viernes, abril 26, 2024

Barandal

•Siguen desaparecidos

•Vidas frustradas

•Traumática experiencia

Por Luis Velázquez

ESCALERAS: Muchas, demasiadas, excesivas circunstancias debieron concitarse en el país para que en los últimos doce años, quizá trece, desaparecieran más de sesenta mil personas.

Entre ellas, 4 mil 500 en Veracruz en la última década, incluidas los trescientos desaparecidos en el primer año de gobierno de MORENA en el trono imperial y faraónico.

Y muchas circunstancias, entre otras, digamos, la alianza sórdida y siniestra de políticos, jefes policiacos, policías y barones de la delincuencia organizada.

PASAMANOS: Y más, porque de entrada, los más de 60 mil desaparecidos rebasa por completo la estadística de la muerte en América Latina en el siglo pasado cuando los militares ejercían el poder total y absoluto.

Por ejemplo, el gobierno más siniestro del continente en Argentina con el general Jorge Videla, un aproximado de treinta mil desaparecidos.

Y la presidencia del general Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominica con otros treinta mil desaparecidos.

En México, a partir de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto y el primer año de Andrés Manuel López Obrador, más de sesenta mil desaparecidos.

Desde luego, la mayor parte de desaparecidos (y disculpe el lector por citar tantas veces el nombre y el concepto) en el Calderonismo y el Peñismo.

CORREDORES: Los desaparecidos son de entre 15 a 35 años de edad, y el 98 por ciento, pobres. “Y pobres entre los pobres”, el término diplomático para denominar a las personas en la miseria. Medio millón de habitantes de Veracruz solo hacen dos comidas al día, y mal comidas, de tan jodidos que están y viven.

El tema de los desaparecidos es tan grave que, por ejemplo, trascendió en América Latina y en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y en donde, por cierto, reconocen la política de AMLO para esclarecer el asunto pendiente.

BALCONES: En el duartazgo, Veracruz obtuvo dos Premios Nobeles de la política sórdida, siniestra y sombría.

El primero, Veracruz convertido “en el peor rincón del mundo para el gremio reporteril” con diecinueve trabajadores de la información asesinados, más tres desaparecidos…, hasta la fecha.

Y el segundo, Veracruz en el lugar número uno del país con fosas clandestinas, la más famosa, Colinas de Santa Fe, incluso, en América Latina.

Una ONG asegura que en el año 2019, trescientos personas desaparecieron en el territorio jarocho.

Por eso, quizá, el Solecito de doña Lucy Díaz Henao y el Colectivo de la señora Aracely Salcedo siguen buscando cadáveres en las fosas clandestinas.

PASILLOS: Hay, sin embargo, otra pesadilla. Miles de cadáveres han sido localizados en el país en fosas clandestinas. Pero la mayor parte están sin identificar.

Y por eso mismo, la crisis humanitaria aplica a los Institutos de Medicina Forense, incapaces en recursos públicos, instalaciones y personal para aplicar la prueba ADN a los restos humanos encontrados para ver si pudieran identificar a los desaparecidos.

Por fortuna, el presupuesto federal a la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas ha sido aumentado y ya se conocerán resultados, pues el gravísimo pendiente echa chispas.

VENTANAS: La experiencia traumática del pasado inmediato, y que es presente, con los más de sesenta mil desaparecidos sería suficiente para evitar que en el país la pesadilla y la tragedia se repitan…

Pero todo indica se trata de una falacia.

Por ejemplo, ahora mismo siguen desaparecidos unos diecisiete tianguistas de la región centro de Veracruz (Ixhuatlán del Café, Ciudad Mendoza y Río Blanco), más una familia en Isla.

Y aun cuando desaparecieron el 26 de octubre desaparecidos siguen, y lo peor, ante la ineficacia y la ineficiencia, primero, de la secretaría de Seguridad Pública, y enseguida, de la Fiscalía General.

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