•Veracruz confrontado
•Boda gay y aborto
•Hay línea, ni cabe duda
Por Luis Velázquez
UNO. Veracruz confrontado
Hay, otra vez, una confrontación entre las elites eclesiásticas y los activistas por la despenalización del aborto y el matrimonio igualitario, y en medio, las cúpulas políticas para pronunciar la última palabra… en la LXV Legislatura.
Pero más allá del dictamen, hay una realidad avasallante:
Desde hace mucho, demasiado, excesivo tiempo, cada pareja actúa y decide si se casa con su pareja gay y si aborta.
Y más, en un Veracruz, primer lugar nacional en adolescentes embarazadas y en abortos.
Aprueben o desaprueban los 50 diputados locales la despenalización del aborto, de cualquier manera, las parejas que así lo deciden, abortan, y nada pasa, como por ejemplo, una excomunión de la iglesia, o en todo caso, condenadas a achicharrarse en el infierno y que, sabrá el chamán, si existe.
Y si la pareja gay decide casarse, simple y llanamente, se traslada a la Ciudad de México y se casa y regresa a seguir viviendo en algún rincón de Veracruz.
Por eso, y de entrada y a primera vista, la dura confrontación entre los ministros de Dios (sacerdotes, presbíteros, obispos y arzobispo y Provida) y los activistas sale, y en todo caso, sobrando.
Hay otros caminos para seguir abortando y continuar casándose por la ley civil, aunque, claro, habrá parejas gay nostálgicas que desearían contraer nupcias por la iglesia con la bendición del curita.
DOS. Hay línea, ni duda cabe
La lucha enconada entre unos y otros por el matrimonio igualitario y el aborto (más la adopción de niños) ha llevado a medidas radicales que nada dejan.
Por ejemplo:
Una diputada local prohibió el acceso al Palacio Legislativo a los activistas católicos luchando contra la boda gay.
Y parte de sus homólogos y los activistas se fue en contra de ella y de paso, hasta culparon al subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, de aterrizar en Xalapa para dar línea.
Se ignora si en verdad haya ocurrido, pero, caray, lamentable la confrontación en que se ha caído.
Pero, bueno, ya lo dijo el Papa y de paso, AMLO:
Como jefe de Gobierno en la Ciudad de México, López Obrador siempre ‘cabeceó’ a los activistas cuando luchaban por el aborto y nunca cumplió con aquella famosa consulta popular.
Y ahora como presidente de la república, la historia se repetirá porque si el aborto fuera despenalizado en la mayor parte de las entidades federativas y aprobado el matrimonio gay, entonces, MORENA estaría en riesgo de seguir triunfando en las urnas, pues los ministros de Dios se irían en contra de sus candidatos a puestos de elección popular en la homilía, en el confesionario y en las reuniones en grupo con los feligreses.
Y ni modo de andar de un demócrata muy plural favoreciendo el matrimonio igualitario y el aborto, pues para MORENA perderían el reino electoral.
Por eso, ha de quedar claro que no pasará en Veracruz como tampoco pasó en Hidalgo y Puebla.
TRES. Mucha discordia
La confrontación sigue.
Y las elites eclesiásticas, como siempre, tomando partido, en tanto, los evangélicos se hacen tontos pues ya fueron bendecidos con el reparto de la Cartilla Moral de AMLO, además de la concesión de una televisora nacional por encima de la iglesia católica.
Mucho se duda que el matrimonio gay sea aprobado en la tierra jarocha. Por encima está el interés político guinda y marrón. Y por eso mismo, resulta lamentable y deplorable tanta discordia política, social y moral.
En todo caso, la población de Veracruz necesitada de un matrimonio gay y un aborto ha de seguir caminando hacia la Ciudad de México, donde ya están validados.