La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) adquirió combustible ilegal o «huachicol» y lo surtió a los vehículos y equipo pesado que fueron utilizados para construir el Tramo 7 del Tren Maya de acuerdo a un reportaje de Latinus.
Testimonios recabados por Latinus con empresarios, supervisores y operadores de equipo pesado que trabajaron en el Tramo 7 revelan que cientos de máquinas resultaron dañadas por el diésel que entregaron las pipas compradas por los militares.
Refieren que a mediados del año pasado sus máquinas tuvieron que parar durante semanas porque fueron abastecidas con combustible adulterado, lo que provocó pérdidas por millones de pesos y el retraso en las obras del último tramo del Tren Maya que debió inaugurarse antes de finalizar el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Además de la denuncia hecha por los empresarios y sus empleados, Latinus tiene en su poder una serie de llamadas entre integrantes de “El Clan” que muestran cómo el uso de «huachicol» ha sido una práctica generalizada en las obras del Tren Maya.