El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este jueves la imposición de «aranceles recíprocos» a los países que gravan productos estadounidenses, con el objetivo de igualar las tarifas que esas naciones aplican a las exportaciones de EE.UU., y con la Unión Europea (UE) entre los principales damnificados.
«He decidido que, por razones de justicia, voy a imponer aranceles recíprocos, lo que significa que lo que un país hace pagar a Estados Unidos, nosotros les cobraremos lo mismo, ni más ni menos», declaró Trump a la prensa en el Despacho Oval, donde adelantó que tiene intención de firmar un memorando con esa orden.
Trump sigue ampliando el foco de su guerra comercial para apuntar a todo producto que se mueve en dirección de entrada a EE.UU.
Los nuevos aranceles no entrarán en vigor de inmediato, sino en un plazo de «semanas» o «meses», y los primeros en ser castigados serán aquellos con un mayor déficit comercial con Estados Unidos, según explicó un alto funcionario antes de la firma del memorando.
«Todo el mundo se ha aprovechado de Estados Unidos y hemos pagado un precio alto por ello. Estados Unidos ha ayudado a muchos países a lo largo de los años con un gran coste financiero. Ahora es el momento de que esos países recuerden lo que hemos hecho por ellos y nos traten de manera justa», dijo Trump.
Un trato injusto para Estados Unidos
El documento firmado por Trump se centra en dos aspectos que, según él, han generado un trato «injusto» para EE.UU. en el comercio internacional: los aranceles impuestos por otros países a las exportaciones estadounidenses y las llamadas «barreras no arancelarias», que van desde regulaciones hasta tasas por el cambio de moneda.
Cada país enfrentará aranceles personalizados, según el citado funcionario. No se aplicará una tarifa uniforme del 10 % o 25 %, sino que la Administración establecerá tasas específicas en función de los aranceles y «barreras» comerciales que cada nación impone a Estados Unidos.
Especialmente crítico con Europa por el IVA
El mandatario fue especialmente crítico con la Unión Europea, a la que acusó de ser «absolutamente brutal en el comercio» y de imponer lo que calificó como «un arancel encubierto» a través del IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), que varía entre el 17 % en Luxemburgo y el 27 % en Hungría.
«Hay una razón por la que Alemania vende más coches que los que nosotros les vendemos, y no es por la calidad de la manufactura ni el diseño estadounidense. Es simplemente por prácticas comerciales desleales, y eso es letal. Es un arancel oculto», afirmó Trump.
Según explicó a la agencia Efe un alto funcionario antes de la firma del memorando, el sector automotriz europeo podría sufrir un aumento significativo en sus tarifas. Actualmente, Washington aplica un arancel del 2,5 % a los vehículos importados, pero esta cifra podría elevarse hasta el 27 %.
En la actualidad, la UE impone un arancel del 10 % a los automóviles importados, además del IVA comunitario, que es mínimo del 17%. Por tanto, con la nueva política, EE.UU. aplicaría una tarifa equivalente, sumando un 10 % de arancel y el porcentaje correspondiente del IVA, lo que podría elevar la tasa total hasta el 27 %.
Una herramienta de presión para negociar
Los detalles de los aranceles en la orden ejecutiva han sido deliberadamente dejados en un punto flexible, ya que la intención de Washington es que cada país renegocie las tarifas que actualmente impone a los productos estadounidenses, según el citado funcionario.
Así, la medida anunciada se inscribe en la estrategia de Trump de utilizar los aranceles como una herramienta de presión para obtener concesiones no solo en comercio, sino también en migración y seguridad, con la expectativa de forzar a cada país a sentarse a negociar directamente con Estados Unidos.