demorarse más el ajuste, por lo que 2016 es el momento preciso para iniciar el proceso.
“Es importante tener en cuenta que se debe hacer frente a una nueva realidad de la economía mexicana como un país importador neto de petrolíferos, en tanto no se recupere la producción de crudo”, subraya.
Por ello la urgencia de llevar a cabo ajustes este año y sin duda para 2017, estima el organismo, señala que este es el momento de diseñar una verdadera Reforma Fiscal que fortalezca el mercado interno, estimule la inversión y se centre en gravar el consumo.
En su opinión, el ajuste del gasto ayudará a hacer más eficiente la asignación de los recursos públicos, pero en el proceso habrá que combatir la corrupción y la ineficiencia burocrática, además de fortalecer las inversiones en infraestructura que realmente incidan en el desarrollo del país.
El organismo de investigación y análisis del sector privado refiere que el 30 de enero de 2015, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció un recorte de 124 mil 300 millones de pesos como medida preventiva.
Ello, ante la expectativa de un escenario complejo por varios años, debido a la rápida caída de los precios del petróleo desde mediados de 2014, la disminución de la producción y exportación de crudo, el nerviosismo por inminente normalización de la política monetaria de Estados Unidos y la desaceleración que mostraba la economía mundial.
Sin embargo, durante 2015 el entorno internacional siguió debilitándose, con la perspectiva de que el precio del petróleo continuaría a la baja y la percepción de las autoridades mexicanas de que el aumento de los ingresos sería insuficiente para compensar el efecto de la pérdida de ingresos petroleros.
Esto llevó a tomar la decisión de un nuevo ajuste preventivo pero ahora para 2016, por un monto de 135.1 mil millones de pesos en el gasto programable.
No obstante, señala el organismo, conforme avanzó el año, los reportes sobre las finanzas públicas no reflejaban claramente el efecto del ajuste anunciado.
Para el organismo, a ello se suma que el gasto público sigue reflejando un importante dispendio de recursos a través de una elevada cantidad de programas con baja o nula rentabilidad social, que lo único que hacen es contribuir a perpetuar la pobreza.
De ahí la importancia que tiene una revisión exhaustiva de todos los programas de gasto existentes, con el objetivo de identificar puntualmente aquellos que representan un gasto innecesario, como ya lo inició la autoridad hacendaria con el intento de presupuesto base cero, subraya.
Sostuvo que reducir el gasto público es un paso esencial para fortalecer la salud financiera del sector público en el largo plazo, con la posibilidad de recuperar el superávit financiero y reducir las presiones sobre la deuda.