miércoles, julio 9, 2025

Malecón del Paseo

  • Javier Duarte con Aurelio Nuño
  • El Golden boy, su aliado
  • Duarte, camino a Los Pinos

Luis Velázquez

EMBARCADERO: El activismo político y mediático del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, utilizando la utopía de la calidad educativa, lo empuja a la pasarela presidencial para el año 2018.

Y si bien es cierto que el senador Pepe Yunes Zorrilla está ligado al par de secretarios presidenciales, Luis Videgaray Caso, de Hacienda, y José Antonio Meade, de Desarrollo Social, y Héctor Yunes a otro presidenciable, Manlio Fabio Beltrones, el señor Javier Duarte tiene vasos comunicantes con Aurelio Nuño, a través de su asesor, el diputado federal, Enrique Jackson Ramírez.

Y desde ahora, por tanto, el trío de políticos de Veracruz forma parte de un proyecto nacional.

Las grandes ligas, pues.

En efecto, una parte de los observadores defeños advierten que Videgaray con la reforma fiscal y la crisis económica, y Miguel Angel Osorio Chong “noqueado por la fuga de Joaquín El chapo Guzmán”, Aurelio Nuño levanta, puede levantar, amacizar ante Enrique Peña Nieto su posible candidatura.

Por eso mismo, y desde unas dos, tres semanas luego de su toma de posesión de la oficina de Emilio Chuayffet Chemor, el Golden boy del peñismo se ha adueñado, de hecho y derecho, de la agenda pública y mediática camino a Los Pinos.

Tal cual, inaugura salones de clase, advierte la cárcel para los profes que se resistan a presentar examen, lanza nuevos programas, se toma la foto abrazando a los niños, viaja a escuelas jodidas en el interior del país, se reúne con los gobernadores y acapara los titulares defeños, con un sólo objetivo: amacizarse como figura presidencial para heredar el trono imperial y faraónico.

Incluso, en una que otra ceremonia ha sido el primero en invitar a la esposa de Peña Nieto a una jornada educativa, con la foto a su lado publicada en la prensa nacional.

Y, por supuesto, para tal pasarela cuenta, todo indica, con el visto bueno de Los Pinos.

ROMPEOLAS: Javier Duarte, pues, está enrocado en el juego sucesorio presidencial.

Veracruz, a los pies de Aurelio Nuño.

Si Fernando Gutiérrez Barrios se la jugó por Carlos Salinas y Fidel Herrera Beltrán por él mismo, Javier Duarte se la jugó por Enrique Peña Nieto y le salió, aun cuando aquí, en Veracruz, perdió en las urnas ante la panista Josefina Vázquez Mota.

Y si Pepe Yunes está con Videgaray y Meade y Héctor con Beltrones, entonces, Duarte con Nuño Mayer.

Y si Pepe y Héctor Yunes sueñan con la gubernatura de dos años para enrocarse en la sucesión presidencial, Duarte de igual manera.

Así, el mismo camino de Pepe con Videgaray y Héctor con Beltrones para llegar a Los Pinos, Duarte lo utiliza con Aurelio Nuño para llegar a Peña Nieto.

Y quizá con más eficacia, porque el segundo titular de la SEP es el Niño de Oro del presidente de la república.

Así, habrá de sopesarse de dónde salen más correas.

Y como todos los políticos, Nuño se cura en salud y dice:

“Estoy en campaña; pero por la reforma educativa, y no tengo más futuro ni más mañana”.

Así lo dicen todos. Es el lenguaje político priista de siempre, pues ni modo que lo acepten. Quien se mueve no sale en la foto decía Fidel Velázquez Sánchez, el jerarca cetemista diluviano del siglo pasado. Pero ahora han de moverse.

ASTILLEROS: Según las versiones, Aurelio Nuño ha abierto a Javier Duarte la puerta en Los Pinos.

Se la abrió, por ejemplo, hacia finales del año 2014 para que el presidente dejara hacer y dejar pasar, mínimo, en nombre de la autonomía de los estados, y aprobara la gubernatura de dos años y a la que tanto se opusieron los senadores priistas.

Se la abrió, por ejemplo, cuando la ocurrencia de “La caña amarga de pescar” en que el presidente del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y el senador Emilio Gamboa Patrón, se lavaron las manos y se deslindaron, porque, dijeron, tal desaguisado que los priistas de Veracruz lo arreglen.

Se la abrió, por ejemplo, para negociar la deuda pública con el visto bueno de la secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Todo, gracias a Enrique Jackson Ramírez, su asesor estrella, de quien se afirma cobra medio millón de pesos mensuales, aun cuando otros aseguran que su salario es de un millón de pesos, que también solía cobrar en el fidelato.

La pelota está en el carril y le ha dado a Duarte una razón política para motivarse.

Los perros chihuahueños, los Frutsis, las cañas de pescar, las manzanas podridas y los muertos incómodos “le harán lo que el viento a Juárez”.

Gracias, claro, a Aurelio Nuño Mayer.

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