CDMX.,-En el marco en el que se han registrado diversos movimientos telúricos con epicentro en la capital del país, un microsismo más alertó a los habitantes de la urbe al ser esta vez un fenómeno natural trepidatorio con epicentro en Mixcoac.
A través de las rede sociales, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, resaltó que no se registran daños por este fenómeno natural; sin embargo, será más adelante cuando se emita un reporte completo a modo de descartar cualquier tipo de afectación.
“Se activan protocolos y establecemos comunicación con Unidades de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de las Alcaldías”, se dio a conocer.
Sobre este nuevo microsismo, el cual se suma al que despertó a los capitalinos durante las primeras horas de este jueves 26 de septiembre, se sabe que contó con una magnitud de 2.6 grados con epicentro en la colonia San Pedro de los Pinos, de la alcaldía Benito Juárez.
El sistema de alertamiento SkyAlert informó que el movimiento tuvo lugar al poniente de la capital mexicana, lo que llevó además a que aquellos que cuentan con la aplicación en sus teléfonos celulares recibieran una notificación de manera inmediata, distando del Servicio Sismológico Nacional e incluso de la alerta sísmica.
Tras darse a conocer esta información, el Sismológico Nacional dio a conocer a través de todos sus canales de comunicación que el microsismo contó con una profundidad de 1 kilómetro, al tiempo que se ajustó la magnitud a 2.4 grados. Lo anterior explica el motivo por el cual los habitantes de la capital mexicana lo percibieron con mayor fuerza a diferencia de otros que han sacudido al país.
La alerta sísmica en la Ciudad de México no se activa para microsismos debido a su baja magnitud e intensidad. Estos movimientos, generalmente menores a 4.0 en la escala de Richter, no representan un riesgo significativo para la población ni estructuras.
Cabe destacar que las alertas están diseñadas para sismos de mayor magnitud que pueden causar daños importantes. El sistema prioriza la velocidad y precisión en eventos sísmicos que realmente ponen en peligro a la comunidad, minimizando falsas alarmas y el pánico innecesario.
Para que los sistemas de altavoces de la capital mexicana se activen al presentarse un sismo, éste deberá contar una magnitud igual o superior a 5.0 en la escala de Richter, al tiempo que las primeras ondas cuenten con la fuerza necesaria para permitir el desalojo de inmuebles antes de percibirse los primeros movimiento, además también deberán contar con estas características:
• Ubicación del Epicentro: La proximidad del epicentro a la Ciudad de México es crucial. La alerta se activa si el sismo ocurre en una de las regiones monitoreadas que pueden impactar significativamente a la ciudad.
• Estimación del Impacto: El sistema evalúa rápidamente el potencial de daño del sismo. Si se anticipa que la intensidad en la Ciudad de México será significativa, la alerta se emite.
El objetivo es proporcionar tiempo suficiente a los residentes para tomar medidas de protección antes de la llegada de las ondas sísmicas.
A modo de remate, se informa que el microsismo de este jueves 26 de septiembre causó alarma entre la población debido a que fue trepidatorio, el cual corresponde a un evento con movimientos verticales, es decir, da la sensación de ser un movimiento de “arriba a abajo”, como un rebote.
Generalmente, este tipo de movimiento es el resultado de ondas sísmicas conocidas como ondas P (ondas primarias), que se propagan rápidamente.
En tanto, un sismo oscilatorio se trata de un evento horizontal que se podría traducir en un movimiento “de lado a lado” o “vaivén” el cual es provocado por ondas S (ondas secundarias) y ondas superficiales, que se desplazan más lentamente en comparación con las ondas P.
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