- El Veracruz de Juan Bueno
- Los pobres, nada que perder
- Desde hace rato nos saquearon
Luis Velázquez
1
El señor Juan Bueno Torio rindió su último informe como legislador federal en el puerto jarocho.
En la zona conurbada instaló algunos anuncios espectaculares con la siguiente leyenda:
Veracruz es tuyo.
Y que no te lo quiten en tu propia cara.
Se entiende, está dirigido al ciudadano, al contribuyente, a la población electoral que sufraga en las urnas, al conductor que pasa en su automóvil y lo alcanza a mirar, al pasajero de un autobús urbano que admira el paisaje.
Pero, bueno, tal cual, el ciudadano se pregunta el significado de la frase Veracruz es tuyo.
De manera rústica se contestaría con otra pregunta, como por ejemplo, la partecita que le toca a cada uno de Veracruz, integrado por 212 municipios y con inmensos recursos naturales que convierten al territorio jarocho en una entidad pródiga en la naturaleza.
Y en donde, además, la riqueza está en manos de 200 familias y en donde hay un millón y medio de personas en la pobreza extrema (también le llaman miseria) que sólo aplican una comida o dos al día… y mal comidas.
Y en donde, más aún, seis de cada diez personas se ubican, en la lógica del CONEVAL, en la pobreza y la miseria.
Ellos, la mayoría poblacional, nunca, jamás han sentido que Veracruz es de ellos.
Así nacieron, es decir, pobres y, como afirma el delegado federal de SEDESOL, Marcelo Montiel Montiel, los pobres son y seguirán de pobres porque quieren.
Ninguno de ellos, pues, siente que Veracruz les pertenece.
2
Claro, si nos vamos a Albert Camus, hijo de un padre que murió en la guerra cuando tenía seis meses de nacido, hijo de una madre analfabeta, sorda y trabajadora doméstica en el pueblo, Argelia, una partecita de Veracruz también corresponde a los pobres.
Por ejemplo, Camus decía que, no obstante la miseria de su infancia, adolescencia y parte de la juventud, nunca se sintió miserable porque su riqueza eran el cielo, el mar, la playa, los amigos y el deporte en la arena.
Y por eso, jamás padeció la pobreza ni menos, mucho menos, se sintió un pobre, ni tampoco que le quitaran a Argelia, su pueblo amado.
Por desgracia no todos los pobres ni todos los seres humanos somos Albert Camus, por tanto sigue antojándose que el lema de Bueno Torio de que Veracruz es tuyo se trata de una frasecita de campaña mal lograda, a la que faltó elaborar, pues una clave de las frases apocalípticas está en la facilidad para impactar en las neuronas, el corazón y el hígado del interlocutor.
Y más, mucho más porque el objetivo fundamental del todavía diputado federal es la candidatura a gobernador.
3
La otra parte de la frase bíblica de Juan Bueno, que en el espectacular luce su bigote tipo Pedro Páramo, un galán, un playboy cordobés, dice que no te quiten (a Veracruz) en tu propia cara.
De entrada, nadie puede quitar a los seis de cada diez habitantes de Veracruz declarados jodidos, pobres y miserables por el CONEVAL, lo que en ningún momento les ha pertenecido ni pertenecerá si se considera el reino de la utopía.
Pero, además, si un pobre tiene como riqueza el sol, el mar, la playa, el río, el campo, los árboles, los amigos, una pelota para jugar fútbol o béisbol en la playa, un libro en la biblioteca pública, el parque del pueblo, etcétera, tal fortuna, digamos, espiritual, nadie la puede arrebatar.
Ahora bien, si Juan Bueno quiso referirse, por ejemplo, a los 44 mil millones de pesos de la deuda pública, según el señor Javier Duarte, y los 80 mil millones de pesos, según el senador Pepe Yunes, entonces habría de multiplicar tales cantidades entre los 8 millones de habitantes de Veracruz para determinar la cantidad a pagar por cada jarocho.
Y, entonces, ni hablar, a compartir honores.
Pero si el diputado federal quiso decir (como afirmaba Rubén Aguilar Valenzuela de Vicente Fox Quesada) que nadie nos quite en nuestra propia cara el dinero público para obra de infraestructura, por ejemplo, escuelas, centros de salud, caminos, agua potable, etcétera, entonces, Bueno Torio ha lanzado la alerta a destiempo porque ya todos fuimos saqueados.
Y lo peor: ni los diputados locales ni tampoco los diputados federales ni los senadores, que en sus manos tenían impedir el saqueo, nunca lo evitaron.
Y si lo intentaron, les faltó sumar voluntades y estrategias para impedirlo.
Hoy, si se entiende lo que Bueno Torio quiso decir con demasiada y excesiva subjetividad, podría resumirse en la frase clásica de Pepe Yunes:
“Desorden administrativo, colapso financiero y corrupción política”.
En un arranque populista, Luis Echeverría también lo dijo en los años posteriores al movimiento estudiantil del 68:
“Ya nos saquearon; pero no volverán a saquearnos”.
Y no obstante, nos saquearon a todos…
4
Leyendo y releyendo la frasecita del diputado cordobés, uno se hace bolas, si partimos que los lemas publicitarios han de ser claros y nítidos para su impacto social.
Incluso, pegajosos como las canciones escritas a Joaquín “El chapo” Guzmán, el héroe de los pobres.
Nadie, por ejemplo, le ha quitado a uno Veracruz y menos en su propia cara.
Para el común de los habitantes Veracruz es su fuente de empleo, aunque sea con salarios de hambre, su hogar con su familia, sus padres y hermanos, y sus amigos.
Bien lo decía el sabio del pueblo: el único patrimonio de un hombre son su familia y los amigos.
Y, bueno, señor Bueno Torio, con todo y lo que está pasando en el territorio jarocho, mal que bien, la chamba se conserva; también la familia y uno que otro amigo.
Ahora, si con su lema el diputado quiso decir (¡oh, Rubén Aguilar!) que nadie nos quite el dinero del erario ni los cargos públicos, caray, sin caer en un fatalismo, desde hace 450 años antes de Cristo los bienes y las mieles del poder sólo han sido para las elites.
Y también para los ricos que suelen aliarse y asociarse con los políticos.
A los jodidos sólo ha quedado el sol, la luna y las estrellas, el mar y la playa, los ríos y las lagunas, la brisa marina y el canto de los pájaros, un bello amanecer y un anochecer lleno de estrellas, el grito de los niños y el amor de una pareja, un cigarrito y una chelita en la noche, unas palomitas para atragantarse en el cine y las películas de Cantinflas y Salma Hayek ahora que ha posado desnuda.
Y tal riqueza y humana nadie, diputado, nadie, podrá quitar a los jodidos.
De ahí pa’lante, su frase bíblica estuvo mal lograda y le faltó claridad expositiva para arrastrar voluntades.
Y así, y como primer paso, ninguna contienda interna se gana para ganar la candidatura a gobernador.