martes, julio 8, 2025

Barandal

Por:  Luis Velázquez

•Acotado el duartismo 

•Con alianza, todo dicho

•Héctor Yunes, candidato 

 

JAVIER DUARTE, SIN CAPACIDAD DE MANIOBRA 

PASAMANOS: Luego de la alianza electoral del PAN y PRD en Veracruz para la candidatura común a gobernador, y toda vez que el nominado es Miguel Ángel Yunes Linares, el margen de maniobra que restaría al PRI duartista fue disminuido…a cero.

Quedaron, pues, solitos, en la loma, gritando como el pastorcito oaxaqueño que ahí viene el lobo.

Así, al duartismo solo quedó una realidad: aceptar la nominación de cualquier de los senadores priistas.

Héctor Yunes Landa, por quien Pepe Yunes declinó, en la advertencia de que si Héctor fuera vetado, entonces, ni hablar, entraría de inmediato al quite.

Era la única salida para ellos, si en verdad, con las neuronas por delante, el hígado y la pasión excluida desean ganar la gubernatura.

Y más porque el hartazgo ciudadano y el desánimo y el desencanto y la desesperanza de la población electoral en la tierra jarocha en contra del duartismo está canijo.

Fuera de control.

Ni modo, por ejemplo, entre tantos otros, que los familiares de los tres ejecutados en Orizaba, entre ellos, una mujer, y los familiares de los cinco jóvenes originarios de Playa Vicente, secuestrados, según parece, por elementos policiacos, en Tierra Blanca, sufraguen por el candidato priista, sea quien sea.

El duartismo, pues, quedó acorralado.

Y en el CEN del PRI, con Manlio Fabio Beltrones de pastor, Héctor Yunes fue ungido.

A su lado, en la fotografía, el resto de aspirantes, entre ellos, Pepe Yunes, siempre fiel, siempre leal.

Por eso mismo, el presidente del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones, aceleró la publicación de la convocatoria antes de que la masacre priista continuara y según versiones hoy mismo, viernes, será publicada.

Un manotazo a «El misógino aberrante» (así llamado por la secretaria General del CEN del PRI) para cortarle sus alas mesiánicas de soñar con la candidatura, pobrecito iluso.

Otro manotazo para frenar a Érick Lagos y Adolfo Mota que igual de ilusos todavía creen en un milagro y están mirando la tempestad sin hincarse.

Y lo peor, y en el caso de Motita, destapado por el Panal.

Otro manotazo para detener las ínfulas de Jorge Alejandro Carvallo Delfín, destapada por el PVEM, desmentido después, y lo peor, ahora resulta que es crítico priista y asegura que nunca la familia tricolor ha estado unida en Veracruz.

¡Bastaba ya de mesianismos rojos!

Así, solo abonaban el rencor y la fractura interna.

Y, lo más terrible, el desgaste de los senadores priistas, punteros en la tendencia de la encuesta histórica.

Luego de la alianza electoral PAN y PRD, la realidad se impuso.

Se disciplinaban en el PRI, o por el contrario, Héctor y Pepe se irían por la libre, digamos, en alianza con otros partidos, Morena, por ejemplo, el Movimiento Ciudadano, el PT, incluso, hasta el AVE, cuyo dirigente, el ex dantista, estaba con la mano tendida a Héctor Yunes.

SATÉLITES DEL PODER ESTATAL 

  

BALAUSTRADAS: De paso, muchas cositas parecieron estarse moviendo en el PRI Veracruz.

Entre ellas, la siguiente:

Durante varias semanas, el diputado federal, Jorge Alejandro Carvallo Delfín, permaneció callado, digamos, a la expectativa, ante el juego sucesorio.

Incluso, fue manifiesto que sus otros «compañeros de proyectos» (Érick Lagos, Adolfo Mota y Alberto Silva) se replegaron al Jefe Máximo del Priismo como satélites del poder estatal que han sido y son y continuarán, pues nada indica que les interese, por ahora, el ejercicio de la libertad, la independencia y la autonomía, conscientes y seguros de que la única vida posible hoy es alrededor de Javier Duarte como antes de Fidel Herrera, y/o en todo caso, bajo la égida de los dos.

El caso es que de pronto, en efecto, a Carvallo Delfín le han llegado los resplandores de San Pablo camino a Damasco y ha tenido una revelación.

Tal cual, ha empezado a expresarse, digamos, con independencia de Duarte.

Quizá estaría entrando a un movimiento genuino, purificador, el alma desintoxicada a partir del desengaño que suele venir cuando el monstruo se conoce por dentro.

Acaso porque haya sido excluido de la tribu.

Sabrá Jesús de Nazareth, en cuyo nombre los evangélicos bendijeron la oficina del gobernador.

Pero de ser así, entonces, estaríamos en el preludio de un desfondamiento acelerado de la influencia tanto de Duarte como del góber fogoso en las neuronas, el corazón y el hígado de Jorge Carvallo hijo.

Desde luego, la astróloga de los Llanos de Sotavento, bruja de cabecera de Érick Lagos, en ningún momento advierte una renuncia al PRI, su partido, caso Dante Delgado Rannauro, Andrés Manuel López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo en su tiempo.

Pero, bueno, dentro del PRI también hay derecho a la crítica y a la disidencia, casos Pepe y Héctor Yunes.

Carvallo, no obstante, ha advirtió:

Si va Pepe de candidato, se disciplinaba.

Si va Héctor, lo dudaba.

Ahora, ni hablar, doblado y doblegado.

LA LOCURA DEL MAXIMATO 

 

ESCALERAS: En toda familia hay pleitos. La vida sin problemas, decía David Alfaro Siqueiros, sería insípida. Pero en el caso de la familia priista, los pleitos son tsunamis. De por medio está el billete fácil y el poder político que suele llevar al poder económico y al poder social. Vida de privilegiados en un país, en un Veracruz, pobre, miserable, jodido, hambriento, desempleado y con salarios de hambre.

No obstante, y salvo excepciones, hacia el final del huracán se arreglan.

Se arreglaron, por ejemplo, las tribus del PRD y hasta Agustín Basave reculó en su renunció. Es decir, el colmo, renunció a lo renunciado.

Se arreglaron en el PAN, con la dimisión de Juan Bueno Torio, quien allanó el camino a Miguel Ángel Yunes Linares.

Se arreglaron en el PRI, pues de lo contrario, fracturados, divididos, Yunes Linares entraría a palacio y cuatro meses, dijo, le serían suficientes para encarcelar a Javier Duarte, Fidel Herrera y uno que otro duartista y fidelista.

El priismo jarocho jugó con fuego, pero la realidad, más que la disciplina, se ha impuesto, y todos en familia.

Veracruz, mejor dicho, el trono imperial y faraónico, bien vale una misa, cuando menos, para acabar de tajo con la locura del Maximato fidelista.

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