jueves, julio 3, 2025

Restauración Ecológica Regional

Biol. Rosamond Coates
Jefa de la Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas
Instituto de Biología, UNAM

Es de conocimiento común que México, uno de los países más biodiversos, enfrenta una grave crisis ambiental que necesita acciones urgentes. La pérdida de biodiversidad, la deforestación y la fragmentación de ecosistemas afectan a los servicios que sustentan la vida de la naturaleza y las comunidades humanas.
Según datos de investigaciones realizados en los últimos años indican que la región de Los Tuxtlas ha perdido extensiones grandes de su cobertura forestal original. A pesar de una gran área en la región fue declarada en 1998 como Reserva de la Biosfera solamente queda alrededor de 20% de su vegetación original en las tres zonas núcleos de conservación. La Reserva de Biosfera de Los Tuxtlas alberga los últimos remanentes de bosque tropical perennifolio en este continente.
La degradación de los hábitats es significativa. Se estima que cerca del 80% de los ecosistemas forestales en la región están fragmentados, lo cual afecta a la biodiversidad y a procesos ecológicos importantes. El impacto se manifiesta en especies sombrilla y en peligro de extinción, como los primates (monos) y los mamíferos grandes (felinos grandes, jabalís y venados), cuyo rango de distribución ha disminuido drásticamente en las últimas décadas afectando los ecosistemas que habita. Asimismo, la reducción de polinizadores esenciales como abejas y mariposas podría influir en la estabilidad de la producción de alimentos y la seguridad alimentaria global.
La deforestación y degradación amenazan la biodiversidad y afectan directamente a comunidades humanas. La sequía en la región, causada por el cambio climático y la destrucción de ecosistemas, ha perjudicado los habitantes, reduciendo cultivos y el acceso al agua potable. Además, las tormentas tropicales y huracanes, que han aumentado en frecuencia e intensidad, pueden ser mitigados por ecosistemas restaurados que actúan como barreras naturales. Por ejemplo, tratando de cambio climático, los ecosistemas costeros, especialmente los manglares, son vitales. Los Tuxtlas cuenta con dos áreas de manglares, que actúan como sumideros de carbono, protegen las costas y sustentan una biodiversidad marina invaluable. Sin embargo, a lo largo de tiempo, se ha registrado una pérdida significante de estos ecosistemas, principalmente por expansión ganadera y contaminación.
La restauración ecológica es un asunto de mucha importancia y urgencia para nuestra región. Hace unos días anunciaron el Programa Nacional de Restauración Ambiental 2025-2030. Esto es una oportunidad de las organizaciones civiles y académicos para tener influencia en políticas públicas para la restauración de ecosistemas terrestres y marinos.
Restaurar los ecosistemas regionales ayudará a reducir emisiones de gases, proteger ecosistemas, asegurar recursos hídricos y promover comunidades sostenibles. La colaboración entre organizaciones, sector privado, gobiernos y comunidades es crucial para lograr cambios duraderos.
Esto es el momento de implementar políticas enfocadas en revertir la deforestación y la degradación de ecosistemas mediante datos científicos y la participación comunitaria permitirá preservar la biodiversidad y garantizar un bienestar sostenible para sus habitantes de la región. Varias instituciones como la CONANP/SEMARNAT, CONAFOR/ SEMARNAT, así como las instituciones académicas (UNAM, UV, UAM, IPN) y organizaciones civiles (Gente Sustentable, Bosque Antiguo) trabajan en la restauración de ecosistemas junto a las comunidades locales, reconociendo su conocimiento tradicional ancestral y su importante papel en la recuperación de la biodiversidad. Los ayuntamientos municipales juegan un papel clave en la elaboración e implementación de acciones de restauración ecológica en sus áreas de influencia.
Dentro de sus límites la Reserva de Biosfera de Los Tuxtlas enfrenta una fuerte presión debido al crecimiento poblacional urbano y rural y en consecuencia aumenta la demanda para viviendas y servicios como agua potable. El sector rural no solamente sufre una perdida de biodiversidad por la expansión horizontal de la ganadería, pero el crecimiento demanda en años recientes por terrenos nuevos para la siembra de tabaco. Estas dos actividades son altamente dañinas a los ecosistemas no solamente que involucran la remoción de la cobertura vegetal pero el uso indiscriminado de sustancias químicas. Las actividades de la minería a cielo abierto son otro factor negativo que contribuye a la perdida de la biodiversidad regional.
La restauración ecológica es el proceso de impulsar la recuperación de vegetación que ha sido degradada o destruida, para restaurar la salud e integridad de un sistema. Uno de los principales retos es lograr una restauración efectiva a gran escala a través de la adopción de enfoques efectivos en costos. Debido a que los procesos de restauración ecológica son muy costos y a veces a largo plazo debemos enfocarnos en las áreas prioritarias como las cuencas o áreas de recarga pluvial para asegurar el suministro de agua para todos. Cabe mencionar aquí que las actividades de reforestación con árboles nativos no equivalen a la restauración ecológica integral de un ecosistema.
Finalmente, involucrar a las comunidades locales en la planificación y ejecución de proyectos de restauración garantiza un enfoque inclusivo y equitativo, fortaleciendo los lazos comunitarios y asegurando que las soluciones implementadas sean culturalmente relevantes y sostenibles a largo plazo. Los retos son muchos, pero con una visión compartida y acción conjunta, es posible revertir la crisis ambiental que afecta a Los Tuxtlas y sentar las bases para un desarrollo sostenible que beneficie a todas las generaciones futuras. La restauración no solo es posible, sino que depende de nuestra acción y como queremos dejar nuestra huella ecológica en la región.

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