lunes, abril 28, 2025

Expediente 2015

El zalamero

Luis Velázquez

Víctor Rodríguez Gallegos, líder del Movimiento Territorial del PRI, MT, discípulo de Marcelo Montiel Montiel, delegado federal de la SEDESOL, es el campeón de la zalamería priista a Javier Duarte. El señor de las mieles y el incienso. Pero además, barato. Cursi, incluso.

El jueves 28 de octubre estuvo en la facultad de Contaduría de la UV en Coatzacoalcos. Y ante los estudiantes se echó un discurso tirándose al piso para servir de alfombra al Jefe Máximo del Priismo.

El halago al ego como forma de sobrevivencia política. La zalamería camino a la candidatura tricolor a diputado local para luego, en automático, brincar a la presidencia municipal, de la que Marcelo Montiel se siente dueño, sumo pontífice, hacedor, propietario de su hacienda porfirista.

Nunca, antes, tanta lengua larga que acaso, quizá, germine en tierra fértil ahora cuando el duartismo padece las peores horas turbulentas y revolcadas del sexenio, como cuando, por ejemplo, Veracruz fue declarado el paraíso donde “la muerte tiene permiso”.

Por ejemplo, una frase bíblica del dirigente del Movimiento Territorial del tricolor:

“En Veracruz, Javier Duarte impulsa la calidad educativa y el desarrollo profesional de los jóvenes”.

¡Ah!, pues, las mieles del poder!, cuando, y por ejemplo, la Secretaría de Finanzas y Planeación debe su beca desde el año 2014 a más de 33 mil estudiantes de todos los niveles.

Y cuando, además, Veracruz está en el sótano de la calidad educativa en uno de los últimos lugares nacionales, aun cuando, oh paradoja, ganara el certamen nacional de bailable regional con “El tilingo lingo” cuando Adolfo Motita era secretario y él mismo se ponía a bailar la bamba delante de los niños.

Y si vamos al “desarrollo profesional de los jóvenes” se olvida que Veracruz ocupa el segundo lugar nacional en jóvenes ninis, que ni estudian ni trabajan, toda vez que la educación superior les ha servido como una fábrica de desempleados.

¡VAYAS FARSAS!

Frase recurrente, por cierto: el secretario del MT dice que el señor Javier Duarte “ha expresado su permanente apoyo y respaldo a la Universidad Veracruzana”.

¡Vaya farsantito!

Por una sola razón: a la fecha el duartismo adeuda dos mil millones de pesos a la UV, de los cuales, 1,600 millones corresponden al subsidio estatal, que le ha regateado, y 400 millones al subsidio federal que la secretaría de Hacienda y Crédito Público depositara a la SEFIPLAN y que, todo indica, fue ordeñado, quizá a través de la llamada “Operación licuadora” que consiste en desviar el erario a otros programas, a otras regiones, a otros bolsillos y/o al jineteo bursátil.

Se ignora si el mismo dirigente cree sus falacias y mentiras. Se ignora si creerá que los alumnos creen en su palabrerío, como si pensara que están desinformados. Pero, bueno, cada quien anda por la vida con sus fantasmas y creerá que con el halago desbordado, lleno de alabanzas, al Jefe Máximo del Priismo le abrirán las puertas al cielo tricolor en automático.

En su pitorreo, también dijo que “con Javier Duarte la educación se mantiene como un instrumento de movilidad social que permite que los egresados de la UV sean vinculados de manera directa al sector productivo”.

¡Vayas mentiras!

Un datito: de cada diez habitantes de Veracruz, entre los que se cuentan miles de egresados de educación superior, seis están en la pobreza y la miseria según el CONEVAL.

Basta mirar la realidad, por ejemplo, en muchísimos profesionales que andan de taxistas, por ejemplo, en ningún momento porque sea desdoro, sino porque se entiende estudiaron para una vida mejor.

Incluso, miles son migrantes a la frontera norte en los campos agrícolas del Valle de San Quintín y a Estados Unidos.

Un solo dato: la empresa brasileña Odebrecht, con su proyecto Etileno Siglo XXI en Nanchital, ha despedido al momento a ocho mil trabajadores, un número elevado profesionales, más los que despedirá de aquí para fin de año.

ARRASTRARSE COMO UNA NAUYACA

Se entiende: el dirigente de esa cosa llamada Movimiento Territorial está igual que Gabriel Deantes Ramos, secretario de Trabajo: sueña con la candidatura a diputado local y por eso lisonjea a Duarte, queda/bien.

En contraparte, nacido en Tamaulipas donde vendía celulares en el malecón, enriquecido en el duartismo con su par de mansiones en el fraccionamiento “Las ánimas de Xalapa”, más una plaza comercial, más un edificio de pisos, soñando con la curul local por el distrito indígena de Zongolica (¡qué poca!), Deantes alardea que “está limpiecito” porque así lo decretó, háganos favor, el cacique huasteco, Contralor del gobierno de Veracruz, Ricardo García Guzmán, como si tal cual fuera palabra non santa.

La demagogia, pues, en uno y en el otro, a su máximo decibel. El incienso, el halago, el chocholeo, tirarse al piso de Duarte. Arrastrarse, vaya, como una nauyaca, la víbora que todos ellos más aman.

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