jueves, abril 25, 2024

Columnas Luis Velázquez

Escenarios

•Vivir de la nostalgia

•El sazón de mamá

•El Super Saturday

Luis Velázquez

23 de septiembre de 2020

UNO. Vivir de la nostalgia

Con tanto encierro, 7 meses ya, la nostalgia brinca y se adueña de la vida. Y solo resta viajar hacia el pasado para llenar los huecos del desastre epidemiológico.

Por ejemplo, en los días y noches desventuradas que caminan y trotan, nada enciende más el corazón, la memoria y los recuerdos como las sabrosas picadas y gordas de mamá, con maíz blanco molido en el molino casero y cocidas en el brasero con leña.

DOS. La sazón de mamá

Las sabrosas albóndigas que solía hacer con sus manos hábiles y cariñosas para la felicidad y la dicha de sus hijos y que revoloteaba con frijolitos refritos en el caldo y significaba el mejor banquete de la vida.

El café de olla, negro, que hacía, y sin azúcar, porque si se le echaba, decía, entonces el café sabía a azúcar y que a veces permitía en las noches una piscacha de aguardiente para el mejor sabor.

Los fines de semana, en el desayuno para iniciar el sábado, caray, una sabrosa salsa de chicharrón con frijolitos y tortillitas de maíz blanco echadas a mano, todavía humeante el brasero y el humo que salía por la ventana superior de la cocina y trepaba al cielo donde se diluía.

TRES. Delicioso ponche

Papá, lleno de envidia de la buena con el sazón de mamá, invitaba a su parcelita para ordeñar dos vaquitas que tenía y hacer un ponche delicioso de lechita recién ordeñada con unos piquetitos de aguardiente y que solíamos tomar sentados a la orilla del río Jamapa mirando a un caporal, el único que tenía, bañar a los becerritos.

A veces, sorprendía con una bolsita con pan recién horneado en la panadería del pueblo y entonces aquel era sabrosísimo banquete cuando todavía faltaba mucho tiempo para que el sol saliera y el agua del río estaba tibia y era más delicia zambullirse.

CUATRO. El Super Saturday

Los sábados eran, como canturrean los chicos de Londres, de Super Saturday. Pero entonces, en el pueblo nadie conocía las discos y el pachangón era en la única casita de citas con mesalinas que llegaban de la ciudad de Veracruz como si fueran modelos de casa de moda VIP.

Había una señora de unos treinta años a quien apodaban “La quinceañera”, porque siempre prefería enseñar a los chicos las artes amatorias y ser la primera en sus vidas sexuales.

Y era tan generosa y solidaria que por lo regular cobraba la mitad de su tarifa porque ella también era feliz.

CINCO. Refocilarse como los gatos

Los domingos con los padres era mañana de misa y confesarse arrodillados ante el sacerdote y confesar.

Pero el festín estaba luego en el único restaurantito del pueblo para desayunar chocolate con panecillos y que en las noches ofrecía banquetazazo con uno, dos, platos de mondongo, con chilito al gusto, y en donde significaba un ritual pasarse la lengua en los labios, como los gatos, para refocilarse con el olor y el sabor.

SEIS. Los tamales de don Amado

El festín gastronómico del sábado fue imborrable con los tamales de masa más sabrosos en la región. Los preparaba y cocinaba don Amado Beltrán y a ninguna gente extraña compartía el secreto de su cocina más que a sus hijas, herederas universales de aquel gran tesoro.

Fueron aquellos días y años los más felices de la vida. El Veracruz que en parte se ha ido, recrudecido ahora con la pandemia, pues está prohibido salir a la calle cuando hemos rebasado los 4 mil muertos.

Expediente 2020

La 4T de Veracruz

Luis Velázquez

23 de septiembre de 2020

El oleaje de inseguridad, incertidumbre y zozobra está causando peores estragos. Por ejemplo, el 8 de septiembre en Coatzacoalcos. Los malandros intentaron secuestrar a un empresario en el Frac. Puerto Esmeralda. Y se resistió. Y lo mataron.

Y el 9 de septiembre, en Tezonapa, fue asesinado el reportero Julio Valdivia, corresponsal de “El Mundo de Córdoba”, antiguo comerciante y policía, pero además, con saña y barbarie, pues fue decapitado, igual, igualito que la reportera Yolanda Ordaz, de Notiver, en el sexenio de Javier Duarte.

En ambos casos, el empresario y el periodista, los homicidas huyeron tan campantes. Dueños del día y de la noche. Dueños de la vida y de la muerte. Dueños del llamado Estado de Derecho. Dueños de la agenda setting. Dueños, incluso, y como en Álamo y Paso del Macho, de los policías.

La vida, en su riesgo más alto, más difícil, más rudo.

La secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General, rebasadas por el principio de Peter. Y cada familia apostando a defenderse como pueda.

En unos municipios, creando y recreando guardias comunitarias, especie de comités de vecinos vigilantes.

En otros, las autodefensas, como en las cumbres de Acultzingo, la montaña negra de Orizaba, Cacahualco, Las Choapas y Agua Dulce.

En otros, deteniendo, linchando y quemando vivos a los secuestradores, como en Soledad Atzompa.

En otros, linchando a maridos que asesinan por la espalda a la esposa como en el Valle de Uxpanapa.

En otros, tomando la escopeta para matar conejos y rafaguear a los malandros en legítima defensa de la familia, como en un rancho ganadero de Jáltipan.

Y mientras Veracruz continúa poblándose de cadáveres, cadáveres colgados de los puentes, cadáveres flotando en los ríos agua abajo, cabezas decapitadas, en Coatzacoalcos, el empresario Gerardo Rincón Chiquito, quien rentaba unidades móviles para viajes, se resistió a un robo.

Se negó a entregar su dinero, sus recursos en casa, acaso que se lo llevaran.

Y los pistoleros y sicarios dispararon y mataron y huyeron.

Y en Tezonapa, el colega, secuestrado, asesinado y decapitado, su cadáver abandonado sobre las vía del tren.

Es Veracruz en el tiempo de la 4T, la purificación moral y la honestidad valiente.

VIVIR, PESADILLA ATROZ

Vivir en Veracruz se ha vuelto una pesadilla atroz. Nadie la tiene segura. Nadie puede festinar que libró el tsunami de balazos y tiros, secuestros y desapariciones, asesinatos y fosas clandestinas.

El ciudadano común que todos los días vive con sencillez pero con “el alma en un hilo” pensará, imaginaría, vislumbraría, que el gobierno de Veracruz está o estaría desesperado ante su incompetencia, ineficacia e ineficiencia.

Y que habrá días, como escribió Manuel Acuña, que “ni siquiera saben dónde está el porvenir”.

Veracruz, primer lugar nacional en feminicidios, secuestros y extorsiones.

El paisaje urbano, suburbano, indígena y rural, convertido en un tiradero de cadáveres y de impunidad.

Insólito, inverosímil, el caso del empresario de Coatzacoalcos quien en un intento desesperado por librar el oleaje de inseguridad fue asesinado en su domicilio particular.

Los sicarios, metiéndose a las casas de las familias. Armados. Dispuestos a todo, incluso, a la muerte. Violentando los días y las horas. Interrumpiendo la tranquilidad provinciana y aldeana, como si fueran los propietarios únicos y absolutos para hacer y deshacer.

Sabiendo, seguros, de que por más y más cruces en el panteón que han dejado desde hace unos veintisiete años (sexenio de Patricio Chirinos Calero), nada pasa, como gritoneaba Javier Duarte.

Y ante la impunidad, “creciéndose al castigo”.

Peor, mucho peor, cuando, y por ejemplo, de manera tardía la secretaría de Seguridad Pública, de pronto descubrió que en Álamo y Paso del Macho había narcojefes policiacos y narcopolicías, y que los presidentes municipales, los síndicos y los regidores, lo ignoraban, ajá.

La vida, como un túnel largo y gigantesco, sin una veladora alumbrando el vagón del ferrocarril, expuestos todos al peligro.

Y caray, cuando en uno que otro pueblo han aparecido autodefensas, el gobierno de Veracruz levanta la voz molesto, enojado, encabritando, desmintiendo la realidad real y hasta asegurando en boletín pagado que “El dos del palacio” efectuó girita en Acultzingo y por ningún lado descubrió gente armada, ¡vaya maravilla!

ESTADO DELINCUENCIAL

La firmeza con que el empresario de Coatzacoalcos enfrentó a los malandros y se resistió y la decapitación del reportero de Tezonapa expresa una realidad con varias aristas:

Una. La certeza de que en Veracruz estamos a la deriva, expuestos, indefensos.

Dos. La seguridad de que solo defendiéndonos podemos quizá, y con un milagro, sortear el tsunami de violencia.

Tres. La desesperación social a que hemos llegado.

Cuatro. La entereza para defender ante todo, y más que el dinero o los recursos, a la familia, la esposa y los hijos.

Cinco. Un pueblo dispuesto a hacerse justicia por mano propia, aunque exponga la vida.

Seis. El Estado Fallido ante el Estado Delincuencial.

Siete. La secretaría de Seguridad Pública, la Fuerza Civil, las policías municipales y la Guardia Nacional, evidenciadas por los carteles y cartelitos.

Ocho. Ninguna trascendencia social tuvieron las marchas y protestas y resistencia pacífica de los vecinos de Coatzacoalcos, los primeros en levantarse en contra de la inseguridad. Dejaron de luchar y manifestarse y la incertidumbre se ha multiplicado.

Nueve. El primer pueblo donde la Guardia Nacional de López Obrador debutó en Veracruz fue en Coatzacoalcos. Y allí están los hechos y resultados concretos, específicos y macizos.

Diez. Con el asesinato del empresario sureño, una familia más queda en el desamparo económico y la orfandad. Y en el caso del reportero, cuatro hijos y la esposa.

Once. Los malosos siguen ganando batallas. La guerra continúa, implacable, pero desgastando cada vez más al gobierno de Veracruz.

Barandal

•Descrédito de la UPAV

•Alumnos estafados

•Cóctel explosivo

Luis Velázquez

23 de septiembre de 2020

ESCALERAS: Desde sus orígenes, en el duartazgo, la UPAV, Universidad Popular Autónoma de Veracruz, ha caminado en el descrédito educativo.

En su coctel explosivo, lo peor. Directivos impuestos por dedazo. Maestros bajo evidencia profesional. Garages y salas de casa, y hasta recámaras, habilitadas como salones de clases. Planteles prestados. Anuncios para inscribirse hasta en la corteza de los árboles callejeros.

Filiales en otras entidades federativas, como Puebla y Tabasco, con denuncias de por medio.

Cobros excesivos. Lo peor, cobros depositados en cuentas particulares de los directivos.

PASAMANOS: Incluso, venta de títulos académicos. Y sin pudor ni rubor.

Hubo un tiempo cuando algunos empresarios publicaban anuncios en la prensa impresa ofertando empleos con una advertencia sórdida y sombría. “Menos, decían, egresados de la UPAV”.

Y con todo, y debido a que en las universidades oficiales, como la UV, por ejemplo, en cada ciclo escolar rechazan más de veinte mil jóvenes por falta de recursos oficiales, entonces, número incalculable de chicos apostaron a la UPAV.

¡Vaya desencanto! Javier Duarte terminó en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México sentenciado a 9 años de cárcel, más abierto el expediente sobre desaparición forzada, y la UPAV, en un callejón sin salida.

CORREDORES: El último ramalazo fue en Ciudad Mendoza. Los alumnos denunciaron anomalías en el campus. El cobro de inscripción. El cobro de la limpieza del plantel prestado. Y el depósito de pagos en cuenta bancaria del director, Oscar Damián León (Diario de Xalapa, Mayra Figueiras).

El pago de 750 pesos por trimestre. Más 200 pesos para el mantenimiento. Y sin comprobante.

De ñapa, la denuncia de estudiantes que han cursado la educación media superior y cubierto los pagos, y un año después, ningún papel entregado.

BALCONES: Si el secretario de Educación de Veracruz y el rector de la UPAV se hubieran dado un espacio para investigar el historial de la UPAV quizá habrían puesto candados rigurosos para evitar tales desaguisados.

Y ahora, cuando los alumnos protestaron y exhibieron en el tendedero público la podredumbre, la misma de los orígenes de la UPAV, entonces, el estercolero en la cancha habría sido prevenido.

Lo peor es que los estudiantes cabildearon la posibilidad de aclarar los pendientes tanto con el director del Bachillerato y la rectoría y nunca encontraron tierra fértil ni voluntad política y social para el diálogo.

Por el contrario, y estallada la insumisión, el director de Ciudad Mendoza se dio “golpes de pecho” asegurando que lo desprestigian, porque “la mafia en el poder”, ajá, pejecito, mira la UPAV como un botín económico y social.

PASILLOS: Es decir, y de entrada, el director “curándose en salud” y al mismo tiempo, denigrando a sus enemigos y adversarios.

Las partes, en todo caso, en la rebatinga por el jugoso pastel que desde siempre ha significado la famosa Universidad Popular.

“Jamás, dijo Damián León, en mi vida laboral como docente he enfrentado problema alguno de ninguna índole”.

Ta’güeno.

VENTANAS: Decepciona y desanima tanto estercolero de por medio. Y como siempre, los buenos (los profes) y los malos (los estudiantes).

Lástima porque la UV dejó fuera más de veinticuatro mil chicos por falta de presupuesto, una pesadilla inacabable de las universidades públicas.

Y aun cuando la UPAV, como ahora las universidades López Obrador, fueron creadas para ofertar espacios dignos con colegios prestigiados y de nombre, pronto se cumplirá una década perdida, digamos, del sueño educativo del profesor Guillermo Zúñiga Martínez, el máximo fundador.

Malecón del Paseo

•Viacrucis educativo

•Clases en línea

•Niños pobres

Luis Velázquez

23 de septiembre de 2020

EMBARCADERO: Iniciaron las clases en línea en la escuela primaria… Pero al mismo tiempo, comenzó el viacrucis para miles de madres de familia, sobre todo… Primero, porque los niños de los primeros años (primero, segundo, tercero, digamos) son incapaces de mover la computadora y/o la televisión para acceder a los programas… Segundo, porque habría de verse el grado de escolaridad a las madres, y por lo general, como si les hablaran de un planeta desconocido… Y tercero, porque las madres están trabajando doble o triple… A, como madres para las tareas del hogar… B, como maestras de sus hijos… Y C, como la asistente educativa de los hijos para hacer la tarea y entregar en tiempo y forma…

ROMPEOLAS: Aparte de la incapacidad económica de miles de hogares para tener el número de televisoras o computadoras suficientes para los hijos… Por ejemplo, una familia con unos 4, 5 hijos, en edad escolar… De por sí, tarea descomunal… Las madres de familia, por ejemplo, terminan cada día con dolor de cabeza y tensas que solo desean acostarse sin dar de cenar a los hijos y a la pareja… Conscientes al mismo tiempo, que al día siguiente la pesadilla comenzará de nuevo…

ASTILLEROS: “Estoy a punto de enloquecer” dice la señora Roxana, madre de dos hijas… Ayer, por ejemplo, dijo que por más y más que se esforzó para entrar a la computadora y a la televisión en el horario establecido por la autoridad educativa, nunca pudo… Y ni modo, estalló, mandando todo al carajo… Entonces, simple y llanamente, declaró día de descanso y mientras los niños miraban un programa de caricaturas, ella se durmió para liberar el estrés…

ESCOLLERAS: Desde las secretarías de Educación Pública y de Educación de Veracruz dictaminaron las clases por Internet y la tele para que ningún niño perdiera el curso… Pero sin considerar la realidad económica, social y educativa, y sin prever que las madres se convertirían en asistentes escolares… Alto, elevado porcentaje de madres que únicamente estudiaron la primaria y a duras penas… Y desde que egresaron, hará unos veinte años, otro país que era México, jamás se asomaron a un salón de clases… Y están desfasadas…

PLAZOLETA: Ninguna duda de que la calidad educativa tan soñada por la SEP y la SEV hará trizas hacia el término del año escolar… Podrán, incluso, y hasta por decreto, todos los niños aprobar y pasar al siguiente grado… Pero al mismo tiempo, con una calidad educativa cuestionable que ya de por sí cuando, por ejemplo, Veracruz está en el sótano nacional… Y apenas alcanza ligero resplandor con el primer lugar nacional en bailable regional con “La bamba” y “El tilingo lingo”, quizá un segundo espacio nacional con la Orquesta Sinfónica de Salsa creada por la SEV para la dicha del patroncito…

PALMERAS: Las madres están a punto de sufrir, o ya lo sufrieron, un ataque espantoso de nervios y estrés… En unos casos, y con el padre decidieron apretarse el cinturón y enviar a los hijos a una escuelita con una maestra en su casa impartiendo la clase en la sala… Pero ni hablar, debido a la pandemia es la hora de la improvisación para “sacar al buey de la barranca”… Por fortuna, a las televisoras comerciales les está yendo muy bien pues les pagaron 460 millones de pesos para transmitir las clases grabadas… Pero las madres están en la antesala de la locura… Y mucho se duda de la calidad pedagógica…

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