domingo, mayo 19, 2024

Barandal


•Policías filtrados
•Narcos mandan
•Habla Magistrado

Luis Velázquez

05 de noviembre de 2019

ESCALERAS: Un magistrado ha lanzado «su espada en prenda». Raúl Pimentel Murrieta dice que «el crimen (los carteles, los sicarios, los malandros, etcétera) siguen infiltrando a la policía en Veracruz».
Y lo ha expresado desde la más alta responsabilidad pública que desempeña. Palabras mayores.
Y más luego de once meses y una semana del ejercicio del poder político de MORENA.
Y si es cierto que antes, por ejemplo, en el duartazgo, la fama pública era que los malosos tenían filtrados a las policías y hasta integrados estaban para la desaparición forzada, casi un año después del reino de Cuitlalandia, todavía siguen.
Peor aún: según el magistrado las desapariciones siguen en la tierra jarocha… en un tiempo cuando según el góber de AMLO, «el índice delictivo va a la baja y estamos contentos, muy contentos».
Y cuando, incluso, el góber se ha vuelto el jefe de prensa del secretario de Seguridad (y también de los secretarios General de Gobierno y de Salud) y los defiende «a tiro por viaje».

PASAMANOS: La revelación es terrible. Más, si se considera que en la pirámide del poder, ni modo, por ejemplo, que un policía raso sea filtrado sin que el jefe superior y el superior y la autoridad máximo lo ignore y desconozca.
La cadena de mando corruptiva es insólita y como el pulpo se ramifica por todos lados.
La experiencia del magistrado, sus contactos, relaciones, vivencias, conocimiento, fuentes informativas confiables, filtraciones, etcétera, han de ponerse, quizá, al servicio de la secretaría de Seguridad Pública para documentar su «verdad histórica».
Y más en un Veracruz chorreando sangre, donde a la lista tsunámica de asesinatos, se añaden el primer lugar nacional en secuestros y feminicidios y quizá hasta de menores de edad.

CORREDORES: El magistrado plantea como esperanza purificadora mejores salarios y prestaciones a los policías, más capacitación, más conciencia social de que se trata de un empleo digno, prestaciones sociales como horarios adecuados y vivienda, jubilaciones.
Y, bueno, la posibilidad siempre ha sido una constante, y aun cuando cada sexenio cacarea que la observan y aplican, pesa más, mucho más la versión de que las policías y los jefes policiacos bajos, medianos y altos en Veracruz son aliadas, socias y cómplices de los malandros.

BALCONES: De hecho y derecho, el primer año del sexenio de MORENA en Veracruz se ha ido dejando una huella negra y fatídica en materia de seguridad.
Incluso, con todo y la Guardia Nacional y la Fuerza Civil y de soldados y marinos operando en una que otra región geográfica del estado el resultado deja mucho que desear.
Y aun cuando en todo caso de vez en vez la secretaría de Seguridad Pública cacarea en el boletín la captura de una banda de malandros o de unos feminicidas o de unos violadores, la realidad es que el ejército de los malosos resulta incalculable, pues suelen reproducirse como la humedad y los conejos.

PASILLOS: Hay desempleo, subempleo y salarios de hambre. Hay baja calidad educativa, casi casi en el sótano. Hay pésima salud pública. Hay cuestionable impunidad.
Pero la peor pesadilla es la inseguridad. Pero allá cada gobernador que se encargue de su demarcación. Aquí, en Veracruz, estamos peor que antes, por una sencillísima razón. MORENA levantó demasiadas expectativas y once meses y una semana después, el desencanto social.

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