Escenarios

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  • PRI, cremoso con Duarte
  • La industria del halago
  • Indignidad lacaya

Luis Velázquez

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Trece días después de la masacre en el DF de cinco personas, entre ellas, el fotógrafo Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera, el CDE del PRI tira su espada en prenda para defender al gobernador de Veracruz.

De entrada, reacción tardía.

Demasiado tiempo agazapados.

Incluso, luego de que en el grito callejero el jefe máximo del priismo ha sido satanizado.

Pero, además, cuando la noticia ha dado la vuelta al mundo, ida y vuelta, y en una de esas, hasta encartada con el multihomicidio de seis personas en Orizaba, entre ellas, el homicidio de otro trabajador de la información, ocho años corresponsal de Telever.

Discurso meloso y cremoso del presidente del CDE del PRI, Alfredo Ferrari Saavedra, el Ken del gabinete legal y ampliado, al gobernador.

Frases bíblicas que recuerdan la docilidad y sumisión del partido tricolor al tlatoani.

Lea usted, por ejemplo:

“Los priistas no guardarán silencio ante los infundios” en contra suya, señor gobernador.

“Usted, señor gobernador, es un firme defensor de los derechos y garantías que todos gozamos”.

“La inmensa mayoría de Veracruz lo queremos, lo respaldamos, lo respetamos”.

“Reciba usted de los priistas nuestra lealtad y respeto, porque aquí está su casa y siéntase usted con los suyos”.

“Los priistas rechazamos la provocación de quienes buscan denigrar la imagen de usted, y de su investidura, y de su gobierno. Y no lo permitiremos”.

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¡Vaya indignidad lacaya!

Meloso, el presidente del CDE del PRI, con su paso sospechoso en el Fideicomiso de la Nómina de al 2 por ciento, se tira al piso del gobernador.

“Lo queremos. Lo respaldamos. Lo respetamos. Somos leales a usted. No permitiremos que lo provoquen ni lo agravien”.

Se ve, por tanto, que el presidente partidista quedó atrapado en el discurso del siglo pasado como un jilguero político ramplón y barato, político de escasas lecturas, sin ideas ni ideales, que de manera burda alaba, ensalza y glorifica, trece días después del multihomicidio, al gobernador.

“No permitiremos que manchen su investidura”.

He ahí, pues, el clásico ejemplo de la ignominia a que llegan algunos políticos priistas para quedar bien con el tlatoani.

Doctor en Economía de la Complutense, alabado sin cesar por la mayor parte de la prensa en Veracruz y una parte significativa de la prensa en la ciudad de México, sabrá la astróloga de los Llanos de Sotavento si el góber creará tales palabras.

Incluso, si hasta pena le darían.

Sólo Francisco Franco, Benito Mussolini, José Stalin y Adolf Hitler, entre otros, aceptarían sin ruborizarse tal diarrea verbal.

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Blindado por Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del DF…

Defendido en la tribuna del Congreso de la Unión por el guardaespaldas de Miguel Alemán Velasco, Alejandro Montano Guzmán…

Deificado por una parte de columnistas del DF, en otros tiempos, críticos, incluso, hasta por el intelectual Jorge Germán Castañeda…

Con una defensa a ultranza de los medios de Veracruz…

Y con el silencio indicativo del CEN del PAN y PRD, tan quisquillosos con otros hechos y circunstancias, como por ejemplo, el Pacto México descarrilado…, el politólogo Carlos Ronzón Verónica dice que sÓlo faltaba el coro laudatorio, irracional, demagógico, populista y mesiánico del PRI en Veracruz.

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Tal cual, entre más incienso del presidente del PRI al góber, más indignidad.

Quizá, acaso, sólo le faltó adueñarse de la frase bíblica de Alfredo Vladimir Bonfil cuando le dijera al presidente Luis Echeverría:

“Señor presidente, a una palabra suya este país se incendia o se apacigua”.

Alfredo Ferrari:

“No permitiremos, gobernador, que dañen su investidura”.

En todo caso, durante trece días, el grito callejero despotricó en contra del señor Javier Duarte y la elite priista y cenopista y campesina callados, permitiendo y tolerando el agravio, ajá, a la investidura del señor Javier Duarte.

La industria, pues, del halago a su máxima dimensión.

¡Ay mi pequeño Amado Nervo, clamando para que al jefe priista nadie lo toque, ni siquiera una Barbie con el pétalo de una rosa!