La guerra del narco en México ha entrado en una fase inédita. Según un reportaje del The New York Times, cárteles como el Jalisco Nueva Generación están utilizando drones bombarderos, minas terrestres y morteros caseros, transformando los enfrentamientos en escenarios que recuerdan a zonas de guerra como Ucrania o Medio Oriente.
Contexto: el narcotráfico en México ya no se limita al trasiego de drogas. Según la UNODC, los cárteles mexicanos obtienen más de 12.1 mil millones de dólares anuales, superando a sus rivales colombianos. Parte de estas ganancias financian un arsenal propio de fuerzas armadas modernas, que incluye drones bombarderos y explosivos improvisados. The New York Times documenta en Michoacán escenas que recuerdan a conflictos bélicos de Medio Oriente o Ucrania, pero a pocos cientos de kilómetros de la frontera estadounidense.
Armas de guerra en manos del crimen
Los cárteles ya no se limitan a fusiles de asalto. Ahora emplean granadas propulsadas por cohetes, rifles Barrett calibre .50, vehículos blindados improvisados y drones modificados para lanzar explosivos y hasta compuestos químicos.
“Estamos presenciando la última fase de la guerra: un movimiento hacia tácticas y capacidades de estilo paramilitar”, declaró al NYT Alexei Chávez, analista de seguridad que ha asesorado al Ejército mexicano.
Millonarias ganancias financian el arsenal
El poder de fuego de los cárteles está respaldado por la enorme rentabilidad del narcotráfico. De acuerdo con la UNODC, estas organizaciones generan más de 12.1 mil millones de dólares al año, superando ampliamente a los grupos colombianos.
Cocaína, heroína y metanfetamina son las principales fuentes de ingresos. Estos recursos permiten a los cárteles reclutar exmilitares extranjeros, importar armas desde Estados Unidos y hasta fabricar sus propios explosivos con ingeniería casera.
Michoacán, epicentro de la violencia
En localidades como El Guayabo, en la región de Tierra Caliente, los ataques con drones y bombas improvisadas han dejado casas destruidas, caminos minados y cientos de desplazados.
“Todo mi esfuerzo quedó destruido en cuestión de días. Solo siento miedo y tristeza”, contó un residente cuya vivienda fue arrasada por un ataque aéreo.
Organizaciones de derechos humanos documentan que más de 2,000 personas han sido desplazadas en Michoacán en los últimos dos años. Solo en cinco meses, al menos 10 civiles —incluido un menor de 14 años— murieron al activar explosivos ocultos.
El factor Estados Unidos
Las autoridades mexicanas aseguran que alrededor del 70% de las armas de alto poder provienen de Estados Unidos, donde hasta medio millón de armas cruzan ilegalmente la frontera cada año.
El gobierno de Claudia Sheinbaum ha presentado demandas contra fabricantes estadounidenses, acusándolos de nutrir el poder bélico de los cárteles. Aunque la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó una de esas demandas, el tema ha tensado las relaciones bilaterales.
Washington eleva la presión
La administración Trump ordenó al Pentágono preparar acciones contra ciertos cárteles catalogados como “grupos terroristas”. La medida generó rechazo en México, que niega la posibilidad de tropas extranjeras en su territorio, pero evidencia la preocupación en Washington por un vecino convertido en campo de batalla paramilitar.
Una guerra en evolución
Con recursos millonarios, armamento de uso militar y control territorial, los cárteles han dejado de ser simples bandas delictivas para convertirse en fuerzas insurgentes capaces de desafiar al Estado.
La gran pregunta es si el gobierno mexicano, con apoyo internacional, podrá contener esta amenaza antes de que la guerra contra el narco se consolide como un conflicto armado interno de dimensiones globales.
https://whatsapp.com/channel/0029VaBNLZD96H4IpWaXm11P
👆Únete a nuestro canal de WhatsApp y recibe toda la información ¡Es gratis!