México.-La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha emitido una advertencia preocupante sobre la situación de México en términos de pobreza y desigualdad. Según su informe anual sobre reformas estructurales, México se encuentra entre los países del grupo de la OCDE con uno de los niveles más altos de pobreza y desigualdad en comparación con otras 38 naciones, que incluyen a Chile, Colombia y Costa Rica.
Uno de los indicadores alarmantes revelados por la OCDE es el índice de brecha de pobreza de México, que se sitúa en un 34.2, superando el promedio de 28.7 observado en el resto de los países de la organización. Además, el índice de Gini, que mide la desigualdad de ingresos en una escala del 0 al 100, se encuentra en 42 en México, lo que representa una brecha de 10 puntos por encima del promedio de la OCDE.
El informe de la OCDE destaca la necesidad urgente de tomar medidas concretas para abordar esta situación preocupante. Se hace un llamado a fortalecer la protección social en el país, especialmente para hacerla más eficiente y adaptable a los ciclos económicos, reducir las brechas de género y mejorar la calidad de la educación. Además, se recomienda la implementación de un esquema federal de seguro de desempleo, la creación de una red de guarderías con un enfoque prioritario en los hogares de bajos ingresos y programas destinados a reintegrar a los estudiantes que abandonaron la escuela durante la pandemia de Covid-19.
El informe también destaca que la pandemia ha tenido un impacto significativo en el sistema educativo mexicano y ha exacerbado las desigualdades preexistentes. Además, se señala que la participación laboral de las mujeres en México sigue rezagada a pesar de ciertos avances recientes.
La OCDE también subraya que la competencia en sectores clave de la economía es débil en México, lo que ha llevado a un dominio por parte de un pequeño número de empresas en los mercados. Además, se señala que el 55% de los trabajadores en México son informales, lo que a su vez es una causa y una consecuencia de la baja productividad.
En cuanto a la transición climática, la OCDE reconoce que México ha tomado medidas pioneras en mitigación y adaptación al cambio climático entre las economías emergentes, pero enfatiza que se necesita una acción política adicional para cumplir con sus metas de reducción de emisiones. Se sugiere la expansión de los impuestos sobre el carbono y un aumento gradual de los mismos, con el propósito de destinar los fondos recaudados al apoyo de los hogares de bajos ingresos. Asimismo, se hace hincapié en la importancia de mantener regulaciones que fomenten las fuentes de energía renovable y la participación del sector privado, así como modernizar la red eléctrica mediante tecnología inteligente.
En resumen, la OCDE plantea una serie de desafíos críticos que México debe abordar con urgencia para mejorar su situación en términos de pobreza, desigualdad y sostenibilidad económica y ambiental.