sábado, diciembre 20, 2025

Barandal

  • Alerta de Amnistía Internacional
  • Reprimenda a gobernadores
  • Asesinadas 7 mujeres por día

Luis Velázquez

EL TIEMPO DEL DESPRECIO

PASAMANOS: Hay en Veracruz un menosprecio por el asesinato de mujeres, traducido en echar la papa caliente a la secretaría de Gobernación para que ellos decidan si procede la Alerta de Género.

La indolencia también se expresa cuando la directora del Instituto de la Mujer, Edda Arrez, es declarada para su felicidad “La heroína del siglo” por el secretario de Seguridad Pública.

Y cuando como sucediera en Orizaba, ante el llamado drástico de justicia de la madre de una desaparecida, Fernanda Rubí, en el mes de septiembre de 2012, hay pitorreo, risas, indiferencia que como dijera la señora Aracely Salcedo se trató de una bofetada a todas las mujeres desaparecidas y sus familiares.

También hay desprecio por los feminicidios cuando desde la conferencia habitual del día lunes, la autoridad enlista, según ella, una serie de oficinas y dependencias para la garantía de la mujer, en tanto el grito callejero es el reclamo de justicia ante la creciente ola de agravios y crímenes a la población femenina.

Ahora, Amnistía Internacional, AI, ha llamado a los gobernadores del país y a la Federación a tomar medidas efectivas para prever la violencia contra las mujeres, y sin embargo, se ha tratado, siempre, de un grito solitario en el desierto. Nadie lo escucha. Nadie asume la tarea. El menosprecio. El desprecio. La indolencia. La indiferencia. El valemadrismo, todo junto.

Y más, como ha dicho una ONG, estamos, y en el caso de Veracruz, ante una masacre de mujeres, pues a la mayor parte las asesinan en el seno familiar. La pareja a base de madrazo limpio. Golpeadas. Torturadas. Muerte lenta. Poco a poco.

Desde luego, hay casos dramáticos.

La chica asesinada en Córdoba de 40 puñaladas y la señora asesinada en Orizaba de veinte puñaladas.

El colmo de todo en la historia sórdida de los feminicidios en Veracruz fue con el ultraje multitudinario a la anciana náhuatl de 73 años de edad, Ernestina Ascencio Rosario, el 6 de febrero de 2007, cuyo dictamen médico lo anunciara el presidente Felipe Calderón de que falleció por una gastritis crónica, y a lo que el gobernador Fidel Herrera Beltrán se prestara, con todos los agravantes de la ley.

SIETE MUJERES ASESINADAS POR DÍA

BALAUSTRADAS: Amnistía Internacional formula su llamado a luchar contra la impunidad en los feminicidios como ha sido el caso de Veracruz, cierto, y también del resto de la nación, donde las ONG y los colectivos, incluso también de transexuales, los tienen documentados a plenitud.

La organización internacional advierte que en el país de Enrique Peña Nieto el marco jurídico para enfrentar los crímenes de mujeres ha sido insuficiente para frenar la violencia.

Tal cual, arrasan por completo hasta con la llamada Alerta de Género, que con todo, cuando menos significa consuelo y esperanza.

AI aporta un nuevo dato estremecedor: solo en el año 2013 ocurrieron en México dos mil 502 defunciones de mujeres con presunción de homicidios, y si nos vamos a Pitágoras, entonces, hablan de que cada día son asesinadas siete mujeres en algún rincón de la república.

Peor tantito si se considera el otro dato de Amnistía: la mayor parte de los asesinatos nunca, jamás, son investigados como tales, y al mismo tiempo, son desatendidos por la misma justicia, el mismo Estado de Derecho que obliga, según la Constitución Política, a garantizar la vida de cada persona.

Y, por tanto, “se crea un patrón de impunidad”.

En la tierra jarocha, por ejemplo, las cifras de la muerte se cruzan y empalman, y en los dimes y diretes, en el escarceo informativo, se han cumplido cinco años del duartismo, y la realidad es avasallante con las hermanitas gemelas, la inseguridad y la impunidad.

FABIRUCHIS, S.A. DE C.V.

ESCALERAS: La violencia contra las mujeres gira alrededor de los crímenes en su peor forma.

Pero de igual manera, cada día, las mujeres, las jóvenes y las niñas en el ámbito familiar, escolar, laboral, comunitario, hay conductas irregulares, digamos, en un país de machos y clubes de Tobis en el ejercicio del poder.

Por eso, AI advierte que los políticos y funcionarios públicos “han fallado en aplicar medidas legales y administrativas para mejorar la prevención, la protección y la investigación de la violencia de género” (La Jornada nacional, 2 de noviembre, 2015, Perseo Quiroz, director ejecutivo de AI sección México).

Y el hecho se refiere tanto a la Federación como a todos y cada uno de los gobernadores del país, entre ellos, Veracruz.

Bastaría, por desgracia, referir la conducta del presidente del CDE del PRI, “El misógino Fabiruchis” de exigir la prueba de embarazo a las mujeres priistas aspirantes a un cargo de elección popular.

Y, por añadidura, y de paso, el silencio de la mayoría de las mujeres priistas para defender la causa, temerosas, quizá, de una exclusión como venganza represiva y autoritaria.

Lo peor fue que algunas mujeres con cargo público “tiraron su espada en prenda” para avalar al presidente priista.

Y es que, bueno, si así piensa y siente el dirigente priista, con más razón suele darse la actitud de un hombre común y sencillo y celoso que de pronto llega borracho a casa y golpea a la pareja hasta asesinarla.

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