- Beltrones en Veracruz
- Cortesía a senadores rojos
- Objetivo, la unidad priista
Luis Velázquez
EMBARCADERO: Según las versiones, el próximo fin de semana, el diputado federal, Alberto Silva Ramos, será impuesto como presidente del CDE del PRI.
Y hasta donde ha trascendido, el presidente del CEN, Manlio Fabio Beltrones, aparecerá en Veracruz para avalar al séptimo dirigente tricolor en lo que va del duartismo, tal cual un partido político funcionando como una dependencia más del gobernador en turno.
Beltrones, quien apuesta a la unidad tricolor, ha invitado a los senadores Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, a la ceremonia priista.
Y les ha cursado invitación, primero, porque son los punteros en la tendencia de la encuesta histórica para la sucesión.
Segundo, porque son los senadores priistas del estado de Veracruz, cuya potencia electoral resulta significativa ahora cuando el Distrito Federal y Nuevo León están en manos opositoras y cuando en Jalisco, con Aristóteles Sandoval, y el triunfo del Movimiento Ciudadano de Dante Delgado Rannauro en la mayoría de las alcaldías y diputaciones, anuncia que el PRI sería derrotado en el año 2018.
Tercero, porque en tres ocasiones sucesivas, el PRI ha perdido la elección presidencial… con Vicente Fox, Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota.
Y cuarto, porque el mismo Beltrones apuesta a su candidatura presidencial en el año 2018, por la que suspira sin perder el sueño, porque, dice, tiene gruesa la piel.
Por eso, Beltrones quiere una sucesión con una familia priista unida alrededor del Jefe Máximo del Priismo, el tlatoani de Los Pinos, Enrique Peña Nieto.
La invitación está en la cancha priista y se ignora si el par de senadores estrecharán por cortesía y conveniencia la mano tendida del presidente del CEN.
Más todavía, Héctor Yunes, quien es uno de sus discípulos, sin descartar a Pepe Yunes, quien parece el favorito del altiplano para la sucesión.
ROMPEOLAS: Además, concurren otras circunstancias.
La sana y lejana distancia marcada por los senadores luego de los agravios del gobernador, en ningún momento tiene como destino el PRI de Beltrones y el PRI de Peña Nieto.
Ambos senadores son priistas y ni modo de conflictuarse con su partido político que hacia el final del día, cuando el candidato sea nombrado, saldrá al frente para la campaña electoral.
Y por tanto, la estructura partidista, con su voto duro y con los sectores operando de norte a sur y de este a oeste, entre ellos, los caciques regionales, significarán una parte sustancial, quizá la más importante, para una jornada cívica electoral exitosa.
Es decir, en ningún momento podrán los senadores pensar que sin el PRI lograrían el triunfo en las urnas.
Por el contrario, dejar con la mano tendida a Beltrones significa provocar la ira del dinosaurio mayor, a menos, claro, que ambos estén dispuestos a romper con el partido si fueran excluidos de la candidatura y cobijarse en otros partidos y hasta lanzarse por una candidatura independiente, como sería, quizá, el caso de Héctor Yunes, quien ha revelado que el PAN, el PRD y el Pes le andan coqueteando.
Más aún, lo cortés en ningún momento quita lo valiente, como dice el viejo del pueblo.
Más todavía en un sistema político donde la tolerancia, la prudencia y la cordura forman parte del atributo mayor.
Bastaría recordar que las familias son más plurales que nunca, pues mientras el padre es del PRI, por ejemplo, la madre del PRD, y los hijos del PAN y de Morena y del Panal, etcétera.
En el jarrito del PRI Veracruz todos caben, aun cuando las partes tengan, como es natural, diferencias sustanciales.
ASTILLEROS: Por eso, y salvo la decisión superior, los senadores priistas han de aceptar la mano tendida de Beltrones.
En todo caso, se trata de una contienda interna donde cada parte se está moviendo con su estrategia y experiencia, relaciones y contactos, cabilderos y lobistas, asesores y abre/puertas, ciudadanos y contribuyentes, caciques y sectores y la población en general para definir un ganador.
Y, bueno, frente a Javier Duarte y sus operarios, con todo y el fidelato, nadie dudaría que del lado de Pepe y Héctor Yunes existe mayor fogueo, más años vividos, más experiencias enfrentadas, más derrotas sufridas…que tanto enseñan.
Y ni modo que los duartistas salgan más vivos que ellos y a la hora estelar se quedaran con el hacha, la calabaza y la miel.
Y más, porque los senadores forman parte de un proyecto político nacional, que ahora está en el pandero, como son Luis Videgaray y José Antonio Meade del lado de Pepe y Beltrones y Alfredo del Mazo González, tío de Peña Nieto, jefe del grupo Atlacomulco, del lado de Héctor.
Simple y llanamente, Beltrones, Del Mazo, Videgaray y Meade, se tragan a Fidel Herrera, y ni modo que Enrique Jackson, José Murat, Rubén Aguilar y hasta Aurelio Nuño sean más fregones.