Veracruz, Ver.- Acompañados de un padre de familia, del maestro Darriell Palomino y de Piher de Jesús Librado Santiago, representante de la Cooperativa de Producción Pesquera y Servicios Turísticos Nuevos Pescadores de la Laguna, cuatro jóvenes de 17 años que participaron en el proyecto “Reforestación del mangle rojo en peligro de extinción y Captura del Pez León, especie invasora en Arrecifes Veracruzanos”, se encuentran sonrientes ante lo lejos que ha llegado su proyecto.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP Y RECIBE LA INFORMACIÓN MÁS IMPORTANTE DE VERACRUZ
En un ambiente casi familiar, donde se comparten bromas y abrazos, los adolescentes explican con emoción que este proyecto ha significado desvelos, cansancio, aventuras y, sobre todo, aprendizaje.
“Empezamos sin tener conocimiento del impacto que íbamos a lograr con este proyecto”, dice Abril López, una de las estudiantes involucradas, todavía sin creer que el proyecto al que se dedicó durante año y medio se debate por el primer lugar en la categoría de Escuelas Secundarias Globales del concurso Zayed Sustainatability Prize en los Emiratos Árabes Unidos.
Este proyecto, que dice el biólogo Darriell Palomino, les ha costado “mucho logísticamente”, fue liderado por él y por el maestro Eduardo Aragón en distintas etapas de la carrera técnica de acuacultura.
Entre los retos que presentaron, explica, se encontró la movilidad hacia Isla Bonita, ubicada en Mandinga, una localidad perteneciente al municipio de Alvarado. Según lo descrito por el maestro, a pesar de estar a menos de una hora de distancia, los estudiantes tuvieron que trasladarse en transporte público, caminar hasta un kilómetro, entrar al lodo y remar en kayaks, los cuales fueron proporcionados por Piher.
Sin embargo, explica que sin el compromiso y trabajo que desempeñaron Abril López, Larissa Andrade, Brenda Ruíz y Sinhue Hernández, a quienes Palomino y Piher describen como jóvenes excepcionales, este proyecto no habría podido presentarse el próximo 14 de enero en Dubái.
Cuatro jóvenes llenos de ilusión
Estudiantes de quinto semestre de bachillerato, quienes están por terminar su formación media superior y quienes, hasta este proyecto, no estaban conectados con la ecología y la biología, cuentan que ser seleccionados es un “bien hecho”.
“Es muy impactante saber que este proyecto les interesó demasiado a los organizadores. Es impactante saber que estamos haciendo algo bien por el planeta, ayudando al medio ambiente”, dice Sinhue Hernández.
Con una sonrisa, cuenta que acudir a Mandinga en compañía de sus papás para sembrar propágulos no sólo les cambió su perspectiva, sino también las de sus papás, a quienes les inculcaron nuevas costumbres, como la recolecta de PET.
En el caso de Larissa Andrade, dice ella, este proyecto no sólo cambió su dinámica e interés familiar en cuanto a la forma de tratar los deshechos, sino que la llevó a decidir ser bióloga, así como su maestro Darriell Palomino.
“Ahora con todos estos proyectos me ha generado la curiosidad y el hambre de querer aprender muchísimo más. Por ejemplo, yo me decidí a estudiar la carrera de biología”, dice sonriente una de las seleccionadas para ir a Dubái.
Para ellos, coinciden, lo importante de que la sociedad veracruzana conozca este proyecto, no reside sólo en quiénes son los adolescentes que se involucraron, sino en el impacto positivo que podría tener si más personas se unieran.
“Es muy importante que se involucre no solo nuestra escuela, sino que otras escuelas de nuestra comunidad para notar el impacto, así como en los niños más pequeños para que se les inculque la educación ambiental”.
Por esto, es que en este artículo son los estudiantes quienes hablan del proyecto además de su experiencia y su sentir al ser seleccionados para ir a Dubái y representar no solo a Veracruz, sino a aquellos estudiantes que también se interesan por la ecología.
Proyecto seleccionado: impacto y relevancia
Si bien el proyecto que presentaron ante el Premio Zayed a la Sostenibilidad incluye la captura del pez león, los estudiantes aclaran que, debido a la falta de fondos y preparación en buceo, este continúa en fase piloto.
Sin embargo, su interés en el pez león radica en que se trata de una especie invasora en los arrecifes veracruzanos; problemática que, insisten, atacarían con la preparación y equipo técnico que su institución podría adquirir con parte del premio.
“A este proyecto se le podría ver como una forma de prevención -añade Sinhue- ya que a estos ejemplares se les ha visto en lugares como Florida o Cuba en manglares. Entonces, si se ataca el problema desde antes, podríamos evitar que esta especie llegue a los manglares de Veracruz”.
En el caso del manglar rojo, especifica el docente Palomino, ha sido un proyecto de rescate que se ha podido realizar gracias a la participación de Piher y su cooperativa, ya que han facilitado el acceso a la zona no solo a los estudiantes y al maestro, sino a los padres de familia.
La noche de octubre en que todos se enteraron de que su proyecto había sido uno de los 33 finalistas en el Premio Zayed de Sostenibilidad, entre las casi 6 mil propuestas de países y organizaciones de todo el mundo, recuerda Briana Ruiz, ninguno pudo conciliar el sueño.
“Estábamos escuchando la videoconferencia y mi compañera Abril y yo le estábamos traduciendo al profesor, y cuando le dimos la noticia, dijo: ‘¡no puede ser!’. Todos nos quedamos boquiabiertos. Nos quedamos en shock, estábamos súper emocionados, súper felices. La verdad nerviosos por lo que iba a pasar; no podíamos dormir por la emoción”.
De acuerdo con el maestro Palomino, los finalistas de la categoría Global High Schools –que es a la que pertenecen– presentaron soluciones de sostenibilidad basadas y dirigidas por los estudiantes, como lo fue su caso, ya que los alumnos se involucraron personalmente en la extracción de propágulos cercanos a la superficie de la isla para, posteriormente, transportarlos y monitorear su crecimiento en el Cetmar 07.
Una vez crecidos, explican, estos fueron replantados en los huecos de mangle de Isla Bonita para promover su crecimiento, puesto que dice Piher, representante de la cooperativa que facilitó el acceso de los jóvenes a través de kayaks, el mangle rojo es una especie en peligro de extinción protegida por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
El mangle, explica, captura el dióxido de carbono, atrapa contaminantes, sirve como refugio para especies como alevines, reduce el efecto de las inundaciones y huracanes, además de inmovilizar grandes cantidades de sedimentos. Sitio que, señala el biólogo Palomino, forma parte de los sitios Ramsar por ser humedales.
Rumbo a Dubái: en preparaciones
El maestro Palomino explica que, debido a que los viáticos son pagados completamente por el Premio Zayed a la Sostenibilidad, es que tuvieron que escoger únicamente a dos de los cuatro estudiantes para ir a Dubái y representar no sólo a su institución, sino a México.
«La decisión de quién va (a Dubái) fue un poquito difícil”, explica el maestro Palomino. “Son cuatro alumnos que han dado todo en este año y medio, pues ha sido un trabajo muy grande, pero llegamos a la decisión de que dos de las chicas: Larissa Andrade y Briana Ruiz, van a representarnos, junto conmigo, porque saben un poquito más de inglés. Incluso más que yo”, dice entre risas.
El itinerario, especifica, consiste en un vuelo desde Veracruz hacia la Ciudad de México. De ahí, volarán hacia Dubái con una escala en Barcelona, España. “El viaje va a durar de cuatro a cinco días porque son 21 horas de vuelo”.
“Tenemos planeado salir el sábado 11 de enero, volar todo el domingo y llegamos el lunes en la madrugada, el evento es el martes, y pues vamos a estar miércoles y jueves de paseo –dice entre risas– pero ya de ahí, el viernes, volamos de regreso a Veracruz”.
“Yo creo que todo empieza con una ayuda desinteresada, realmente. Lo hacemos, lo seguimos haciendo y lo seguirán haciendo (los alumnos que continúen con el proyecto) sin buscar algo a cambio más que, por así decirlo, la salud de nuestro ambiente, que es el lugar donde vivimos”, dice Larissa.
“Entre nosotros nos hemos ayudado y hemos conocido a más personas”, explica Abril. “Yo lo he involucrado más en mi día a día (la ecología), como por ejemplo la recolecta del PET en las playas”.
Finalmente, Larissa concluye: “Es darnos cuenta de que, si se llega de una forma adecuada, la comunidad nos puede ayudar y nos puede dar el impulso que, nosotros como jóvenes, necesitamos, porque muchas veces no tenemos esas posibilidades. Pero con ayuda de la comunidad, de la comunidad estudiantil y de nuestros maestros, podemos darle el impulso a todas estas propuestas que nosotros los jóvenes tenemos. El planeta es de todos y tenemos que cuidarlo”.