jueves, abril 25, 2024

Escenarios

•La edad de la vejez

•Filmes pasados de moda

•Artistas jubilados

Luis Velázquez

11 de noviembre de 2019

UNO. La edad de la vejez

Un hombre se da cuenta que ya envejeció cuando busca en la televisión películas con sus actores favoritos y por ningún lado aparecen.

Y cuando, además, las películas están llenas de nuevos actores, mujeres y hombres.

Por ejemplo, de los filmes en las salas de cine y en la tele, incluso hasta de Netflix, nunca se ha vuelto a mirar y admirar y saborear a Silvia Krystell, la actriz más sensual del cine francés en el siglo pasado que filmara una serie de películas intituladas “Emmanuelle 1, 2, 3, 4”.

Incluso, su foto colgaba en los departamentos de millones de jóvenes en el mundo. Más sensual, incluso, que Demi Moore bailando streap-tease en una película.

Alan Delon también ha desaparecido de la faz de la tierra. Por fortuna, todavía vive, pero retirado.

Fue el galán, el playboy, del siglo pasado, casi casi en un mano a mano, por ejemplo, con Robert Redford, ya retirado, y de Richard Gere, todo indica, semiretirado, aun cuando su película “Mujer bonita”, con Julia Roberts, donde interpreta a una trabajadora sexual callejera, conserva miles de adoradores y de vez en vez, de tarde en tarde, a veces a las 3, 4 de la madrugada, la siguen transmitiendo.

DOS. Nostalgia cinematográfica

Por fortuna para los nostálgicos en la tele proyectan películas en blanco y negro, el tiempo dorado del cine mexicano, y aun pueden mirarse a los viejos actores del siglo pasado que acompañaron parte de la vida.

Entre ellos, Emilio “El Indio” Fernández, Pedro Armendáriz, Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís.

Y María Félix y Dolores del Río, y hasta Julissa, quien tuvo periodo estelar en el cine, pero efímero, por desgracia, cuando era una promesa excepcional.

A veces, por ahí, pasan una película de Joaquín Cordero, cuando, oh insólito, actuaba de ranchero y de camionero, lejos de los papeles que lo lanzaron al estrellato como galán.

En medio de la nostalgia siguen pasando de vez en vez como “golondrina anunciando el verano” películas de Agustín Lara, la más socorrida, una con Elsa Aguirre, interpretando a la famosa prostituta de la que “El flaco de oro” se enamoró, al parecer, en el prostíbulo “La escondida”, de Gabriela Olmos, en la Ciudad de México.

TRES. Cuando la vida se va…

Hay veces cuando el anciano se llena de nostalgia y busca películas de sus actores favoritos en el mercado popular, pero ni ahí se encuentran.

Entonces, se entiende y comprende que, ni modo, la vida ya se fue y solo ha de esperarse el momento decisivo para brincar el charco.

Hay nuevos artistas dotados, incluso, de mayor talento, pero aprenderse sus nombres cuesta trabajo y pasa mucho tiempo.

La vida siempre ha sido así, pero con esos artistas del siglo pasado uno creció y se volvió joven y maduro y viejo, y ni modo de traicionarlos.

La lealtad es firme y solo resta seguir cazando en la tele sus películas, o en todo caso, vivir del recuerdo y que también es importante, a veces, más, mucho más que la vivencia directa, pues en la memoria y el corazón suelen quedar los afectos y admiraciones más profundas.

Por ejemplo, ninguna artista ha hecho olvidar a Silvia Krystel, incluso, ni Catherine Deneuve en “Bella de día”, la famosa película de Luis Buñuel, donde ella es una señora de alta sociedad que vive aburrida y en las tardes, mientras el esposo trabaja, ella se contrata como trabajadora sexual VIP.

En la vejez, la vida es así ¡y qué le vamos a hacer!

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