domingo, mayo 19, 2024

Diario de un reportero

•“Pan o palo”

•Periodistas libres

•Truculencia porfirista

Luis Velázquez

07 de diciembre de 2019

DOMINGO

Asesinados 14 reporteros

Los días y noches siguen polvorientos para los medios. Al momento, catorce reporteros asesinados en el primer año del obradorismo, uno de ellos, en Veracruz, el corresponsal del Gráfico de Xalapa en Actopan, un hombre que alternaba el periodismo con su changarro de venta de celulares para llevar el itacate y la torta a casa, asesinado el mismo día cuando cumpliría sesenta años de edad.

Además, los agravios contra los trabajadores de la información tanto en Veracruz como en el resto del país se han recrudecido a través de las amenazas, las intimidaciones, los apretones de tuercas, las vejaciones y una que otra madriza.

Bien pudiera deberse al periodismo incómodo que practican. Acaso, porque simplemente, las notas publicadas molestan, irritan y encabritan. Quizá, porque como se dice, los políticos y los malosos tienen frágil la piel.

Por eso, quizá, convendría recordar que si un reportero “no quiere ver fantasmas… que no salga en la noche” y mejor escriba poemas de amor a los pajaritos, por ejemplo.

Y es que si el índice de violencia se ha recrudecido significa que ningún ciudadano la ha librado ni está a salvo, y más en un Veracruz, por ejemplo, con más de doscientas mujeres secuestradas, desaparecidas, quizá ultrajadas, asesinadas, decapitadas, cercenadas y tirados sus cadáveres en la vía pública.

LUNES

La pesadilla porfirista

Todos los tiempos, sin embargo, han sido violentos para el periodismo que cuenta los hechos como son, con toda la crudeza de que muchos están revestidos.

Pero quizá convendría recordar el tiempo más difícil y más duro para el ejercicio reporteril como fue con Porfirio Díaz Mori, aun cuando, y por ejemplo, con Gustavo Díaz Ordaz también alcanzó decibeles riesgosos, al grado de que las instalaciones de los medios eran incendiadas en la

madrugada y el director general exiliado como fuera el caso de Mario Renato Menéndez Rodríguez, director general del semanario Por qué?

Porfirio Díaz encarceló en 41 ocasiones a Ricardo Flores Magón, el fundador del periódico Regeneración y del Partido Liberal, y 36 veces a Filomeno Mata, el dueño y director general del “Diario del Hogar”.

Y cada vez que el dictador se encendía con un artículo de uno y otro los encarcelaba y luego los liberaba y ellos seguían publicando sus periódicos y otra vez criticaban al presidente de la república y de nuevo eran privados de su libertad, y así, en una pesadilla inacabable.

MARTES

Periodista con ideales

Incluso, Porfirio Díaz pidió el apoyo del gobierno de Estados Unidos y Flores Magón fue encarcelado en aquel país.

Y durante varios meses estuvo preso. Y fue la última ocasión, porque de pronto, Ricardo Flores Magón apareció asesinado en el interior de la cárcel.

Y aun cuando unos autores dicen que murió de muerte natural, otros aseguran que fue asesinado a cuchillazos y atribuyen su muerte a una orden furibunda del dictador porfirista.

Con todo, Flores Magón se mantuvo firme, inalterable, en el periodismo que ejercía movido por los ideales, los principios, los valores, las utopías, los sueños socialistas.

Es más, en aquella lucha periodística y estando preso, sin ingresos, su familia, su esposa y una hija adoptiva, padecieron el peor de los mundos con grandes premuras económicas para comer y vestirse y pagar la renta de la casa que alquilaban y enfrentar las enfermedades.

Un día, Flores Magón envió desde la cárcel una carta a uno de sus hermanos, quien era funcionario federal.

Y le pidió un préstamo y le juraba que por ningún momento pensara que el préstamo era para seguir publicando Regeneración, sino para que su esposa e hija comieran.

“Te juro, hermano, que cuando me dejen en libertad trabajaré duro para pagarte”, le decía.

Y con todo y privaciones, siguió su lucha, su legítimo sueño periodístico.

MIÉRCOLES

“Ferozmente libres”

Filomeno Mata era el dueño y el director general del “Diario del Hogar”.

Y era igual de crítico que Flores Magón al Porfirismo. Y su gran pecado fue que en sus talleres imprimían el periódico Regeneración y lo que tenía enfurecido al dictador.

Pero además, y como imprimía Regeneración a crédito, en abonitos, más irritado se ponía Porfirio Díaz.

Y por eso mismo, además, encarceló 36 veces a Filomeno Mata.

Y Filomeno se mantuvo firme, inalterable, igual, igualito que Flores Magón.

“Aquellos hombres eran hombres pero parecían gigantes y eran ferozmente independientes, ferozmente críticos, ferozmente libres” escribió el historiador Daniel Cosío Villegas.

Por eso, las amenazas, las intimidaciones y las vejaciones que ahora se viven en el periodismo son ipreocupantes, pero al mismo tiempo, y salvo en los casos de los reporteros asesinados, poca cosa frente a lo vivido por algunos trabajadores de la información del siglo pasado.

JUEVES

Honesto “a prueba de bomba”

Ignacio Ramírez, El nigromante, articulista implacable, fue ministro de Justicia y de Instrucción Religiosa del presidente Benito Juárez y diputado federal.

Por ejemplo, en aquel tiempo de cuando Juárez incautará los bienes de la iglesia y que entonces era mucho más rica y poderosa, a Ignacio Ramírez correspondió llevar el proceso civil hasta redistribuir los bienes entre las secretarías del gabinete federal para su uso público.

Y nunca, jamás, cayó en la tentación de “meter la mano al cajón”.

Años después, cuando Juárez cayera en la tentación política de reelegirse, El nigromante, como otros más periodistas y políticos, le renunciaron en masa. Y regresó al periodismo, manteniendo su libertad, el valor más importante de la vida.

Y cuando murió, era tanta su pobreza que Ignacio Ramírez fue velado en su casita que alquilaba en las goteras de la Ciudad de México, y aun cuando el presidente de la república le envió a su esposa al Ministro de Hacienda con unos centavitos para el sepelio y las escrituras de una casa, la viuda los rechazó.

Le dijo:

“Ignacio Ramírez me dijo que tal podría pasar y me pidió que rechazara el apoyo oficial”.

Y lo rechazó.

VIERNES

“Pan o Palo”

Y es que por lo general, los políticos adoran a Porfirio Díaz con su lema universal de “Pan o palo” para los reporteros y los intelectuales críticos y los disidentes.

Te portas bien, pan. Te portas mal, palo.

Y sus políticas de comunicación social son simples y sencillas:

Una, el subsidio, aunque “sean convenios, chiquitos, muy chiquititos”… y que como dice el director de un medio, “cuando menos alcanzan para la nómina”.

Dos, las amenazas y las vejaciones. Tres, la exclusión. Cuatro, la denostación lanzando al Cartel de Reporteros en contra.

Cinco, un calambre, un asalto nocturno en casa, el acoso policiaco para intimidar y que suele llegar a la familia.

Seis, los chairos y los Siervos de la Nación, azuzando. Siete, el fisco con su lupa. Ocho, un accidente automovilístico.

Nueve, una madriza. Diez, el asesinato.

Por desgracia, así ha sido y es la relación entre los medios y los políticos. Y nada, absolutamente nada indica que las cosas puedan cambiar.

Simplemente, “pan o palo”.

Benito Juárez respetó la libertad de la prensa sin nunca tronar en contra de ellos, por ejemplo, en las ruedas de prensa o a través del discurso oficial, aun cuando Francisco Ignacio Madero fundó un periódico, “Nueva Era”, dirigido por su hermano Gustavo, el Ministro sin Cartera, para revirar a los críticos.

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