domingo, mayo 5, 2024

Escenarios

•Incienso a Cuitláhuac

•AMLO, su flotador

•Halago bajo sospecha

Luis Velázquez

24 de diciembre de 2019

UNO. Incienso a Cuitláhuac

Nunca en la historia local un presidente de la república ha tirado tanto incienso al gobernador de Veracruz en turno como AMLO a Cuitláhuac.

En cada girita, el halago sin cesar. Incluso, hasta levantando la mano como si el ejercicio político fuera, digamos, una pelea de box o una competencia atlética.

En la última girita efectuada en el sur de Veracruz el fin de semana de la primera quincena de diciembre, otra vez el vitoreo.

“Puedo gritar a los 4 vientos que el gobernador es una gente honesta… que maneja(rá) el presupuesto con honestidad y austeridad” dijo.

De la austeridad, ninguna duda, porque es el sostén de la política federal, pero de la honestidad está por verse, pues bastaría referir los casos de nepotismo y la compra por dedazo de las patrullas policiacas y medicinas y la asignación de más del 50 por ciento de la obra pública a empresas foráneas cuando las locales están quebradas, incluso, muchas, cerradas.

Por eso, el ciudadano común se pregunta las razones por las cuales AMLO vive obsesionado con defender tanto a su góber jarocho insistiendo una y otra y otra, como si le diera respiración artificial, en su honestidad.

DOS. Lealtad a los principios

En su ideario filosófico, AMLO prefiere en el ejercicio del poder a políticos honestos por encima de políticos expertos que den resultados concretos.

Pero su premisa es errónea, pues en la vida pública tanto vale la honestidad como la experiencia para enaltecer el destino social, de igual manera como también cuenta la lealtad, y la lealtad, cierto, al jefe máximo en turno, pero más, mucho más, la lealtad a su vocación social, siempre que ha de estar del lado de los jodidos, pues los ricos, dice Luiz Inácio Lula da Silva, “solos se cuidan”.

El góber de AMLO en Veracruz será, digamos, honesto, aun cuando parte del gabinete está bajo sospecha, digamos, con el nepotismo, empezando por los Eleazares Guerrero, el primo incómodo de Cuitláhuac García, y de quien el presidente de la república nunca se ha ocupado, “dejando hacer y dejando pasar”.

Y de su lealtad, digamos, a AMLO, nadie dudaría, porque y más allá del significado de la lealtad, habría de escudriñarse con microscopio si sus acciones en Veracruz se incluyen en la lealtad a los principios y valores.

TRES. Toques de Queda

La experiencia en el arte de gobernar y ejercer el poder del góber jarocho se calibra con el siguiente resultado:

Veracruz, primer lugar nacional en feminicidios y secuestros. Una ola de inseguridad, incertidumbre y zozobra que llega a más de 2 mil 500 quinientos asesinatos. Casi todos los carteles disputado la jugosa plaza estatal con el asesinato de la población civil.

De norte a sur y de este a oeste, virtuales Estados de Sitio y Toques de Queda en montón de pueblos.

El nepotismo que alcanza el más alto decibel de que se tenga memoria, pues, incluso, hasta con los presidentes municipales de MORENA sigue dándose, el caso más terrible en Coatzacoalcos, con el alcalde y la síndica.

Los trescientos desaparecidos solo este año según documentan las ONG.

Los crímenes, secuestros y desaparecidos, en la impunidad.

Por eso, de nada sirve que AMLO vitoreé a su gobernador cuando el resultado social y moral es fatídico.

Sus razones tendrá el presidente de la república, quizá, y entre otras, consciente del desencanto sembrado por Cuitláhuac en el primer año y que arrasa con MORENA.

Además, claro, de su incapacidad para convencer con hechos y acciones a parte de los diputados locales de MORENA en su contra.

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