•El analfabeta feliz
•Está muy politizado
•600 mil en Veracruz
Luis Velázquez
24 de octubre de 2019
ESCALERAS: Pedro Ramírez es albañil, tiene 60 años, esposa y tres hijos y cuatro nietos, y es analfabeta. Nunca aprendió a leer y escribir. La vida, canija como suele ser, lo llevó a los 7 años de edad a las obras en construcción al lado de su padre. Y desde entonces, nunca conoció un salón de clases.
Hay días, varios en la semana, sin chamba. Otros días, inicia a las 7 de la mañana y termina a las 7 de la noche.
Entonces, llega a casa, se da un baño y escucha los noticieros televisivos de la noche mientras cena y después tomando un cafecito.
PASAMANOS: Conoce de la política en Veracruz, en el país y vive pendientes de los problemas sociales en el mundo. Sabe los nombres de los políticos y los países que gobiernan.
En la tele brinca de un noticiero a otro. Escucha y su memoria es prodigiosa. Y como todos los días oye el noticiero, entonces, está familiarizado con los personajes y sus hechos y acciones.
Desde luego, sabe escribir su nombre. Aprendió a escribirlo igual que Pancho Villa, copiándolo como si fuera un dibujito.
CORREDORES: Uno de sus hijos le obsequió un celular de 300 pesos, básico para estar pendiente de la familia. Y aprendió los números del uno al diez como si fueran un mapa.
Se transporta en autobús urbano. Y aprendió a conocer “su camión” por el color. Y si necesita ir a otro lado donde haya trabajo, entonces, llega a la parada de los buses y pregunta a la persona más cercana. O también, al chofer.
BALCONES: En la tele también mira una que otra película mexicana. Le gustan más las películas en blanco y negro, con “los grandes”, dice, como María Félix, Emilio “El indio” Fernández, los hermanos Soler, Jorge Negrete, Pedro Infante y Pedro Armendáriz.
Tal cual sus días y noches se van ensortijando. En casa solo vive con la esposa y los fines de semana, la casa vuelve una romería con los hijos y los nietos.
Y cuando tiempo atrás un hijo le decía que deseaba enseñarle a escribir, mejor le pedía hablaran de política. Y el albañil analfabeta daba clases de política mundial al hijo.
PASILLOS: Es un analfabeta feliz. Nunca el dinerito le alcanzó para tener un segundo frente. O para irse de finta con los amigos albañiles y gastar los centavitos en una trabajadora sexual. Tampoco entró a la cerveza ni al pisto, como dice.
Primero, analfabeta. Segundo, albañil. Tercero, cumplida la mayoría de edad, luego luego casó. Entonces, los hijos. Y, claro, la obsesiva obsesión para enviarlos a la escuela.
Los 60 años de su vida, agarrándose a trompadas con la vida, pues “el hambre da muchas cornadas, como intitulara Luis Spota una de sus novelas imborrables.
VENTANAS: Pedro Ramírez forma parte de los 600 mil habitantes de Veracruz que no saben leer ni escribir según los Cuadernillos Municipales de la secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, y que exhiben paso a paso, de pueblo en pueblo, a la secretaría de Educación de Tarzan Boy.
Y si Pedro tiene 60 años significa, mínimo, que a unos ocho gobernadores (desde Agustín Acosta Lagunes a la fecha) han sido indiferentes a su oscurantismo educativo y social, pues a ninguno de ellos interesó alfabetizarlo.
Pero Pedro es feliz. Y como nunca ha vivido del gobierno ni menos de “una aviaduría” ahora cuando hasta en la Escuela Normal “Enrique Rébsamen” y en el C.O.B.A.E.V. se descubrió que las asignaban, entonces, es mucho más feliz.