viernes, abril 26, 2024

Escenarios

•El club de Tobi

•Machismo total

•Desdén oficial

Luis Velázquez

22 de octubre de 2019

UNO. El club de Tobi

Muchos delitos se han cometido en nombre del machismo. El club de Tobi arrasando con la dignidad humana. El más socorrido que los feminicidios en Veracruz, por ejemplo, se deben, primero, a la violencia intrafamiliar, y segundo, al consumo de alcohol, hombres bragados que con el aguardiente encima se vuelven celosos y violentos.

Tan viejo el machismo, digamos, como el oficio más viejo del mundo como es la prostitución (en el relato bíblico consignan la historia de tres trabajadoras sexuales), ningún gobierno federal ni estatal se ha ocupado como lo que es, un asunto de seguridad nacional, porque ha destruido la integración familiar, la familia declarada desde siempre “la célula básica de la sociedad”.

Por eso, quizá, el machismo sigue cosechando los mejores frutos en todos lados.

De entrada, el acoso y el abuso sexual en las oficinas de gobierno y en las oficinas privadas, en las universidades públicas y privadas, y hasta en el cine y en la Academia Sueca que otorga cada año el Premio Nobel de Literatura.

El macho leyenda bíblica, ejerciendo el derecho de pernada como está descrito en “Pedro Páramo” de Juan Rulfo y en la novela de Mario Vargas Llosa, “La fiesta del chivo”, el general Leónidas Trujillo en la República Dominicana acostándose hasta con las esposas y los hijos de los funcionarios de su gabinete legal y ampliado.

DOS. El desdén oficial

En los últimos casi once meses de MORENA en el gobierno de Veracruz han asesinado a más de 250 mujeres y en la mayoría de los casos, la versión es el machismo. Que la violencia intrafamiliar. Que los hombres celosos y briagos.

Y aun cuando de por medio han quedado un número incalculable de niños huérfanos, ninguna dependencia oficial ha tenido la voluntad política y social de mirar el tema como un asunto preocupante.

Así fue, claro, en el bienio panista y en los sexenios priistas, y, bueno, pensarán que hay otros graves pendientes sociales de que ocuparse como los 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la pobreza y la miseria para ocuparse del machismo.

Macho naciste, macho eres y macho seguirás, dirán las elites políticas desde que Moctezuma II envió veinte doncellas, todas vírgenes, al sifilítico Hernán Cortes recién desembarcado en las playas de Chalchihuecan, y desde entonces, que el machismo florezca y alcance “la plenitud del pinche poder”.

TRES. Mal congénito

Está claro que se trata de un mal congénito, casi uno de los males de la caja de Pandora.

Ante tanta violencia intrafamiliar, el presidente Lázaro Cárdenas pactó con las empresas cerveceras y alcoholeras del país para reducir la venta en las regiones suburbanas y rurales, donde se concentraba el machismo revolcado por el consumo de cervezas y aguardiente.

Además, lanzó a los estudiantes de la UNAM a un programa social sin precedente en las regiones indígenas y campesinas para reeducar a la población mayor.

Y de igual manera, puso en marcha la construcción de servicios públicos para acercar los pueblos rurales a la civilización.

Y construyó infinidad de escuelas y otorgó plazas a los maestros para que los niños de los pueblos indígenas y campesinos tuvieran acceso a la educación como parte de un proceso social.

Pero los gobiernos posteriores apostaron a otros objetivos y como siempre ha ocurrido, aquel programa educativo para, digamos, crear y recrear al nuevo hombre del país quedó truncado.

Y el machismo siguió y siguió hasta los estragos por todos conocidos.

Bastaría referir que todavía hoy en las familias los hijos usurpan más, mucho más preferencias que las hijas.

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