sábado, noviembre 16, 2024

Expediente 2015

Huitzilopochtli, saciado

Luis Velázquez

Muchos meses después, el Huitzilopochtli azul y amarillo está en paz.

Ha bebido la suficiente sangre política.

Pero además, Rosario Robles Berlanga, quien en la UNAM soñaba con el gobierno proletario, oh Carlos Marx, para que los pobres y miserables pasaran, digamos, a clase media, ha sido enviada a la SEDATU, lejos de la SEDESOL.

Y todavía, arrastra una denuncia penal por chantaje y extorsión en contra del más grande amor de su vida, el ché Carlos Ahumada, aquel que le enviaba el avión para volar de la ciudad de México a París y cenar en el restaurante más caro.

Así, Ranulfo Márquez Hernández fue, digamos, exonerado.

Mejor dicho, luego del sacrificio resucitó purificado a la vida.

Acusado del descarrilamiento del Pacto México, el programa estelar de Enrique Peña Nieto, ya desaparecido por cierto, Ranulfo fue una víctima de las sórdidas pasiones partidistas.

Y sin deberla ni temerla, sin haber estado en el lugar de los hechos, aquella vez cuando la frase bíblica de que los programas sociales del gobierno federal eran “oro molido” para ganar elecciones (oh ideólogo de la patria, Salvador Manzur), crucificado con rudeza innecesaria, ahora resulta que Ranulfo fue perdonado por el juez cuarto de distrito, cancelando, incluso, la orden de aprehensión, simple y llanamente porque es inocente.

Huitzi se atragantó con la sangre del hermano putativo del góber fogoso y gozoso como Herodes con la sangre de los niños.

Ranulfo se ha salvado. Se ignora si el fogoso si, por ejemplo, Pepe Yunes Zorrilla, Héctor Yunes Landa y/o Miguel Ángel Yunes Linares, fueran candidatos a la gubernatura y ganaran.

Pero, por ahora, en la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno de Veracruz, Ra (para los amigos) navega con vientos favorables.

El Quijote se acerca a la Mancha.

EL TIRO POR LA CULATA

Más aún: quedó probado y comprobado que los Huitzilopochtlis azules reaccionaron con el hígado en vez de las neuronas frías y cerebrales por delante.

Y ni hablar, les salió el tiro por la culata que dijo algún filósofo ranchero por ahí.

Y es que cuando Ra llegó a la SEDESOL federal como delegado denunció a sus antecesores, Abel Cuevas Melo titular y Miguel Ángel Yunes Márquez coordinador de Oportunidades, entre otros, de manipular los programas sociales.

Pero más aún, de dar de baja a unos 70 mil beneficiaros sólo por sus ligas y nexos con el priismo en un Veracruz donde el partidazo tricolor nunca, jamás, ha perdido la gubernatura.

Aún más: en la lista de presuntos culpables incluyó a un montón de operadores políticos del partido Acción Nacional que luego fueron removidos de la delegación federal.

Y por eso mismo, Gustavo Madero, líder del PAN, sintiéndose el Francisco I. Madero del siglo XXI, en alianza con “Los chuchos”, los próceres de la izquierda tronada, se fueron en su contra con todo y a la yugular.

Y por tanto, como las cúpulas políticas suelen arreglarse entre ellas, y en nombre del Pacto México, del cual se retiraron como medida para presionar, Ranulfo fue inmolado en la hoguera pública.

Pero Huitzilopochtli se atragantó…

LA DIGNIDAD REGATEADA

Priista desde hace 40 años, Ranulfo Márquez integra en su curricula política todos los cargos, menos la gubernatura.

Diputado federal, experto electoral, con una gran sensibilidad social, profundo conocedor de la historia, pero más de la naturaleza humana, dirigente partidista, en el alemanismo, cuando defendiera a Fidel Herrera, anduvo, incluso, a salto de mata.

Y no obstante, se enfrentó a los tiempos aquellos…

La historia registra que de acuerdo con el ritual político formaba (todavía) parte de una generación donde el juego de la ruleta le favorecía.

Pero ni hablar, lo decía Juan Maldonado Pereda, en política nunca llega el más capaz, sino el que más conviene, y por tanto, institucional y disciplinado, siguió empujando la carreta, sin reproches ni remordimientos, sin deseos de venganza, llamando, no obstante, a las cosas por su nombre.

Durante aquellos días sórdidos del Pacto México, aún ahora, lo han mirado caminar y trotar todos los días en los alrededores de su casa, haciendo ejercicio, faena cotidiana, solo, sin ningún guarura ni escolta, dueño de sí mismo, firme y seguro en su destino, a diferencia, por ejemplo, del Fiscal General a quien suelen cuidar entre diez y quince agentes judiciales, y el secretario de Seguridad Pública, a quien mientras reposa y duerme en casa lo cuidan hasta 70 elementos según la fama pública entre sus vecinos.

Un dicho árabe, sin embargo, lo establece con sabiduría: sólo los hombres seguros de su destino andan solos.

Exonerado del desvío de recursos por el juez cuarto de distrito en materia penal, Víctor Hugo Alejo Guerrero, Ranulfo Márquez ha recuperado, digamos, la dignidad que otros le regatearon.

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