lunes, mayo 6, 2024

Escenarios

•Los medios y A.M.L.O.
•Prensa, a la deriva
•Quedar bien con el poder

Luis Velázquez
01 de octubre de 2019


UNO. Desconcertado con A.M.L.O.

El reportero Carlos Vargas Sepúlveda, de Puntos y comas, pregunta al escritor Enrique Serna, su último libro, «El vendedor de ilusiones» sobre la vida turbulenta del periodista Carlos Denegri en el Excélsior del siglo pasado:
–¿Cuál es tu opinión sobre el tiempo que lleva Andrés Manuel López Obrador como Presidente?
–Estoy muy desconcertado con este nuevo Gobierno. Una de las cosas que me desconciertan es que haya lanzado una embestida tan terrible en contra de científicos, académicos, periodistas opositores a su régimen, etcétera. Esos nos son los enemigos que debería tener un Gobierno socialdemócrata. Me da la impresión de que se está equivocando de enemigos.
–Ya nos dijiste que sigue existiendo el periodismo mercenario, pero es más difícil hoy hallar personajes con tanto poder y riqueza como Denegri.
–Seguramente sí porque algo que ha hecho bien Andrés Manuel López Obrador es reducir drásticamente la publicidad gubernamental en los periódicos, televisoras y radiodifusoras. Lo digo a pesar de que nos perjudica. Yo escribo en Letras Libres (la revista del historiador Enrique Krauze) y antes tenía una columna mensual, ahora la tengo bimestral porque nos cortaron la publicidad gubernamental. Pero creo que en eso tiene razón López Obrador porque era un gasto, un derroche absurdo para cooptar a los periodistas.
–¿Y hacia dónde crees que vamos en esa materia?
–Creo que hasta ahora ha sido un Gobierno que ha respetado las libertades. Me da la impresión de que los periodistas que han salido es porque las empresas en las que trabajan se quieren congraciar con el Gobierno, pero no porque haya habido actos de censura o porque el Gobierno haya pedido que los echaran».

DOS. Sin ingresos, condenados a desaparecer

Se viven, entonces, días polvorientos para la prensa. Incluso, todo indica que la Cuarta Transformación, la 4T, estaría cuajando ya, ya, ya, en los medios. Un montón de periódicos, noticieros y diarios digitales, cerrando puertas. Reduciendo personal. Quedándose con el mínimo de empleados para, digamos, prolongar la vida. Caído el ingreso publicitario comercial. Y el ingreso gubernamental (antes, en el Peñismo, millonario) reducido a cero.
Y como el grueso de la prensa ha vivido durante muchos, muchísimos gobiernos, incluso, desde Porfirio Díaz Mori, por ejemplo, del ingreso oficial, ahora, cuando A.M.L.O. ha cerrado la llave, los medios enfrentan la realidad avasallante. Sin ingresos, condenados a desaparecer.
Más cuando desde el poder apuestan a las redes sociales como el nuevo instrumento de comunicación, pues, dicen, hasta un indígena y un campesino tienen su celular de trescientos pesos.

TRES. Congraciarse con el poder

Enrique Serna tiene razón. La mayor parte de los trabajadores de la información despedidos en los medios ha sido, cierto, por órdenes del patrón ante la caída en el ingreso oficial.
Pero también, porque hacen a un lado a los reporteros incómodos e indeseables para «congraciarse con el gobierno» y con la esperanza de ser incluidos en los convenios mensuales, así sean, como dice el gobierno de Veracruz, «chiquitos, muy chiquititos».
¡Y qué bueno sea así! Y más porque como en el caso de Veracruz, el año fiscal está terminando y nadie conoce el destino de los 740 millones de pesos aprobados por la LXV Legislatura el año anterior para comunicación social.
Todos esperarían, sin embargo, que hayan sido utilizados, digamos, para construir un Centro de Salud o un salón de clases… en vez de estar sudando en el mundo bursátil.

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