•AMLO, beatificado
•El Dios sexenal
•Así dice un filósofo
Luis Velázquez
16 de noviembre de 2019
ESCALERAS: AMLO ha sido deificado. Es el nuevo dios terrenal del país. O en el país. Ahora sí, como dice el viejito, antes y después del obradorismo. El nuevo Hernán Cortés, es decir, el nuevo tlatoani. Hacia el final del sexenio, nadie dudaría que estaría beatificado en el altar de la patria.
Primero, el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, satanizado por las elites eclesiásticas, dijo que “tiene mucho parecido con Dios”.
Luego, en navidad, se presentó en una posada cargando un Niño Dios… con la cara de AMLO.
PASAMANOS: Ahora, el académico Guillermo Hurtado, ex director del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, lo ha beatificado.
Primero, advirtió que AMLO se parece mucho a Jesucristo, por aquello, dice, oh sorpresas que da la vida, por luchar por los pobres.
Segundo, dice que el presidente de la república “le recuerda a profetas del Antiguo Testamento, como Moisés”, el iluminado de Dios que salvó a su pueblo.
Tercero, dice que también “es una especie de ‘cruzado’, un guerrero que lucha denodadamente contra el mal” (Proceso 2244, 3 de noviembre, 2019, Rodrigo Vera).
CORREDORES: Cuarto, el filósofo de la UNAM recuerda que el líder del Partido Encuentro Social lo comparó con Caleo, “el personaje bíblico que llevó a su pueblo a la tierra prometida”.
Quinto, también le descubrió rasgos del Cid Campeador.
Sexto, siente que se parece a San Agustín, con su libro “La ciudad de Dios”, que luchó por reemplazar “la ciudad del demonio por la de Dios, para así cumplir con ese sentido providencial de la historia, la lucha entre el bien y el mal”
BALCONES: Séptimo, pronto será declarado “Hijo de Dios”, a la altura del Jesucristo divino.
Y octavo, el antropólogo de las religiones, Elio Masferrer descubrió que “el Jesucristo de AMLO es el del gran revolucionario que se adelantó a Carlos Marx, Mao Tse-Tung y a Ernesto “El che” Guevara”.
Así, el hecho de que por decreto el presidente ya está a la altura de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez, Francisco Ignacio Madero y Lázaro Cárdenas, se queda corto.
Y apenas vamos en el primer año y quedan 5 años más por delante.
PASILLOS: Por eso, resulta fácil entender las razones por las cuales en una gira en Sonora, AMLO se comparó con Jesucristo.
Dijo: “Me van a criticar pero lo voy a decir. Miren: ¿por qué sacrificaron a Jesucristo? ¿Por qué lo espiaban y lo seguían? Por defender a los humildes, por defender a los pobres”.
Como a él, claro,
Y en contraparte, mientras un dios gobierna al país, los periodistas críticos han sido satanizados con los siguientes calificativos, entre otros:
“Prensa fifí, hampones, ya mostraron el diente y el cobre, camajanes, muerden la mano, corruptos, chayoteros y pasquineros”.
VENTANAS: En la euforia del poder, Antonio López de Santa Anna se declaró su Alteza Serenísima y enterró con honores militares la pata perdida en una batalla.
Benito Juárez se reeligió durante quince años consecutivos.
Porfirio Díaz Mori ejerció el poder durante 33 años.
Plutarco Elías Calles y Francisco I. Madero hablaban con sus antepasados muertos a través de los médiums.
Incluso, Madero aseguraba que a través de las sesiones espiritistas, Benito Juárez fue el coordinador de su campaña presidencial.
AMLO es Jesucristo y su gobierno es el cristianismo, que más de dos mil años después sigue reinando en la tierra.
Obrador ha dejado de ser terrenal. Ahora, es celestial. El redentor que el país esperaba. La ONU, mínímo, lo espera a partir del año 2025, igual, igualito como soñó Luis Echeverría Alvarez.
