Aunque el ambiente operativo del sector energético permanecerá estable, el futuro de la compañía Petróleos Mexicanos (Pemex) es incierto ante el cambio presidencial durante este año, según Moody’s.
“El futuro de la paraestatal Pemex es incierto dado el cambio de administración federal a finales de 2018”, detalló Nymia Almeida, analista de la calificadora de riesgo crediticio en un reporte.
El puntero de las encuestas presidenciales, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha prometido una consulta pública para revertir la Reforma Energética impulsada por la actual administración, además de revisar los contratos petroleros que entregó el gobierno priista a la iniciativa privada.
El director general de Pemex, Carlos Treviño, respondió a las promesas del candidato por la coalición Juntos Haremos Historia. Mencionó que cancelar la Reforma sería casi imposible. Además, el exsubsecretario de egresos afirmó que el gobierno es incapaz de indemnizar a las empresas que firmaron contratos con Pemex y las autoridades mexicanas.
La compañía petrolera ha sido golpeada por una crisis de precios internacionales de crudo que comenzó en septiembre de 2014, recortes presupuestales y la declinación de su megayacimiento Cantarell. Estos factores han puesto contra las cuerdas a su salud financiera, que además, arrastra una abultada carga fiscal y de pasivos laborales.
Moody’s comentó que el mayor gasto de exploración y producción en México estará impulsado mayoritariamente por compañías privadas y extranjeras.
Los cambios legislativos impulsados por el gobierno de Enrique Peña Nieto han comprometido 160,000 millones de dólares (mdd) en inversiones por parte del sector privado. La Secretaría de Energía (Sener) prevé que la cifra cierre el año en 200,000 mdd.
Pemex posee una calificación nacional y global Aa3/Baa3 con perspectiva estable.
