martes, enero 21, 2025

Escenarios

  • Los rodeólogos de Duarte
  • Por todos lados lo cercan
  • Obsesionados con la sucesión

Luis Velázquez

1

La noche del 15 de septiembre, grito patrio en el palacio de gobierno de Xalapa, por aquí el gobernador terminó de honrar a los héroes de la Independencia, quiso, digamos, convivir con los invitados.

Pero de pronto, apenas se retiraran su esposa y sus hijos, a su alrededor se formó un cerco de cuatro escoltas que por ningún momento lo dejaron solo un momento.

Jorge Carvallo Delfín, Érick Lagos, Adolfo Mota y Alberto Silva Ramos, el cuarteto de diputados federales lo cercaron, de tal modo que nadie se aproximó, a menos, claro, que el señor Javier Duarte quisiera saludar por ahí…que nunca hizo.

El cuarteto de Liverpool lo blindó a su alrededor, sin que nadie se acercara porque, al mismo tiempo, ellos por ningún motivo lo permitían.

Es más, según las versiones, hubo quienes de plano se retiraron del evento, y hasta dejaron las tortas, las empanadas, las garnachas y el agua de horchata en la mesa, para que así el cuarteto de legisladores federales se adueñaran de las neuronas, el corazón y el hígado del Jefe Máximo del Priismo.

Todo, porque para ellos significaba un pretexto para demostrar a los demás el primer círculo de preferidos.

Pero más aún, porque los cuatro están emperrados en la candidatura priista a gobernador y continúan soñando como unos niños emberrinchados en una posibilidad que desde hace ratito, cuando eran secretarios del gabinete legal, perdieron por indolencia, soberbia y mesianismo.

2

Según las versiones, en las últimas semanas, el Jefe Máximo del Priismo ha reducido su vida a los cuatros diputados federales, de tal manera que por hoy sólo con ellos habla. Con ellos acuerda. Con ellos cabildea. Con ellos se informa.

Por eso mismo, y entre otras cositas, el acelere de imponer en el CDE del PRI lo más pronto posible a Alberto Silva Ramos, a quien, como se sabe, los senadores Pepe y Héctor Yunes, y los expresidentes del CDE del PRI, Carlos Brito Gómez, Gonzalo Morgado Huesca y Felipe Amadeo Flores Espinosa, le aguaron su fiestecita.

Y más porque ha trascendido la jugada era, mejor dicho, es, la siguiente:

Silva Ramos en el PRI y Érick Lagos para cabildear la candidatura a gobernador, por más que “El tío” fogoso y gozoso sea enviado a Barcelona de cónsul, luego de que él mismo se promoviera como embajador de Enrique Peña Nieto en Grecia, Venezuela y Brasil.

En el V año del llamado sexenio próspero, y que representa, en términos fidelistas, “la plenitud del pinche poder”, el cuarteto sueña con descarrilar a Pepe y Héctor Yunes para la nominación priista y quedarse con ella.

Por eso, se han convertido en los rodeólogos del Jefe Máximo, pues entre ellos han declarado la guerra al par de senadores priistas, los enemigos y adversarios a vencer.

Y más, como en el caso de Adolfo Mota y Alberto Silva que por alguna razón odian a Pepe Yunes, quizá, acaso, porque es diferente a ellos en su elevado grado de perversidad política.

3

Según las versiones, el góber fogoso fue el autor del filme cinematográfico “La caña amarga de pescar”, operada por Érick Lagos, quien se encargó de la compra y la entrega física en el WTC al señor Javier Duarte.

Así, y con la asesoría de Fidel Herrera, obsesionado con el Maximato jarocho para imponer a los gobernadores tipo Plutarco Elías Calles con el cuarteto de presidentes de la república, los jóvenes diputados federales de Veracruz sueñan con la silla embrujada de palacio.

Por eso mismo, cada día hablan con el Jefe Máximo el número suficiente de veces, tal cual como cuando Adolfo Mota era secretario de Educación y alardeaba de que todos los días hablaba veinte veces por el celular y/o a través de mensajes con Duarte, a quien así orientaba para el ejercicio del poder y la tarea de gobernar, pues todo le consultaba.

4

La jugada de la dupla Fidel Herrera y Javier Duarte para la elección del candidato priista y la campaña electoral de gobernador es la siguiente:

Seguir incluyendo en la lista de aspirantes y suspirantes, incluidos los candidatos independientes, al mayor número.

Por eso, y al momento, van 14 anotados, incluido un número creciente de los llamados candidatos ciudadanos; pero que en el fondo son acelerados desde el duartismo, quizá, acaso, con un plus económico en estas horas difíciles de Veracruz con el despido de personal y que se ejemplifica con los ocho mil trabajadores despedidos por el proyecto Etileno Siglo XXI que la empresa brasileña, Odebrecht, construye en Nanchital.

Así, con tantos aspirantes a la gubernatura, y ante el río revuelto, el duartismo apostaría a que los poderes centrales del altiplano miraran el caos y buscaran un caballo negro para la candidatura priista.

Y tal cual pensarían que fuera nominado uno de los cuatro diputados federales, con lo que el góber fogoso garantizaría su Maximato.

No obstante, todos ellos están fritos.

La tendencia de la encuesta histórica es contundente: en la percepción ciudadana sólo figuran como punteros los tres Yunes: Pepe, Héctor y Miguel Ángel padre.

Y si, digamos, el duartismo impusiera a uno de los diputados federales (Carvallo, Lagos, Mota y/o Silva) significaría, primero, la desbandada de los Yunes priistas con sus huestes, y segundo, la entrega en bandeja de plata del trono imperial y faraónico a Yunes Linares.

Eso de la disciplina priista que significa obediencia y sumisión, valdría un cero a la izquierda, pues los Yunes priistas serían los primeros en desertar.

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