•El poder de la oración

•Rezar por la paz

•Rezar para tener medicinas

•Quizá de consuelo sirva

Por Luis Velázquez

ESCALERAS: Las calles de las ciudades se han llenado de madres con hijos con cáncer lamentando el desabasto de medicinas en la secretaría de Salud, SS.

Han protestado de todas formas. Y a veces, con muchos días de atraso, la SS cumple. Pero pasado un ratito, la historia vuelve a repetirse, y otra vez, a la protesta pública en la resistencia pacífica.

Y en contraparte, el arzobispo Hipólito Reyes Larios convoca a los feligreses y a las madres a rezar y seguir rezando esperando el milagro.

PASAMANOS: Meses anteriores, el arzobispo también expuso que la solución estratégica para abatir la ola de violencia es rezar.

“Solo queda rezar”, dijo, a tono con su investidura.

Y en las iglesias los feligreses rezaron más y más, aun cuando en una iglesia de Córdoba fueron asaltados una tarde cuando oraban.

Juan Pablo II tenía la fama de que rezaba ocho horas diarias, siempre hincado, nunca sentado, en el Vaticano.

Y, bueno, nadie duda del poder de la oración que acaso de consuelo sirve para tranquilar el corazón y el alma e inyectar nuevas esperanzas al espíritu.

Pero en cosas terrenales mucho se duda de su eficacia y eficiencia.

CORREDORES: Dijo el arzobispo: “Eso es lo que hacía Jesús y eso es lo que tiene que hacer la iglesia. Rezar y cuidar a los enfermos. Ayudarnos a que sanen con toda la problemática en el país, pero más aquí, en Veracruz, por la falta de medicamentos».

En el tiempo histórico, la iglesia fue “de armas tomar”.

Por ejemplo, durante trescientos años, con los virreyes españoles los ministros de Dios convirtieron la iglesia en una de las más enriquecidas de América Latina, pues, y entre otras cositas, hasta casas de préstamo tenían cobrando altos intereses.

BALCONES: Y en un brinco histórico alentaron el Movimiento Sinarquista y estremecieron a las elites políticas de entonces.

En la historia quedó consignado que Álvaro Obregón, reelecto presidente de la república, fue asesinado en el restaurante “La bombilla”, en la Ciudad de México, por el caricaturista José de Jesús León Toral, asesorado por la madre Conchita.

Un gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, envió iniciativa de ley al Congreso local en el siglo pasado para validar el aborto y la iglesia lo amenazó con la excomunión y dio marcha atrás.

PASILLOS: Por eso, resulta inverosímil que el arzobispo se reduzca y limite convocando a los feligreses a declararse en una cadena de oración para que los niños con cáncer tengan medicina suficiente cuando, caray, meses anteriores también invitó a rezar para combatir la ola de violencia y la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra pasean en Veracruz con toda la impunidad.

VENTANAS: Es más, también pidió declararse en oración para que haya cupo en los hospitales públicos para tantos enfermos, pues por ahora “están llenísimos” y con la oración bien pudieran ofertarse más espacios.

El ministro de Dios cumple, digamos, con la tarea, pero al mismo tiempo, resulta insuficiente.

La pobreza y la miseria son tantas que el discurso católico necesita cambiar, y si es necesario, irse a la resistencia pacífica con los feligreses para mejorar la calidad de vida de la población.

Quizá rezar consuele los corazones desesperados. Pero rezar significa apostar a la esperanza, y por tanto, a la resignación. Y la esperanza y la resignación son malas consejeras en tiempos difíciles. La gran consejera es la resistencia pacífica, incluso, hasta cerrar iglesias en protesta social para que el pueblo se subleve.