domingo, septiembre 29, 2024

Barandal

  • Palabrerío de senadores
  • Cacarean mismo discurso
  • Hora de la denuncia penal

Luis Velázquez

PASAMANOS: El senador Fernando Yunes Márquez fue el primero en decir que las participaciones federales al gobierno de Veracruz registraban irregularidades millonarias.

Luego fue el senador Pepe Yunes Zorrilla.

Después continuó el senador Héctor Yunes Landa.

Todavía ahora, Pepe Yunes sigue repitiendo el mismo discurso.

No más desvíos de las participaciones federales.

No más “Operación licuadora” que consiste en desviar los recursos a otros programas sociales, a otras regionales y hasta otros bolsillos.

No más jineteo en el mundo bursátil de las participaciones federales.

No más denuncias penales de la Auditoría Superior de la Federación.

“El que es rata… rata es”, por tanto, primero, la auditoria; después, la denuncia penal y, por último, la cárcel.

Pero…pero dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica: la declaración mediática resulta insuficiente.

Pura llamarada de petate.

El palabrerío en su exacta dimensión.

Todos dicen “ahí viene el lobo”; pero nadie actúa con hechos concretos y específicos.

Por ejemplo, dice Ronzón, y en el caso del trío de senadores, la denuncia en la sesión parlamentaria.

Y luego enseguida, un punto de acuerdo, como en su tiempo el caso de Fernando Yunes.

Y en automático, la auditoría.

Y de inmediato, la denuncia penal.

Y seguir pendiente de la denuncia hasta que exista un indiciado.

Y por tanto, la cárcel para los políticos pillos y ladrones.

¡Basta ya, pues, de la declaración mediática!

Es un juego peligroso, porque al ratito, luego de tanto reality-show, podría revertirse por el discurso insulso, sin acciones, el palabrerío hueco, el futuro que vendrá que futuro es.

Y más porque se tratan de participaciones federales.

Y Pepe Yunes, por ejemplo, es presidente de la Comisión de Hacienda.

Amigo del secretario de Hacienda, el presidenciable Luis Videgaray Caso.

Y del subsecretario Fernando Aportela.

No sólo de palabras vive la población electoral.

BALAUSTRADAS: El palabrerío se agrava más en el caso del senador de Perote.

Por ejemplo, va con Ana María Lomelí, a su programa televisivo de TV Azteca y habla de la rendición de cuentas y la transparencia en las participaciones federales.

Va con Sergio Sarmiento a TV Azteca y lo mismo.

Va con Mario Ramón Beteta al programa radiofónico y el mismito discurso.

Tal cual, atrás de la estampida mediática, sin hechos, todo queda en el vacío, y lo que es peor, en el abismo.

Más cuando el mismo Pepe Yunes ha planteado en la mesa pública “el desorden administrativo, el colapso financiero y la corrupción política”.

Y si por un lado, todo mundo se le tira al piso porque están seguros de que es el inminente candidato priista a la gubernatura y el 99 por ciento sueña con un cargo público, por el otro cachete, si continúa en la denuncia mediática corre el riesgo de termina en un sainete dice Ronzón.

Y es que el juego mediático en tal queda, pero la denuncia penal significa frenar el desbarajuste en la Secretaría de Finanzas y Planeación, pues está claro que con el sexto titular todavía hay dinerito para unas cosas, en tanto la llave está cerrada para otras.

Es hora de subir a la tribuna senatorial, exhibir el desorden administrativo en Veracruz y proceder según la ley de Responsabilidades de Funcionarios Públicos.

Pero más aún: según el Sistema Nacional Anticorrupción.

Los senadores tricolores de Veracruz están llenos de vida, en la enjundia frenética por la candidatura a gobernador.

Y la nominación significa enfrentar la realidad por los cuernos.

Y dado el estado de cosas que ellos mismos han ventilado en los medios, entonces, proceder.

ESCALERAS: Ahora bien, si ya se arreglaron y pactaron con el Jefe Máximo del Priismo de Veracruz, entonces, ene millón de veces callarse y cambiar de agenda pública.

Pero eso de tirar la espada mediática en prenda y arrugarse, como dijo el Papa a los jóvenes del mundo, significa que cada quien asuma las consecuencias.

Terrible, porque ahí está el estrago: nula obra pública estatal, obra de infraestructura pendiente y hasta elefantes blancos.

Además, con una deuda pública creciente y con decenas, cientos quizá de proveedores y prestadores de servicios tocando a la puerta de la SEFIPLAN para un abonito.

Lo peor, un estado de ánimo ciudadano por los suelos donde priva el desencanto y la desesperanza.

Y los senadores, echándose el rollo como si estuvieran en una campaña electoral por la sociedad de alumnos en la escuela secundaria y/o preparatoria.

Más de lo mismo dice Carlos Ronzón, quien ha estudiado el priismo desde adentro, pues muchos años fue operador durante el tiempo de Roberto Madrazo Pintado como presidente del CEN del PRI, y desde afuera, ahora como politólogo de la Complutense y sociólogo de la Universidad de Puebla.

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