martes, diciembre 16, 2025

Malecón del Paseo

  • Pepe o Héctor Yunes
  • Sólo hay dos sopas
  • Encrucijada de Beltrones

Luis Velázquez

FABIRUCHIS MISÓGINO: SÓLO HAY DOS SOPAS

EMBARCADERO: Los políticos priistas únicamente miran dos precandidatos fuertes a la candidatura a gobernador. Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa.

Y por más que el presidente del CDE del partidazo y el Jefe Máximo del Priismo quieran inflar a uno de los suyos, por ningún lado la posibilidad electoral les alcanza.

Claro, digamos, sin conceder, que ganaran la jugada con el visto bueno de Los Pinos, vía el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, sólo con una inversión millonaria sucia y cochina podrían, quizá, acercarse.

Pero además, si existieran tres sopas (¡vaya alegoría política de grandes ligas!) y la sopa tres, el candidato duartiano, saliera, las consecuencias serían las siguientes, entre otras:

Una. Los senadores priistas migrarían del partido y/o en todo caso, por debajo de la mesa apostarían todo a su derrota.

Dos. La desbandada priista sería imprevisible y peor el voto de castigo.

Tres. Ni modo que los senadores tricolores cruzaran de brazos. Primera hipótesis: jugarían las contras. Segunda: se lanzarían como candidatos independientes haciendo el uno y el dos. Tercera: cada uno se iría como candidato ciudadano. Cuarta: buscarían un partido opositor. Quinta: se unirían al panista Miguel Ángel Yunes Linares.

Y en tales circunstancias, veinte y las malas que la derrota del candidato duartista estaría asegurada.

Cuatro. A estas alturas, luego de levantar tantas expectativas electorales, ni Manlio Fabio Beltrones ni Luis Videgaray Caso disciplinarían, así nomás, a Héctor y Pepe.

Así, la reacción de los dos se mira imprevisible. Todo puede ocurrir, menos, que sean doblados.

EL TRIUNFO DEL PRI O LA DERROTA ANUNCIADA

ROMPEOLAS: Que ningún priista, entonces, se haga bolas.

Sólo hay dos. Pepe o Héctor. Es decir, el triunfo del PRI o la derrota anunciada con un duartista de candidato.

En 1974, según don Jesús Reyes Heroles, el gobernador Rafael Murillo Vidal infló hasta donde más pudo al subsecretario General de Gobierno, Manuel Carbonell de la Hoz.

Y fue descarrilado.

Ahora, el señor Javier Duarte ha inflado a un montón de prospectos. Salvador Manzur, Fernando Charleston junior, Alberto Silva, Adolfo Mota, Érick Lagos, Gerardo Buganza y Tomás Ruiz, entre otros. Y todos se descarrilaron solitos.

Ahora, todo indica, infla otra vez a Lagos Hernández.

Está jugando aquí, en Veracruz, con el imaginario colectivo tanto político como periodístico. Y también en el altiplano vía Aurelio Nuño vía Enrique Jackson.

Olvida, no obstante, el hartazgo ciudadano y del contribuyente y de la población electoral en contra de todo lo que huela a Fidel Herrera y Duarte.

Por eso, digamos sin conceder, que se saliera con la suya, el PRI enfrentaría la más sucia y cochina compra de sufragios al precio que sea de norte a sur y de este a oeste de Veracruz para ver quizá, acaso, si ganaran en las urnas.

Sería, pues, un lodazal apocalíptico sin precedente en la historia política de la nación.

Y es que en el alma colectiva hay demasiado dolor, ira, furia, desencanto, desánimo y decepción. Todo junto.

Y si los duartistas lo soslayan, hacen que lo ignoran y se encierran en su mundo rosa y color de rosa, allá ellos.

La ira musulmana de París será poco que ni siquiera, el mesiánico Gerardo Buganza Salmerón, ciudadano independiente de Duarte, lo impediría, pues desde ahora está claro que nunca, jamás, prendió ni ha prendido ni prenderá su nominación falsaria.

Si el CEN del PRI y Los Pinos desean ganar Veracruz, luego de tener perdido Jalisco con el Movimiento Ciudadano y el Distrito Federal con el PRD, pero más aún, con Morena, entonces, la única posibilidad sabia, cuerda y prudente, es mirar la realidad y estar conscientes, firmes, seguros, de que el priismo militante sólo mira a Pepe y/o Héctor Yunes para la candidatura.

Sólo así haría un papel digno, de altura.

ENTRE LA ESPADA Y LA ESPADA

ASTILLEROS: Si Beltrones quiere perder Veracruz, digamos, porque su amistad con Miguel Ángel Yunes Linares es superior, ni hablar, pa’lante con excluir a los senadores priistas.

Si Beltrones sigue permitiendo que el mismo CDE del PRI del Fabiruchis mesiánico evidencie a los senadores, pensando que así los descarrilará, allá Beltrones, quien sueña con la gubernatura de Sonora para su hija y la jefatura de Gobierno del Distrito Federal para su yerno.

Si Beltrones cree que tolerando la madriza política y mediática en contra de los senadores en Veracruz abona el ejercicio democrático, pero más aún, asegura el triunfo en las urnas, que Alá lo cuide.

Si con el rafagueo entre las partes en Veracruz, Beltrones apuesta a un tercero en discordia, la militancia tricolor y una parte mayoritaria de la elite priista estará segura de que les tomaron el pelo, y por tanto, se vengarán en las urnas sufragando en contra del candidato.

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