Cerca de 2 mil personas, en su mayoría de nacionalidad cubana y venezolana, partieron durante las primeras horas de este domingo de Tapachula, Chiapas, en una nueva caravana migrante que busca llegar primero al centro del país y después a la frontera norte, para esperar las nuevas políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Éste es el cuarto contingente de personas en movilidad del año y el segundo tras la cancelación de las citas de CBP One, por lo que los migrantes aún tienen la esperanza de ingresar a Estados Unidos para obtener un trabajo que les permita mejorar las condiciones de vida, así como una estabilidad económica y social.

En entrevista previa a la travesía, Jorge Acevedo, de nacionalidad venezolana, aseguró que, a pesar del endurecimiento de las políticas migratorias, no pierde la esperanza de cumplir el sueño americano, ya que en su caso lleva un año en territorio nacional.

En otras ocasiones, ha intentado avanzar hasta la frontera norte, pero fue víctima de secuestro en Veracruz y, después, en Ciudad de México, los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) lo detuvieron y trasladaron hasta Tapachula.

“Le pedimos (al gobierno mexicano) que nos dejen por lo menos estar aquí tranquilos, porque nosotros al fin y al cabo no queremos quedarnos aquí, solamente estamos aquí de paso y solamente queremos estar bien aquí, para poder llegar a nuestro destino”.

“No perdimos la esperanza y vamos a seguir guerreando hasta poder pasar para allá (..) a pesar de todo, nosotros vamos a seguir guerreando hasta poder pasar, hasta que haya una manera”, agregó.

Para facilitar la caminata, algunos migrantes llevan los llamados carros de compras de supermercado, en los que colocaron las pocas pertenencias que aún conservan. Otros, por su parte, viajan con una mochila al hombro y garrafas de agua, con el fin de evitar la deshidratación frente a las altas temperaturas que se registran en la zona costera de Chiapas.

En esta caravana también viaja Scarlet Avilés, originaria de Venezuela, quien confía poder avanzando hacia el norte de México, ya que regresar a su país no es una opción porque sería perseguida y encarcelada.

“Todavía llegará el sueño americano, pero si no se puede, bueno, será establecernos en México hasta que podamos (…) Muchos nos hablaron de Ciudad de México, pero también nos hablaron de Monterrey. Nos hablaron también de Monterrey por el estudio de los niños, porque cargo niños”, indicó.

En la primera noche de la caravana, los migrantes avanzaron 25 kilómetros en unas 7 horas. Decidieron pernoctar en el parque central del municipio de Huehuetán, donde instalaron algunas casas de campaña para descansar. Al día siguiente, continuaron su travesía por la tarde, siguiendo la ruta costera.

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