miércoles, noviembre 27, 2024

Barandal

Por: Luis Velázquez

•En el pleito Duarte y la UV…

•Sólo hay una duda:

•¿Dónde paró el dinero?

DUARTISTAS MOLESTOS, PORQUE RECTORA LOS DEMANDÓ…

PASAMANOS: Ningún duartista vislumbró hace un semestre que la rectora de la Universidad Veracruzana, UV, era capaz, como dijo ella misma, de “encabezar una revolución pacífica y silenciosa” por la dignidad de la máxima casa de estudios.

Y su revolución pacífica ha alcanzado la plenitud legal y jurídica. Por ejemplo, la denuncia penal en la Fiscalía Especializado en Delitos relacionados con hechos de corrupción cometidos por servidores públicos.

Y la denuncia penal ante la agencia del Ministerio Público de la Federación.

Tal cual, y de entrada, la doctora Sara Ladrón de Guevara ha puesto el índice en la llaga purulenta, identificada como la posible corrupción en el duartismo en contra de la UV por la deuda de dos mil 76 millones de pesos, correspondientes a los subsidios estatal, autorizado por el Congreso local, y federal, depositado en tiempo y forma por la secretaría de Hacienda y Crédito Público y que el duartismo se habría chingado.

Pero, además, y en defensa de la dignidad universitaria, la rectora ha devuelto madrazo por madrazo.

Si el secretario General de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, él mismito que ordenara golpear a los pensionados, publicó una carta donde, rudeza innecesaria, insiste en un tema aclarado como es la llamada deuda por el pago de pensiones, la rectora le reviró con otra carta del director jurídico de la UV.

En el fondo, los duartistas están molestos, irritados, con la rectora, simple y llanamente porque actuó de acuerdo con la ley, y por supuesto, harta, molesta, irritada con la tomadura de pelo a la que Javier Duarte la ha sometido desde hace más de 6 meses con el estira y afloje del pago de la deuda.

En el fondo, y luego de que a los duartistas les faltó sensibilidad para dialogar y negociar de acuerdo con la ley, están furibundos porque la rectora interpuso el par de demandas en contra del gobierno del estado.     

  

¿QUIÉN SE CHINGÓ LOS 2 MIL 76 MILLONES DE PESOS?

BALAUSTRADAS: El problema toral es el destino de los dos mil 76 millones de pesos que la secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, se resiste a pagar a la UV con pretextos banales e insulsos.

Tal cual, ¿dónde quedó el billete millonario, los depositaron en el jineteo bursátil y en la especulación perdieron, se fueron a la llamada “Operación licuadora”, terminaron en otros bolsillos y/o en las Islas Caimán, los utilizaron para la compra de mansiones, departamentos de lujo en el país y/o en el extranjero, ranchos, ganado, yates, aviones, helicópteros, joyas, cuentas bancarias, se habrán ido en alguna campaña electoral, ya federal, ya local, están sudando por ahí en otros negocios ilícitos?

Es más, y dado los dimes y diretes entre Javier Duarte, Flavino Ríos y Antonio Gómez Pelegrín y la rectora y su abogado, el asunto vital se está diluyendo.

¿Dónde está el dinero?

Si el subsidio estatal fue desviado a otros programas, entonces, ¿dónde están los 400 millones de pesos del subsidio federal depositado en la SEFIPLAN en tiempo y forma?

Incluso, tal duda y sospecha se acreciente a partir de la denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación en contra de 19 duartistas interpuesta en la procuraduría General de la República y que será una vez más promovida luego de que de manera rara y extraña, la PGR se lavara las manos declarándose incapacitada, oh paradoja, y difiriendo el expediente a la Fiscalía de Veracruz, donde, claro, lógico, obvio, le dieron cristiana sepultara, con la misma facilidad con que, por ejemplo, resucitan a los muertos.

Si la rectora agotó toda la esperanza del mundo esperando el pago.

Y si aceptó una mesa de negociaciones que Javier Duarte le ofreciera luego de su visita demagógica y populista a la UV.

Y si nunca le pagaron.

Y si una vez más a principio del mes de enero insistió en el tema y a la SEFIPLAN le valió.

Y si interpuso el par de denuncias penales, una en la Fiscalía local y otra en la PGR, entonces, la única duda es el paradero del dinero oficial.

Los dos mil 76 millones de pesos habrían sido ordeñados.

EN VEZ DEL ACUERDO, EL DESQUITE Y LA VENGANZA

ESCALERAS: En Morelos, el rector de la Universidad Autónoma, Alejandro Vera Jiménez, tiene seis días plantado en el zócalo con el cuerpo académico y alumnos, molesto, irritado, porque la universidad pública opera cada año con un déficit de casi 500 millones de pesos.

Y cuando exigió cuentas al gobernador, el perredista Graco Ramírez (quien por cierto se cree, el pobrecito, presidenciable), lo acusó de malos manejos financieros a través de los texto/servidores a su servicio.

Así, la doctora Sara Ladrón de Guevara reveló el viernes 5 que el rector de la Universidad de Guadalajara, Izcóatl Bravo Padilla, le recomendó “salir a la calle”, lo que, dijo la rectora de la UV, “sería legítimo.

No obstante, ha apostado a las “vías del Estado de Derecho para concluir cualquier diferencia”.

Nada, sin embargo, puede esperarse, cuando la ingratitud de Javier Duarte está fuera de duda, pues en el tiempo de Víctor Arredondo Álvarez como rector de la UV fue becado, junto con Érick Lagos, a través del ahora diputado federal, Édgar Spinoso Carrera, con un dinerito puntual, constante y sonante que cada mes le caía.

Pero además, cuando el secretario General de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, es investigador de la UV con un permiso sin goce de sueldo según cacarean en las redes sociales.

Y más cuando uno y otro en vez de dialogar, negociar y pactar, utilizan la fuerza del Estado y el aparato gubernamental para devolver, digamos, golpe por golpe a la UV.

En vez del diálogo, el desquite. Yo te debo, pero tú me debes más.

En vez del acuerdo, la amenaza. Tú me demandaste por la vía penal, tú sabrás de mí con “un expediente de ejecución fiscal” por la (presunta) deuda con el Instituto de Pensiones.

El gobernador, dueño del día y de la noche, y de poderes legislativo y judicial, y de las finanzas y los cuerpos policiacos al servicio, por cierto, de los carteles, y del partido en el poder, está obligado a la prudencia y la tolerancia.

Y aun cuando meses anteriores, Flavino Ríos aseguraba que un político ha de tener como atributo principal la frialdad y la serenidad, el señor oaxaqueño ha perdido la cordura y también actuado como un Trucutú ante la UV.

Hace un semestre, nadie creyó que la rectora era capaz de una revolución pacífica y silenciosa por la dignidad universitaria.

Y lo que viene, pues nadie podría descartar que al ratito  se vaya a la calle a la protesta pública, y de igual manera como el rector de Morelos, se declare en plantón en la plaza Lerdo de Xalapa y hasta en huelga de hambre…

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