•Desempleo canijo

•Estrago universitario

•Migran al extranjero

Luis Velázquez

30 de diciembre de 2019

UNO. Desempleo canijo

Muchos, demasiados estragos sociales y morales están causando el desempleo y el subempleo y los salarios de hambre en Veracruz.

Antes, se hablaba del desempleo en las clase baja.

Indígenas, campesinos y obreros, en la búsqueda de un trabajo estable y digno y pagado con justicia social.

Pero desde hace un ratito se ha extendido entre los egresados de universidades públicas y privadas.

Antes, la platicaba giraba alrededor de profesionales metidos a taxistas, por ejemplo. Incluso, que hablaban uno o dos idiomas laborando atrás del volante.

Ahora, la falta de oportunidades laborales alcanza cada vez más a mayor número de universitarios.

Hay quienes, y por ejemplo, están migrando, en ningún momento, como antes, hacia el interior del país, sino al extranjero.

Los países preferidos son Estados Unidos, Canadá, España y Francia.

Pero hay quienes están llegando a Rusia, simple y llanamente, porque en tales rincones del mundo tienen un amigo, un compadre, un conocido, que les pudiera tender la mano.

La política económica en su talón de Aquiles más canijo. El único legado es el desempleo, mientras las elites gobernantes siguen peleando por la ideología.

DOS. Regreso sin gloria

Por todos lados se escucha el lamento. “Mi hijo está desempleado” se dicen unas a otras madres de familia. “Y ya lleva un año, dos años, y ninguna puerta se abre”, comenta otra.

Y por eso mismo, se confiesan entre sí, mi hijo ya se fue a Estados Unidos, a Los Angeles, por ejemplo, donde además de que domina la población hispana, el hijo tiene uno o varios amigos con quienes sueña una posibilidad.

El esposo de una señora, arquitecto de profesión, quedó desempleado. Durante varios meses, buscó trabajo y en ningún lado encontró.

Y los ahorritos iban mermando. Entonces antes de que el destino lo alcanzara decidió irse a Estados Unidos. Se aposentó en California, donde un amigo ya tiene unos años.

Y entre ambos empezaron a tocar puertas. Y ninguna se abrió.

A veces, el arquitecto hallaba trabajo por un mes y otra vez desempleado otro mes. Y así se la llevó durante un año.

Y como las semanas sin ocupación superaron a las semanas laborando acaba de regresar a Veracruz. Otra vez, al infierno. Con todo y que el gobernador alardea de que el IMSS reporta creación de empleos. Omite, sin embargo, decir que son empleos de salario mínimo.

TRES. “La vida es así y qué le vamos a hacer”

Un padre de familia cree en los milagros. Durante tres años su hijo, licenciado en Derecho, estuvo desempleado.

Entonces, ahora con MORENA un amigo se incrustó en el aparato federal. Y el amigo le consiguió empleo para el hijo. Y ya está, con sueldazo (a pesar de la austeridad republicana) en una dependencia federal.

El hijo, claro, vive ya en la Ciudad de México. Pero con empleo seguro. Mínimo, los 6 años de AMLO en el poder presidencial.

Otro padre de familia, sin embargo, vive “la noche de los cuchillos largos”, la más espantosa de su vida.

Un hijo, profesional, ingeniero, en Estados Unidos. Una hija, profesional, arquitecta, en España. Otra hija, profesional, licenciada en Comunicación, en Francia. Y otro hijo, profesional, médico, en Suiza.

Otro padre de familia tiene a su único hijo, médico, en España, donde antes cursó una maestría en la Complutense, y lleno de optimismo regresó a Veracruz y estuvo un año desempleado tocando puertas y de plano regresó a la Madre Patria donde unos amigos le ayudaron a acomodarse.

La vida, diría un personaje literario de Carlos Fuentes, es así, “¡y qué le vamos a hacer!”.