Millones de mexicanos recurren en mayor medida a los consultorios adyacentes a farmacias, ante la falta de acceso a servicios de salud pública como son el IMSS y el Insabi. De hecho, la Anafarmex reporta un crecimiento del 33 por ciento en estos consultorios al pasar de 33 mil a 43 mil después de la pandemia de covid-19.
El 1 de diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a garantizar la salud de la población y suministrar medicamentos gratuitos a la población, sin embargo, durante su gobierno se redujo el número de personas con acceso a la salud y también creció el gasto que las personas destinan a medicinas y consultas.
“La inversión pública en el sector salud era de 2.4% en 2018, para 2024 se aprueba un presupuesto de 2.9%. La promesa fue aumentar en un punto del Producto Interno Bruto (PIB) la inversión en el sector salud, es importante mencionar que, si bien hubo un aumento, esto no se vio reflejado en un aumento en la atención, al contrario, lo que vemos es un aumento en el gasto de bolsillo”, dijo Judith Méndez, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
La investigadora recuerda que la promesa de aumentar el gasto en salud en un punto del PIB se quedó corta, adicionalmente, nuestro país destinó menos recursos a esa materia que otras naciones con una economía de menor tamaño.
“En el país destinamos tres puntos del PIB, a nivel internacional se sugiere el 6 por ciento, pero en Dinamarca no destinan eso, sino un 10%. En Latinoamérica, México es el país que menor porcentaje del PIB destina a gasto en salud. El país destina 600 dólares por persona al año, cuando Chile, Argentina, Colombia, Costa Rica, destinan entre mil 200 o mil 300 dólares”, explica la especialista en análisis presupuestal.
De acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) del gasto en salud ejercido durante el 2022, un 49% vino del sector privado, mientras que lo restante fue gasto público. El gasto privado no sólo se refiere al gasto de bolsillo de los ciudadanos sino también a los recursos que desembolsan instituciones como las aseguradoras, así como instituciones sin fines de lucro.
El CIEP informa que el gasto privado corresponde en mayoría a los hogares que desembolsan esos recursos para financiar su acceso a la salud.
Según el estudio El derecho a la salud 2023, elaborado por el Consejo para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2020 se hizo el gasto en salud más alto del sexenio, con 3.5% del PIB. “Respondió a la reasignación presupuestal para atender las prioridades derivadas de la pandemia; no obstante, en 2021 obtuvo niveles similares a 2015, donde el porcentaje se situaba en 3.1%”.
Privatización en los hechos
El gobierno festejó los resultados de las Estimaciones de pobreza multidimensional que el propio Coneval dio a conocer en agosto de 2023, en especial, la reducción en la cantidad de personas que se encontraban en pobreza multidimensional, que pasó de 51.9 millones a 46.8, equivalentes a 5.1 millones de personas.
Pero ese estudio también encontró que las personas que sufrían carencia por acceso a los servicios de salud pasaron de 20.1 millones a 50.4 millones.
“De acuerdo con la medición multidimensional de la pobreza en México, en 2022, el mayor porcentaje de personas con acceso a los servicios de salud reportó estar afiliado al IMSS (38.3%); en segundo término, declaró tener derecho a los servicios del INSABI (13.1%) este último componente estaba dirigido a brindar servicios de salud a las personas sin seguridad social”.
Esos millones de personas que dejaron de tener acceso a la salud fueron atendidos en consultorios privados, en especial, en los adyacentes a cadenas de farmacias, que se multiplicaron en este sexenio.
Marcos Pascual, director Comercial de la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex), dijo en entrevista que esas farmacias fueron una alternativa para lograr un primer contacto con los pacientes y obtener un diagnóstico de algún padecimiento más grave.
“Antes de la pandemia teníamos cerca de 33 mil farmacias con consultorio adyacente dentro del sector privado y postpandemia estamos llegando a un universo de más de 43 mil puntos de venta, esto significa más de un 33% de crecimiento, los consultorios adyacentes a farmacias alrededor de la República generan más de 10 millones de consultas mensuales”, mencionó.
En el sitio de la organización México Cómo Vamos, el investigador Jorge Basave Kunhardt, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, recordó que a raíz de la pandemia por COVID-19 aumentó la atención médica en consultorios privados o anexos a farmacias.
“En 2018 existían un 51% de unidades del sector público en operación frente a un 49 % de unidades del sector privado, pero cuatro años después, en 2022, esta proporción había cambiado a 37 % y 63 % respectivamente. Seis de cada 10 personas se mudaron a la atención privada. Esta atención fuera del sistema público representa un incremento sustancial en lo que se denomina gastos de bolsillo de los usuarios”.
Un análisis del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advirtió que el sector salud en México sufre fuertes rezagos y que a nivel internacional muestra resultados decepcionantes. Muestra de ello es la falta de cobertura y escasez de medicamentos en los hospitales y clínicas públicos que empuja a muchas familias, principalmente de bajos ingresos, a hacer frente a sus necesidades médicas a través de gasto de bolsillo con el impacto que esto implica en su economía.
Al cierre del sexenio el compromiso de mejorar el acceso a la salud sigue sin cumplirse adquiridos y en el recuerdo quedan la eliminación del Seguro Popular y su remplazo por el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que fracasó rotundamente y llevó a crear el modelo de IMSS-Bienestar que apunta a atender a la población que no cuenta con seguridad social. (Con información de Jorge Cisneros M y Natalia Escobar)