miércoles, agosto 27, 2025

Esta es la estafa que utiliza tu voz, y la palabra que te pone en riesgo

La tecnología ha abierto nuevos caminos para los fraudes y uno de los más preocupantes tiene que ver con la voz. Hoy basta con que una persona pronuncie una sola palabra al contestar el teléfono para que su identidad quede expuesta a un delito. Se trata de la llamada “estafa del sí”, una modalidad que especialistas en ciberseguridad describen como una de las más difíciles de detectar.
Una trampa disfrazada de llamada común
Los delincuentes suelen hacerse pasar por instituciones bancarias, compañías de servicios o dependencias gubernamentales. La llamada comienza con frases diseñadas para provocar una respuesta inmediata: “¿me escucha?”, “¿es el titular de la línea?”, “¿puede confirmarlo?”. El objetivo es capturar un audio en el que la víctima diga “sí” o, en algunos casos, incluso palabras como “hola” o “aló”. Esa breve grabación puede ser suficiente para autorizar movimientos o validar contratos.
Una vez que el estafador consigue la palabra buscada, la llamada termina sin explicación. Lo que queda es una grabación que puede manipularse y emplearse para clonar la identidad o realizar gestiones financieras a nombre de la persona afectada.
Inteligencia Artificial al servicio del fraude
La situación se ha agravado con el uso de programas de clonación de voz. Mediante Inteligencia Artificial (IA), los criminales logran recrear el timbre y la entonación de una persona, lo que permite construir frases completas a partir de un solo fragmento grabado. Con este recurso ya se han documentado engaños a familiares y amigos que reciben supuestas llamadas de emergencia solicitando depósitos urgentes.
Autoridades mexicanas, como la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), han señalado que los riesgos no se limitan a llamadas telefónicas: cualquier audio publicado en redes sociales puede convertirse en material para fraudes.
La primera recomendación es sencilla: nunca responder automáticamente con un “sí” al contestar. Alternativas seguras son frases como “diga” o “¿quién habla?”. También conviene desconfiar de llamadas inesperadas, evitar proporcionar datos personales y cortar la comunicación si se perciben irregularidades.
Instituciones como la CONDUSEF y la Guardia Nacional recuerdan que los bancos y oficinas públicas no solicitan contraseñas ni códigos de verificación por teléfono. Si se sospecha haber sido víctima de esta modalidad, lo mejor es denunciar de inmediato.
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