•PRI noqueado

•Odio fermentado

•Alianza con el PAN

Luis Velázquez

UNO. PRI, dividido y noqueado

En su bola de cristal, el diputado federal, Porfirio Muñoz Ledo, profetiza que MORENA durará en el poder político dieciocho años.

Y el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica dice que en su bola de cristal, el partido guinda y marrón durará un par de sexenios.

Pero mientras el futuro llega…, el PRI en Veracruz está noqueado. Tirado en el centro del ring con las manos y las piernas abiertas de par en par. Y ni siquiera un milagro tipo Jesús con su amigo Lázaro, lo resucitaría.

Y más, mucho más, en el puerto jarocho donde el tricolor vive la peor discordia de su historia local.

En una cancha, el presidente del CDE y la diputada federal, Anilú Ingram Vallines, tienen, más o menos, el veinte por ciento de la militancia.

Y en el otro lado de la cancha, los grupos de Los Chopos, Los Fabiolos, y los grupos de Belem Palmeros Exsome y Carolina Gudiño Corro representan el ochenta por ciento restante.

Y lo peor entre los peor, Los Chopos, los Fabiolos, los Belem y los Gudiño… odian “con odio jarocho” a los Marlon y las Anilú.

Y más peor, ninguna operación cicatriz para reconciliarse. Y menos para mediados del año entrante cuando sean elegidos los candidatos a presidentes municipales, síndicos y regidores y diputados locales y federales.

DOS. Odio fermentado

Todavía más: ninguna voluntad hay del CDE del PRI y su legisladora para “fumar la pipa de la paz”.

A ellos les basta estar bien con el CEN de Amlito y con el senador MAO, Miguel Angel Osorio Chong, confiando quizá en que MAO pudiera quedarse con la candidatura presidencial en el año 2024.

Por eso, los otros 4 grupos restantes del priismo alimentan y fermentan su rencor y odio en contra de ellos.

Incluso, siguen empujando la carreta destartalada hacia objetivos superiores, como por ejemplo, aliarse por abajo y arriba de la mesa con otros partidos políticos, bajo la regla universal de que “si no se puede con el enemigo… entonces solo queda unirse”.

Quizá, y en algunos casos, hasta con MORENA, y más ahora cuando la puerta ha sido abierta por Yeidckol Polevnsky.

O en un descuido con el PVEM que trae el ex diputado federal, Javier Herrera Borunda.

O más grave, apostar su estrategia, nombre, crédito, liderazgo y arraigo simple y llanamente a la derrota de los candidatos priistas a la alcaldía y a las curules locales y federales.

Casi casi, unos caballitos de Troya, Narcisos Mendoza, Pípilas.

TRES. Lucha electoral será entre MORENA y PAN

El PRI, está claro, si va solito para la alcaldía y las diputaciones por el distrito jarocho desde ahora está derrotado.

Pero con todo, el voto duro que traería el CDE le alcanzaría, digamos, para aliarse con otro partido, quizá el PAN con quienes son tan afines, para ver si en conjunto se impondrían al candidato de MORENA, por ejemplo, a la presidencia municipal, sea quien sea, aun cuando en el trascendido se asegura que el diputado federal, Ricardo Exsome Zapata, hizo a un lado su interés edilicio porque continúa soñando con la secretaría de Comunicaciones y Transportes ahora cuando el titular, Javier Jiménez Espriú, se retire… por los años encima.

Y más, porque es un constructor y con la familia la empresa de transporte federal.

Por lo pronto, desea significarse que en el municipio de Veracruz, como en tantos otros, la competencia real en el año 2021 será entre MORENA y el PAN como dice el maestro Carlos Ronzón, tiempo, cuando todo indica, ocurrirá lo insólito con la alianza de los partidos azul y rojo.