viernes, diciembre 19, 2025

Expediente 2015

La voz de la iglesia

Luis Velázquez

La iglesia de Veracruz, mejor dicho, sus pastores, están resucitando a la vida eterna. Así, y luego del activismo social y político del gallardo obispo jarocho, y después de los tambores de guerra del arzobispo de Xalapa, a través de su vocero, el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, ha sido leal, como siempre, y una vez más, con su feligresía.

Nada más confortable en el tiempo nublado y turbulento que vivimos y padecemos en Veracruz que la voz de la iglesia.

Jesús, tomando el látigo para expulsar del templo a los mercenarios.

Jesús, en el Gólgota, reclamando las razones por las cuales lo ha abandonado Dios Padre.

Jesús, exigiendo al traidor de Judas que consuma su deslealtad.

Jesús, dialogando en el templo a los doce años, revirando a su padre que ha de ocuparse de sus cosas.

El Jesús rebelde, pues, que todos tenemos como el héroe universal.

Tal cual, Patiño Leal acuñó las siguientes frases bíblicas el domingo 25 de octubre, 24 horas después de que una madre, Aracely Salcedo, encaró al gobernador con frenesí y firmeza sobre la desaparición de su hija, Fernando Rubí, desde el mes de septiembre de 2012.

Uno. Es la hora solidaria de Veracruz con “cientos de familias lastimadas por la desaparición de sus seres queridos” (La Jornada Veracruz, 26 de octubre, 2015).

Dos. “El gobernador y el fiscal han de ser solidarios con las familias afectadas por la violencia por el simple hecho de ser personas que provienen de una familia y también porque son católicas”.

Tres. Es la hora de preguntarse, todos, “en qué podemos ayudar para que la sociedad tenga más tranquilidad, seguridad y mejores condiciones de vida y trabajo”.

Cuatro. “Ante tanta violencia se corre el riesgo de que Veracruz se convierta en un gran yacimiento de cadáveres”.

Cinco. “Se han descubierto algunas fosas clandestinas, pero la magnitud la desconocemos. Es un riesgo que está latente y que tendrá que irse descubriendo”.

Seis. “No se puede generalizar que todos los desaparecidos hayan tenido que ver con la delincuencia”.

Siete. “La iglesia está cerca de las personas que sufren la pérdida de un ser querido y que tienen sus derechos propios de buscar la claridad sobre el paradero de sus hijos”.

El Obispo de Córdoba honra a la iglesia del Papa Francisco.

Pero más, mucho más honra a la feligresía.

Y sin rodeos ni medias tintas, su homilía dominical habrá llegado al corazón del duartismo en el palacio principal de Xalapa.

La iglesia, frente a frente, de cara ante la realidad adversa en que nos tiene la elite gobernante en el poder sexenal.

Perdón por la osadía; pero como dijo Raúl Castro Ruz, el presidente de Cuba, luego de dialogar con el Papa Francisco (luego de escuchar y leer la homilía de Patiño Leal) “creemos que otra vez escucharemos misa cada ocho días”.

UN OBISPO CON SU FELIGRESÍA

Patiño Leal ha sido un crítico permanente de la realidad adversa de Veracruz.

Por ejemplo, se le recuerda semanas anteriores cuando al frente de la feligresía salió a las calles y avenidas de Córdoba en una procesión clamando un alto a la violencia y exigiendo un alto a la impunidad ante tantos crímenes en una región donde se han disparado los feminicidios, pero también, los secuestros, las desapariciones y los asesinatos.

Y en donde está vista la incompetencia del subfiscal, Alejandro Dávila Vera, alias “El cara de foca”, que así lo bautizó Miguel Ángel Yunes Linares, su ex amigo y ex cómplice.

Además, en los días revolcados que también padecen los migrantes de América Central camino a Estados Unidos pasando por Veracruz, el obispo se reunió con el gobernador y su equipo para exigir garantías a los ilegales, quienes nunca, jamás, interesaron ni ocuparon al titular de la SEGOB de entonces, Érick Lagos.

Es más, en aquellos días, el obispo pidió las más altas garantías para el presbítero de Amatlán de los Reyes, amenazado de muerte por participar en la lucha de los ambientalistas del pueblo en contra de un proyecto hidroeléctrico; pero nunca, jamás, el duartismo cumplió.

Y no obstante, el obispo sigue en su lucha generosa y solidaria, de gran altura humana, por la tranquilidad y seguridad y mejores condiciones de vida de la feligresía, los suyos a quienes se debe.

HORAS SOMBRÍAS EN PUERTA

En las últimas semanas, los obispos de Córdoba y Veracruz y el arzobispo de Xalapa, antes el obispo de Coatzacoalcos con los migrantes, han confortado el alma colectiva y cada ciudadano ha de sentir, estamos ciertos, una gran solidaridad que ahuyenta la soledad, quizá el desánimo, en que estamos atrapados.

Ahora sólo falta esperar que todos ellos insistan ante el poder, porque como afirmaba Andrés Gide, todo está dicho, pero como ningún político hace caso, entonces, habremos de insistir hasta que seamos escuchados con hechos y resultados.

Si la iglesia, es decir, los obispos dejaran el asunto por la paz, entonces, vendrán las horas más sombrías para un Veracruz que merece mejor suerte que la armada por el duartismo.

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